Crazy Tour

2.4K 215 22
                                    

Noviembre de 1979

La frustrada grabación del nuevo disco en Munich había dejado a los cuatro miembros de Queen bloqueados y con las cosas enrarecidas entre ellos, así que decidieron hacer algo distinto: el Crazy Tour.

Queen ya no tocaba en salas pequeñas ni salía de gira si no era para presentar un nuevo álbum, pero el Crazy Tour fue una excepción. Programaron veinte fechas en Inglaterra, Escocia e Irlanda en auditorios más reducidos.

Nunca la voz de Freddie había sonado tan magnífica como en aquellas actuaciones del Crazy Tour. Tanto su garganta como él mismo estaban en plena forma.

Fred salía al escenario en sus pantalones rojos de polipiel, su cazadora negra, una corbata roja... y eso era todo, como una bomba sexual a punto de explotar. Los juegos de luces, el humo que cubría el escenario, la voz de Freddie alcanzado su máximo rango, el setlist de infarto. Leena apenas podía respirar desde que empezaba el concierto hasta que finalizaba.

A veces se mezclaba entre el público, pero por lo general ella se quedaba a la izquierda del escenario, justo enfrente del piano. Freddie cada vez lo tocaba menos en directo, pero aún por aquel entonces ofrecían un pequeño medley de canciones utilizando el piano.

Love of My Life había sido la canción que él le había escrito. No era un secreto para nadie que se la había dedicado a Leena. Pero cuando la tocaba en directo, dejaba de ser suya para convertirse en un himno que retumbaba en salas, teatros y estadios. Freddie se acercaba al público y les dejaba cantar estrofas enteras. Era un momento cautivador.

Pero su instante favorito era cuando Freddie se sentaba al piano y tocaba una pequeña parte de Killer Queen, como parte del medley. Con su voz suavemente sugestiva y sus ojos descarados clavados en ella mientras cantaba la canción. Siempre se le escapaba una sonrisa entre medias, mirándola. Era el único interludio que Freddie le dedicaba en cada concierto, sin excepción. El resto del tiempo, él pertenecía al espectáculo.

Fue en aquella gira cuando Freddie empezó a jugar con el público usando sus gorgoritos como le daba la gana, manejándolos a su antojo sin ningún tipo de pudor. Y con un rugido ensordecedor, la audiencia respondía.

—Es increíble como los hechiza.

Leena, apoyada entre bambalinas disfrutando a solas del concierto, ni siquiera se molestó en contestar a Paul Prenter. Simplemente siguió bebiendo su cerveza.

—Si él quisiera, podría comerse el mundo en solitario.

—Freddie nunca dejará Queen —contestó con acritud.

—Quizá lo haga si alguien le pone millones de libras sobre la mesa.

Ella se cruzó de brazos, mirando al irlandés. Este no perdía detalle de los movimientos de Freddie sobre el escenario. Literalmente, se lo comía con los ojos.

—¿No tienes otro lugar desde el que ver el concierto o algún culo en el que meter tu miserable polla?

Paul soltó una risita mordaz.

—Algún día, preciosa, se sabrá todo.

—¿Y qué se supone que se tiene que saber?

—Que Freddie es gay. Que tu eres su triste intento de dar una imagen de estrella del rock hetero.

Sin perder la calma, Leena tomó un largo y prolongado trago de su cerveza.

—Y qué sabrás tú lo que es Fred. Tú no sabes nada de sus frustraciones, ni de sus sueños ni de sus esperanzas. Eres su mono de feria; al que ordena limpiar, hacer recados y recoger sus desastres. Y lo que te jode es saber que nunca serás nada más allá de eso.

Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora