Capítulo 16: No puedo creer que te guste Liam

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— Te odio. — le dije cuando lo alcancé antes de salir al receso.

— ¿Por qué? — me preguntó con el ceño fruncido.

Solté una carcajada — Tonto, te tocó con Collins, estúpida suerte la tuya. — hablé mordiendo mi labio inferior mientras negaba con la cabeza.

— Y a ti te toca con Chris, espero que les vaya bien. — dijo de manera fría y se fue.

¿Qué demonios...? ¿A este qué le pasa?

Es Liam. Es un idiota, acostúmbrate Emma.

— Oye ¡Emma!

— ¡Chris! Hay que hablar sobre el trabajo.

— Eh... ¿Te parece si nos juntamos en mi habitación?

— Claro ¿Cuándo?

— Mañana a las 5:00 pm.

— Genial, me tengo que ir.

— Piso 10, habitación 140. — dijo guiñándome un ojo. Yo solo negué con la cabeza y me fui corriendo a mi próxima clase que quedaba del otro lado del edificio, si caminaba iba a llegar tarde.

Pasé toda la mañana pensando en por qué Liam había estado tan distante conmigo, ni siquiera me miraba, pero yo lo iba a averiguar.

Luego del almuerzo fui al campo de futbol dispuesta a hablar con él ¿Les conté que jugaba fútbol? Bueno, en el internado hay equipos de distintos deportes, yo quería entrar al de volleyball pero luego me arrepentí cuando supe que Amber estaba allí. Había pasado unos diez minutos buscando entre jugador y jugador cuando por fin divisé a mi objetivo.

Estaba haciendo un gran sacrificio por él, llevaba media hora sentada esperando a que terminen de entrenar con la esperanza de que me hable, aún sin estar segura de que lo hará.

Cuando por fin terminó el entrenamiento salí corriendo en dirección a Liam, pero me detuve en seco al ver que Amber se paró de un asiento y fue a abrazarlo.

Liam POV

— Liam ¿Podemos hablar por favor?

— ¿Qué quieres, Amber?

— Necesito que me perdones. — me dijo casi... ¿llorando? Amber no llora, dice que eso hace fea a una mujer. — Sé que me equivoqué y traicioné tu confianza pero en el fondo estaba destrozada por lo que me habías pedido, esto me hace muy mal. Pensé que ese tiempo era una manera menos dolorosa de decir que querías que termináramos y quise distraerme ¿No me puedes dar una segunda oportunidad?

Amber era una zorra, lo admito, pero vi un brillo de sinceridad en sus ojos y conozco su pasado, éramos amigos desde la infancia. Tal vez sí la merezca. Además, estando con Amber no voy a sentir eso que siento cuando veo a Emma con Chris.

«Claro, como si eso fuera posible.»

¿Qué? Ni que Emma me gustara.

Mierda. Bueno no importa, luego hablaremos de esto.

— Amber, te conozco hace mucho tiempo y no quiero perder tu amistad. — dije dándole un beso en su mejilla y me fui, sin esperar respuesta de su parte.

La mañana pasó bastante rápido, lo bueno es que me sentía más aliviado estando arreglado con ella, después de todo, nos conocemos mucho y fue bastante feo arruinar nuestra amistad por esa relación que tuvimos.

Cuando terminé de entrenar vi que ella me estaba esperando en uno de los asientos y me acerqué para que luego saliera corriendo a abrazarme. Aunque haya sido tierno de cierta manera ¿Por qué no sentí lo mismo que cuando Emma me abrazó? Ese abrazo sí que fue inexplicable, me sentí protegido en sus brazos y quiero creer que a ella le ocurrió lo mismo. Luego voy a hablarle, no me gustó haberla tratado tan indiferente esta mañana.

Fui hacia la duchas, para después ir a boxear, por fin. Era lo único bueno desde que dejé de ser el instructor de Emma, ahora voy a poder ser "independiente".

Ya en la puerta del gimnasio me detuve al ver que una rubia, desconocida para mí, me guiñó un ojo y me puse a hablar con ella. Era linda, pero no dejaba de ser una regalada, aunque al menos podía sacar provecho de todo esto.

Emma POV

— ¡No puedo creer que sea tan idiota!

— Sigo sin entender tu enojo, Emm.

— Ugh, claro que no lo entiendes Amalia. Tú no los viste, Liam es un idiota, la zorra lo quiso engañar con su mejor amigo y ahí andaban como melosos otra vez.

— Oh por Dios. — se levantó de la cama lentamente con una expresión de asombro.

— ¿Qué?

— Emma Price, permíteme decirte que eres una maldita celosa.

— ¿Qué? ¡No! Liam es mi amigo y si él vuelve con esa perra va a sufrir. Bueno no, él no tiene sentimientos, pero tú me entiendes.

— No puedo creer que te guste Liam.

— ¡Amalia ya para! No me gusta. Es mi amigo y quiero que esté bien.

Ella soltó una fuerte carcajada antes de responder. — Si fuera tu amigo le hubieras hablado, pero no, saliste corriendo cuando los viste abrazándose. Eres una celosa y cobarde.

Le lancé una almohada y salí de su habitación para hacer lo que me había dicho, si quiere que le hable, le voy a hablar.

Y ahí estaba, conversando con una rubia en la puerta del gimnasio.

— Lo siento estúpida pero necesito hablar con Liam... — le dije poniéndome en el medio de ambos, por lo que ella se fue mientras me miraba como a una loca y le hacía una seña a Liam susurrándole: Llámame. —... Y tú, imbécil, no puedo creer que después de todo lo que pasó perdonaras a la zorra de Amber.

— ¿Qué? ¿De qué hablas, Emm? — frunció el ceño ¿Que tengo que explicarlo con manzanas acaso?

— Ay cállate, yo los vi abrazados en el campo de fútbol.

Soltó una carcajada mientras me miraba con diversión. — No es así, Emma, no volvimos.

— ¿Me estás diciendo loca y mentirosa?

— Oye, cálmate. No estés celosa...— sonrió divertido poniendo sus manos en mis hombros. Lo fulminé con la mirada quitándome bruscamente. —... sólo somos amigos, no creo volver con ella.

— ¿Eres idiota o te caíste al nacer? Esa víbora no puede tener amigos.

Justo cuando dije eso, una voz bastante aguda interrumpió nuestra amigable charla.

— ¿Me dijiste víbora, estúpida?

— Además de víbora, sorda. — le susurré a Liam.

— Ya verás. — dijo amenazante antes de lanzarse sobre mí pero él la tomó por su diminuta cintura entrando al gimnasio mientras le decía cosas que no alcancé a escuchar.

Luego de unos minutos, volvió a salir mirándome con desaprobación.

— Emma, con Amber nos conocemos hace mucho, siempre hemos sido amigos y fue un error intentar ese noviazgo, pero ahora quiero recuperar su amistad.

— Bien. — dije y me fui a mi habitación pensando que él me detendría, pero no lo hizo.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora