Dear Friends

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Marzo de 1988 - Londres

La palabra sida jamás volvió a pronunciarse en Garden Lodge y Joe empezó enseguida a tomarte los antirretrovirales.

Freddie insistió en que Joe se visitara con el mayor especialista londinense en enfermedades autoinmunes: Gordon Atkinson. Este prohibió de inmediato a Joe cualquier tipo de actividad de riesgo, incluyendo fumar, beber, drogarse y tener relaciones con desconocidos. El que era novio de Joe huyó como un cobarde al conocer que estaba enfermo.

En un intento de ayudarle, en Garden Lodge se dejó de fumar por completo. Por orden real de Freddie.

Joe fue relegado de sus tareas en la cocina, a pesar de que se encontraba bastante bien. Insistía en estar presente cuando Phoebe y Leena cocinaban para ir enseñándoles platos y trucos. Aunque sus escasas habilidades culinarias le sacaran de quicio continuamente.

—¡Leena! ¿Qué manera es esa de cortar la cebolla? AY BENDITO SEA EL SEÑOR.

—Joder, pues yo siempre la he cortado así... —protestaba, frustrada. Phoebe se reía de ella disimuladament . —¿Y tú de qué te ríes, Peter?

—Vamos a ver, bonita... ¿pero tú comías algo antes de que yo te alimentara como a una reina?

—Pues comía muchas pollas.

—Ya tenía que soltar la perla —se exasperó Joe mientras Phoebe se tapaba la boca de la risa, soltando el cuchillo de cortar.

—Así enamoré a Freddie. Se la cogía siempre que podía y se la chupab...

—¡Basta! O cortas la cebolla o piensas en chupar pollas. Las dos cosas no —la amonestaba Joe, fuera de sí.

—Puta cebolla de mierda.

Joe insistía en que quería que todo siguiera siendo cómo antes, pero era complicado. Freddie, con remordimientos de conciencia, tenía que componer y grabar el disco, así que cada día se sentía culpable al dejar a Joe en casa. Phoebe y Leena se turnaban para vigilarlo y administrarle la medicación. Joe tenía verdadero pánico a las agujas.

Para distraerlo del pinchazo y de los mareos y náuseas que le provocaban los antirretrovirales, Leena le contaba a Joe tonterías sobre Finlandia, como insultos y costumbres y fiestas y leyendas. Joe la escuchaba y apenas notaba cuando ella lo pinchaba y le inyectaba la medicación.

Algunos días Leena dejaba a Phoebe al cargo de todo y se iba con Freddie al estudio Townhouse, para poder desconectar. Fred también había tomado la sabia decisión de contratar a un chófer, Terry, que estaba veinticuatro horas a disposición de cualquier habitante de Garden Lodge.

Freddie tenía la firme convicción que el dinero podía pagar el mejor tratamiento y detener lo inevitable. Seguir componiendo y cantando lo empujaba y lo animaba, y acabó contagiando aquel espíritu optimista al resto de Queen. No era sorprendente que de aquel ambiente fueran surgiendo canciones tan llenas de vitalidad como Breakthru o Rain Must Fall.

Después de firmar el divorcio, Nicky y Leena visitaron varias casas en Kensington, y tras varias semanas de infierno inmobiliario Dominique se decidió por una casa de tres plantas en Earl's Court Gardens. Tener a Nicky a solo diez minutos de Garden Lodge fue todo un alivio para Leena.

—¿Cómo lo lleva Joe?

—Bien, de momento. Pero aún es pronto.

Leena admiró el amplio y nuevo comedor de Nicky, que había decorado con un gusto exquisito, al estilo nórdico.

—Lo que peor llevamos es el tema de cocinar. Phoebe aprende rápido pero yo...

—Sí, ya me ha contado Freddie tus grandes avances —rió Dominique, desempaquetando un bonito candelabro de plata que colocó sobre la chimenea.

Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora