Hot Space

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Julio de 1982 - Nueva York

Tal como había decidido, a partir de aquel instante el mundo tendría que adaptarse a Freddie Mercury, y no al revés.

La primera rueda de prensa tras el escándalo de Paul Prenter fue un bautizo de fuego para Freddie. Había rehuido de entrevistas y declaraciones hasta entonces. Pero la publicación de 'Hot Space' lo obligaba a enfrentarse con los medios.

El nuevo álbum se había publicado hacía unos meses, y nadie parecía demasiado emocionado con el nuevo disco de Queen. En los primeros conciertos de la gira en Europa Leena había notado como el ambiente en el público se enfriaba cuando tocaban Staying Power o Back Chat, a pesar de todo el empeño que Freddie ponía en defender las canciones en directo.

Aquella calurosa tarde de julio de la gira americana que les había llevado ya a Nueva York, Freddie parecía relajado y de buen humor. Seguro de sí mismo y de su talento, a pesar de que 'Hot Space' había sido recibido de forma muy tibia por parte de los fans de Queen.

Aprovechando que era verano la mujer de Brian, Chrissie, los había acompañado a Nueva York. Era algo que hacía tiempo que no ocurría. Dominique, con un embarazo muy avanzado, tuvo que quedarse en Londres.

Leena se sentó en una esquina con Chrissie, esperando a que Queen salieran y diera inicio la rueda de prensa en la tienda de discos Crazy Eddie's. Toda la sala estaba empapelada con la portada de 'Hot Space' y llena hasta los topes de periodistas ansiosos.

Los chicos aparecieron al fin. La mirada de Freddie era salvaje, divertida y expectante, enfundado en sus tejanos blancos y en una camiseta de rayas blancas y azules.

Como era habitual Brian hizo una pequeña presentación, hablando de cómo habían grabado el disco y que les había llevado a cambiar un poco de sonido, cuando una mujer le interrumpió y se dirigió directamente a Freddie.

—¿Freddie, qué puede decirnos de los rumores sobre su homosexualidad?

Fred miró hacia a un lado, con una medio sonrisa mordaz. Luego clavó sus ojos oscuros en la periodista.

—¿Y usted, qué puede decirnos sobre su falta de sexualidad, querida?

Roger soltó una risa, mientras Brian se tapaba la cara con las manos. A su lado Chrissie contuvo la respiración, como el resto de la sala repleta de gente.

—Entonces —contraatacó la mujer—. ¿le gustan las mujeres?

—Me gustan las mujeres. Me gustan los hombres. Me gustan los gatos. Y duermo con todos ellos.

Freddie se rascó el bigote. Se lo estaba pasando bomba, a diferencia de sus compañeros de banda.

—Por si a alguien le importa, también hemos grabado un disco —dijo Brian, inclinándose sobre el micro—. ¿Alguna pregunta referente a eso?

Un periodista levantó la mano.

—Señor Mercury, ¿cómo diría que le gustan las mujeres?

Brian suspiró, incrédulo.

—Me gustan locas, salvajes, con las tetas grandes y una polla enorme —respondió Freddie con toda la calma del mundo.

Un murmullo recorrió la sala mientras todos los ojos se posaban en Leena. Seguramente juzgando a ver si tenía un rabo descomunal. Esta tuvo que contenerse para que no se le escapara la risa. Freddie la miraba con diversión. Le lanzó un beso y un guiño.

—Yo he estado constipado esta semana, por si queréis que hablemos de eso —soltó John Deacon con calma.

—Yo he compuesto dos canciones y respondo preguntas —dijo Roger, subiéndose las gafas de sol a la cabeza. Brian parecía desesperado y a punto de tirarse por la ventana.

Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora