Brian May y el tiempo

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Octubre de 2010 - Londres

Brian May, una vez más, pensó en Freddie. Desde hacía casi 20 años era escaso el día que no pensara en su amigo. Aunque el dolor no era el mismo que el de los días posteriores a aquel odioso 24 de noviembre de 1991, Brian lo sentía como un peso de infinito plomo sobre su corazón.

Da igual cuantos conciertos recuperase de Queen para entregarlos a los fans, cuantos libros de fotos inéditas sacara, cuantas entrevistas diera para hablar de Freddie Mercury, el dolor no se disipaba. Y aunque las últimas giras habían aliviado en cierta manera toda la culpa por no haber podido evitar la muerte de su compañero, no podía menos que entender la postura de John Deacon al abandonar la banda y la vida pública.

Besó a Anita, que aún dormía, y se escabulló a su estudio. Cerró la puerta tras de sí y encendió las luces.

Ahí descansaba, silenciosa y elegante, su Red Special. Una gran foto de la banda en los años 70 presidía el estudio. Brian se acercó a ella para mirarla por enésima vez, mientras sorbía su café.

Freddie aún llevaba el pelo largo y sonreía, pícaro y misterioso, como siempre. La chispa de sus ojos estaba en plena efervescencia. Brian sabía que había detrás de aquellos ojos oscuros: sensibilidad, diversión, provocación, humor, talento y socarronería.

—"Oh querido, te estás poniendo sensiblón". —dijo en voz alta, imitando el afectado deje de su amigo fallecido.

Su iPhone sonó con insistencia. Roger llamaba, como casi cada día.

—¿Qué, en plena paja matutina?

—Cielo santo, Roger, ¿cuándo aprenderás a saludar como una persona normal?— La risa burlona de Roger inundó el altavoz del móvil.

—Déjate de gilipolleces Brian. La he encontrado.

A Brian casi se le cae el café.

—¿Estás seguro?

—Sí, necesito que la veas.

—En mi casa en 20 minutos.

Se bebió el café de golpe, histérico perdido. Llevaban tantos años buscando a esa persona, siempre en vano. Era imposible que Roger la hubiera encontrado. Era una locura, no podían hacerlo. ¿Quién aceptaría algo así? Fuese quién fuese a quién Roger había descubierto, jamás accedería a esa insensatez. Pero... sería tan increíble si funcionara.

                                                                         +++

Roger Taylor entró como un vendaval en el estudio. Roger era así: un torbellino de energía que todo lo ponía patas arriba. El entusiasmo brillaba en sus vivarachos ojos azules, que contrastaban con su pelo ya encanecido.

Sin decir nada a Brian abrió su portátil. En la pantalla estaba pausado un vídeo de Youtube.

—Espera, espera, háblame de él.

—¿Cómo que él? No, no. Es una chica. Es finlandesa. Ya lo verás.

—Roger, ¿una chica? Vale, a Freddie de vez en cuando le gustaba follar con tías, pero te recuerdo que lo que le iban en general eran los hombres.

—SANTO CRISTO, CALLA DE UNA VEZ Y MÍRALA.

Roger le dio play al vídeo y lo puso en modo pantalla completa.

Un grupo de chicas estaba en el escenario, en una sala relativamente pequeña repleta de gente. Los primeros acordes de Keep Yourself Alive empezaron a sonar. Y de pronto, ella.

Su voz prodigiosa retumbó en el estudio. Ella, vestida en pantalones negros de satén y camisa abierta ajustada, que dejaba ver su sujetador oscuro. Claramente era su homenaje al Freddie de los 70's.

Su lisa melena rubia parecía flotar, llena de energía, mientras con su voz desafiaba a la sala entera.

I was told a million times
Of all the troubles in my way
Mind you grow a little wiser
Little better every day
But if I crossed a million rivers
And I rode a million miles
Then I'd still be where I started
Bread and butter for a smile
Well I sold a million mirrors
In a shopping alley way
But I never saw my face
In any window any day
Now they say your folks are telling you
Be a super star
But I tell you just be satisfied
Stay right where you are

La chica se movía por el escenario como si le perteneciera. Todo su cuerpo parecía en sintonía con la música que atronaba. El público respondía a su carisma como si estuviera enloquecido.

Keep yourself alive, yeah
Keep yourself alive
Ooh, it'll take you all your time and money
Honey you'll survive

Brian abrió la boca mientras no le quitaba ojo a aquella muchacha. Aquella energía. Aquella manera de moverse. Aquel atractivo animal.

—Podría funcionar.

—Lo sé. ¿No te recuerda a Fred?

—Sí, pero... ¿cómo se lo planteamos? ¿La traemos simplemente a Londres y le decimos "oye, quieres ir a conocer a Freddie y bueno, SALVARLO"?

—Bueno, ¿se te ocurre algún otro brillante plan, señor May? Te recuerdo que ese cachivache del tiempo es invento tuyo.

—No lo llames cachivache, es un atomizador de micropartí...

—Zzzz, Brian.

El vídeo había quedado en pausa, con la cámara enfocando al público. La gente miraba al escenario con devoción. Sí, la canción que les había provocado aquella mirada la había escrito él mismo, en 1973. Pero la actuación había sido de ella.

—Esta bien, Rog. Traigámosla a Londres. Haremos un casting a... ¿cómo se llama?

—Leena. Leena Virtanen.

 Leena Virtanen

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Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora