Capítulo 20: No puedo dejarte ir tan fácil®

538 35 11
                                    

- ¿Cuál es tu postre favorito? Fácil, cheesecake ¿O estoy equivocada? -  alcé una ceja mirando a Liam quien negaba con su cabeza lleno de ternura. Hacía como veinte minutos que llevaba realizándole tontos tests de revistas adolescentes, todo para poder pasar el tiempo sin aburrirme. Gran idea.

- Estás en lo cierto. -  volvió a centrar su atención en la pantalla de la computadora.

- ¿Cuánto te falta? -  me quejé.

- Ya está. -  sonrió cerrando la laptop de golpe y tomando su saco. Imité el gesto sintiéndome feliz de poder irnos.

- ¿Viniste en tu auto, verdad?

- No. -  respondió serio.  - Caminé los tres kilómetros que hay desde mi edificio hasta aquí.

Fruncí el ceño golpeando su brazo con mi puño juguetonamente, él sonrió divertido.

- ¿A qué viene la pregunta?

- Tendremos que ir separados. -  gruñí.

- Puedo dejarlo aquí e irnos en el tuyo. -  elevó sus hombros.

- ¿En serio? -  sonreí esperanzada.  - ¡Genial! Entonces vámonos. -  abrí la puerta de la oficina para comenzar a caminar pero tomó mi brazo provocando que me detenga. Volteé.  - ¿Qué pasa?

- Es que... -  pasó su mano por su cabello despeinándolo un poco.  - No quería ir a mi departamento justo ahora, debo pasar por el anterior para buscar unas cosas que dejé allí.

Mi cerebro trató de procesar aquella información lo más rápido que pudo. El departamento anterior... se refiere a donde ahora está viviendo Beca.

- ¿A qué quieres llegar diciendo esto? -  entrecerré los ojos.

- Si me acompañas, luego nos podemos ir juntos. -  apretó los labios.

- ¿Pretendes que vaya al departamento que compartías con esa tipa? ¿Es en serio?

- Puedes esperarme abajo si no quieres entrar.

Me limité a asentir porque realmente quería estar con él, de no ser así, ya me habría ido a mi casa a la velocidad de la luz.

- No quiero que te pongas incómoda pero debes saber que estuve mucho tiempo con ella. De todas formas ya lo dejé atrás, aunque desgraciadamente no podemos borrar el pasado.

- ¿Y eso hiciste conmigo, verdad? -  me crucé de brazos mientras esperábamos que el ascensor llegara.

- Tenía que superarte de una forma u otra, y sé que suena tonto, pero es así.

Suspiré. Tenía razón. Yo no debo reclamar algo que es obvio, tampoco pretendía que Liam se quedara esperándome por cinco años sin haber tenido ningún contacto con alguna mujer.

- Lo siento. -  murmuré cabizbaja.

El ascensor llegó a nuestro piso y subimos para luego presionar el botón de planta baja.

- Está todo bien. -  me sonrió de esa forma que me tranquiliza tanto y estiró sus brazos con el fin de envolverme con ellos.

Una vez que llegamos, tuvimos que separarnos un poco y fuimos hasta mi auto. Aún así, no pude evitar sentirme incómoda sabiendo que él estaría con ella vaya a saber por cuánto tiempo. Lo cual es bastante curioso, me desaparecí por cinco años dejándolo con cualquier persona y ahora me preocupa que esté veinte minutos con ella. Ya se se, algo incoherente.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando Liam estacionó frente al edificio, sí,  ya había venido antes, pero esta vez es muy distinta a la anterior. Dejé que él condujera mi auto porque en verdad no tenía ganas de ser yo quien lo llevara hasta ahí.

Conocerte Es Difícil © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora