Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]

Ride The Wild Wind

Enero de 1990

El tiempo no esperaba por nadie y a la vez, parecía poder sanarlo todo.

Leena cerró bajo llave la interminable carta que le había escrito a Fred con toda la dolorosa verdad, y junto a ella, encerró su tristeza. La culpabilidad nunca la dejaría del todo, pero tendría que aprender a convivir con ella y encontrar la manera de continuar con su vida sin flagelarse a diario. Tenía que contarle la verdad a Freddie, pero aún no se veía capaz de destrozarle el corazón.

Parte de su paz mental llegó gracias a Freddie, que de forma incansable trabajaba en 'Innuendo' y sacaba fuerzas para hacerla reír cada día. Él nunca se daba por vencido. Con nada.

Habían discutido terriblemente sobre el trabajo que Olli le había ofrecido. Puede que Freddie hubiera decidido ayudar a Olli a comprar el bar, pero seguía sin estar convencido de que ella tuviera que trabajar ahí varias noches a la semana.

—¡Ya tienes un trabajo y ese es cuidarme a mí!

—Ese es el trabajo de Phoebe.— contestó Leena con paciencia infinita.

—Muy bien. Pues te pagaré por mamadas.

—A eso se le llama prostitución.

—No, si solo soy yo quién te paga.— dijo satisfecho Freddie.

—¿Puedes, por una vez, no ponerte histérico cuando algo se escapa de tu control y escucharme?

Freddie se sentó en el borde de la cama con los labios apretados y el bigote a punto de estallar en llamas. Leena se agachó delante de él y lo obligó a mirarla.

—Tu quieres un cambio con Queen y yo quiero un cambio en mi vida. ¿Realmente es tan drama para ti que yo esté fuera unas noches a la semana?

—Sí.— dijo, tozudo como un mulo.

—Haremos una cosa.— Leena se sentó sobre sus piernas y lo abrazó por el cuello.— Cada noche que llegue de trabajar del Kalevala y te encuentre en la cama durmiendo, encontraré la manera de despertarte y compensarte.

—¿Y si no estoy durmiendo solo?— la provocó Freddie, con media sonrisa.

—¿Cuándo me ha detenido eso?— le rozó el lóbulo de la oreja con la boca, provocando que el suave vello negro de los antebrazos de Freddie se erizara.

—¡Me estás manipulando!

—Totalmente. Y en otras ocasiones no te has quejado para nada.

—¿Y cómo me compensarías?— susurró él, cogiéndola por la cintura.

Leena se apartó un poco para desabotonarle la bragueta, sin dejar de acariciarle la sensible piel del cuello con pequeños mordiscos.

—¿Quieres una pequeña demostración?— le preguntó, arrodillándose frente a él mientras le bajaba los pantalones y lo desnudaba de cintura para abajo.

Freddie pronto dejó de protestar y Leena ganó aquella pelea. Aquella misma noche empezó a trabajar en el Kalevala, muy satisfecha sobre lo bien que funcionaban sus métodos de negociación.

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Queen retomaron la grabación de 'Innuendo' en los Metropolis Studios en Londres, pasadas las fiestas navideñas.

Quizá fue por el cambio de aires o porque Freddie parecía haber recuperado su ánimo de siempre, pero las canciones que surgieron en los Metropolis distaban mucho de los temas melancólicos y dolorosos que habían grabado en Montreux.

—Creo que es uno de los discos más raros que hemos grabado, ¿no creéis?— comentó Brian tras escuchar la mezcla final de Ride The Wild Wind.