5 de septiembre de 1983
Phoebe se ofreció a hacer los arreglos necesarios conforme al plan de Leena, e incluso con tan poco tiempo de margen aseguró que podría conseguir entradas para acudir a la función de tarde, en Covent Garden.
Leena le dio a Peter su número de cuenta bancaria para que lo pagara todo.
—¿Eres consciente que puedo utilizar el dinero que Freddie pone en tu cuenta de gastos, no?
—Fred sabe que yo no toco esa cuenta y además, no voy a ser tan ridícula de hacerle un regalo usando su propio dinero.
Era necesario cuadrar vuelos, entradas y vestuario. Sabía que Freddie tenía algún esmoquin en alguna parte, pero desde luego ella no tenía nada ni remotamente apropiado.
Phoebe no tuvo problema en encargarse de todo.
—¿Qué talla usas ahora? Te has adelgazado bastante desde que vinimos a Munich —comentó Phoebe, mirándola de arriba abajo—. Bueno, no importa. Algo encontraré.
El día que Freddie cumplía treinta y siete años, Leena hizo un esfuerzo sobrehumano por despertarse antes que él, lo que era algo inaudito.
—¿Fred? —lo sacudió un poco para despertarlo. Él protestó en sueños, sin despegar los ojos.—¿Freddie? Si te despiertas ahora mismo, te la chupo.
Freddie abrió los ojos al instante.
—¡Feliz cumpleaños! —Leena se metió bajo las sábanas y empezó a besarle por toda la cara, mientras él se quejaba. Estaba tan adorable que se lo hubiera comido en aquel mismo instante. Fred se la sacó de encima mientras se limpiaba las babas de la cara.
—¿Y mi mamada?
Ella puso los ojos en blanco.
—¿No tienes que ir al estudio?
—¡Es mi cumpleaños! Que trabajen esos tres vagos y que John cante las canciones.
Se desperezó estirando todo su cuerpo y la atrapó cuando ella quiso huir de la cama para empezar el día.
—No, no, señorita. Una mujer honrada paga sus deudas.
—Nunca he sido una mujer honrada —rió ella, enredando sus dedos en el suave vello de su pecho.— Además, ahora vendrá a Phoebe a traerte el té, no tengo tiempo para cumplir mis promesas.
—¡PHOEBEEEE! —gritó Freddie enseguida. Escucharon a Peter venir corriendo de la cocina y abrir la puerta del dormitorio.
—¿Sí?
—Tráeme el té en media hora.
Los miró a ambos con cara de resignación. Leena le pidió perdón con la mirada.
—De acuerdo, el té en media hora —dijo Phoebe, dejándoles a solas no sin antes soltar un suspiro.
—¿Y bien? —pidió Fred, bajándose los pantalones del pijama.
—Lo que hago por amor... —murmuró Leena, encantada con el trato.
+++
Leena accedió a acompañar a Freddie toda la mañana por varias subastas de antigüedades, donde compró algunas piezas de arte que Phoebe se encargó de mandar al momento a Garden Lodge.
Después de comer, llegó el momento de darle el regalo de cumpleaños a Freddie.
—¿Confías en mí?
—Por supuesto que no, querida.
—Estupendo, gracias.
Phoebe condujo hasta el aeropuerto de Munich, dónde había una pequeña pista aparte para los vuelos privados. Freddie arqueó una ceja cuando vio el jet de Queen en marcha.
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Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]
Fanfic-Tienes que salvar a Freddie Mercury.- dijo Brian May. -¿Perdón? Y así fue como todo empezó. AVISO PARA NAVEGANTES: No es un fanfic soft. Habrá sexo gráfico, escenas de drogas, palabrotas y demás. Al final y al cabo, reflejar la vida de Freddie sin...