One Year Of Love

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Octubre de 1984

La polémica por los conciertos en Sun City, en Sudáfrica, ensombreció el enorme éxito del The Works Tour. En pleno apartheid, Queen tomó la controvertida decisión de tocar en el país africano no una, sino siete veces. Las dos últimas fechas tuvieron que ser canceladas porque la infección de garganta de Freddie volvió.

De nada sirvieron las explicaciones de Brian acerca de que si solo pudieran tocar en países 100% democráticos no saldrían de Europa, o que las recaudaciones de todos los conciertos de Sun City se donaran o que la banda exigiera una audiencia no segregada. El resultado fue que Queen fueron incluidos en la lista negra de las Naciones Unidas, por no respetar el boicot cultural que se le estaba haciendo a Sudáfrica.

Aquello se sumaba a la controversia que había levantado el vídeo de I Want to Break Free en Estados Unidos, donde Freddie había declarado que no quería tocar nunca más para aquella panda de mojigatos. La canción la había compuesto John y la idea de vestirse de mujer había sido de Roger, pero todos le habían culpado a él de aquella extravagancia. Freddie el escandaloso, Freddie el salvaje, Freddie el marica.

Lo cierto es que Freddie no tenía una respetable fachada familiar que ofrecer al mundo como tenían sus compañeros, casados y con hijos. Aunque luego de gira se comportaran igual de salvajemente que él, o peor. ¿Acaso él traía a decenas de strippers a los camerinos? No. Esos eran Brian y John, con su debilidad por tener tetas al aire a su alrededor. ¿O era él quién se montaba tríos con las fans? No, ese era Roger, que nunca dormía solo cuando viajaban por el mundo.

Para la opinión popular, Freddie Mercury era el de las fiestas imposibles y decadentes, y así había sido desde que Paul Prenter lo había vendido por unas miles de libras.

Por suerte para él, ya hacía muchos años que aquel tipo de controversias se la traían al pairo y habían dejado de afectarle. Nadie iba a decirle cómo vivir su vida.

A finales de octubre de 1984, volvieron a Londres para dejar atrás el episodio de Sun City. Freddie pensó con ironía lo que pensaría la prensa y sus propios fans si llegaran a conocerlo de verdad. Más allá del showman arrogante y seguro de sí mismo, capaz de arrastrar a miles de personas a corear Radio Ga Ga con los brazos en el aire, había otro Freddie que muy pocos habían vislumbrado.

El Freddie profundamente vulnerable y romántico que se había criado viendo viejas películas de los años cincuenta y que soñaba día y noche con encontrar a alguien a quien amar por encima de todas las cosas. El Freddie que ansiaba despertarse cada día sintiendo un amor loco, imposible y duradero. Esa clase de amor que allá por el 1974 para él era una simple quimera, perdido entre la confusión por su propia sexualidad.

Y sin embargo, diez años después de aquel Freddie atribulado por sus propios deseos y sueños imposibles, se encontraba ahí de nuevo. En aquella casa donde todo había empezado para ellos.

—¿No es esta la casa en dónde...? —preguntó Leena, abriendo la boca con sorpresa.

—Sí. La misma.

Freddie había preparado cuidadosamente ese momento. Había contactado con el directivo de la discográfica que había dado aquella fiesta hacía diez años y le había pagado una buena suma de dinero para que le dejase su casa durante un día entero. Luego, con ayuda de Phoebe, la había llenado de crisantemos negros, velas y música suave.

—¿Fred?

—Feliz décimo aniversario, amor mío.

Leena miró a su alrededor, con la luz de las velas reflejadas en su bonita cara. Freddie se apoyó en la misma mesa dónde la había visto bailar y cantar una canción de Elvis Presley, hacía exactamente diez años.

Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora