Junio de 1996 - Barcelona
Freddie firmó encantado todos los autógrafos que le pidieron los alumnos del Instituto Nórdico, tras la primera impresión por la presencia inesperada de una estrella de rock en aquel evento.
—Llevo estudiando con Leena dos años y jamás nos había hablado de ti.— le dijo uno de ellos, que al parecer era un declarado fan de Queen.
—Es un poquito suya, querido. Qué le vamos a hacer.
—Pero es una tía muy guay.— comentó el chico, mirándola a lo lejos.— Y está buena.
—Chaval, está muy feo meneársela pensando en tu profesora.— rió él. El chico se quedó pálido, agarró su autógrafo y se fue corriendo, cruzándose con Leena.
—¿Qué le has dicho a Marcos, Fred?
—Nada.
—Ya.— levantó ella una ceja.— ¿Nos vamos a casa?
—¿No salimos por ahí, encanto? Por mucho que me arrastres a tu apartamento cochambroso, no conseguirás nada de mi.— la besó sin cerrar los ojos, sulfurándola una vez más.— ¿O es que mi party-girl se ha convertido en una señora de mediana edad aburrida?
—¿Perdona? ¿Te recuerdo quién ha participado en todas tus orgías depravadas?
—¿Participado, querida? La mitad de ellas las empezaste tú, con tus artes de mujer malvada. No yo.
—¿Nunca te cansas de provocarme?
—La verdad es que no, es de esas cosas que mejoran con los años, encanto.
Leena sacudió la cabeza, divertida. Él la siguió hasta la salida, camino a casa, cogido de su cintura.
Aún le costaba pensar que la había encontrado y recuperado. Aunque ella parecía algo adormecida por los años de anónima vida que había llevado, según le había contado.
Pasearon junto al puerto, playa abajo, con Leena mirando el mar en la noche.
—¿Así que aburrida, no?
—Hasta que me demuestres que eres mi chica de siempre, sí.
—Quiero volver a casa porque creo que aún tenemos muchas cosas de las que hablar, no porque no me apetezca salir a quemar la ciudad contigo.
—Hablemos, pues. ¿Algún tema en concreto?
Leena se soltó de su cintura y se adelantó un par de metros, para girarse a mirarlo con ojos juguetones. Freddie se metió las manos en los bolsillos, esperando a que ella utilizara sus armas.
—Podríamos hablar de las veces que me he tocado pensando en ti estos años.
—¿Ah, sí?— respondió, dispuesto a entrar en el juego.
—Ahá. En particular con cierta noche en Los Ángeles. Recuerdo que ya llevabas el pelo corto, pero sin bigote.
—Tendrás que refrescarme la memoria.
Leena se desabrochó un botón de la blusa, sin apartar la mirada y se acarició el nacimiento de los pechos. Estaban en mitad de la calle, con gente pasando a su alrededor. Pero a ella no parecía importarle.
—Yo misma te elegí a los cinco tíos.
—Con un gusto seguramente pésimo.
—Yo misma te desnudé delante de ellos.
—No lo recuerdo para nada.— mintió Freddie, observando como ella se mordía el fino labio inferior.
—Yo misma te puse a cuatro patas y te unté con el lubricante.
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Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]
Fiksi Penggemar-Tienes que salvar a Freddie Mercury.- dijo Brian May. -¿Perdón? Y así fue como todo empezó. AVISO PARA NAVEGANTES: No es un fanfic soft. Habrá sexo gráfico, escenas de drogas, palabrotas y demás. Al final y al cabo, reflejar la vida de Freddie sin...