Good Old-Fashioned Lover Boy

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Primavera de 1976

El tour finalizó en Australia, y Freddie volvió a Londres con problemas en la garganta de nuevo. Los nódulos habían vuelto.

Queen aceptó unos meses de vacaciones para volver en septiembre a actuar en tres conciertos en el Reino Unido. Hasta entonces, Freddie estaba obligado a cuidarse y Leena se tomó muy en serio vigilarle para que obedeciera las instrucciones médicas.

Teniendo en cuenta el carácter caprichoso y cambiante de Freddie, era una misión que requería de todas sus fuerzas.

Cada semana Leena le llevaba nuevos discos de ópera o entradas para espectáculos de ballet. Freddie adoraba aquel mundo y podía pasarse horas escuchando a Maria Callas o a Montserrat Caballé encerrado en casa.

—Ojalá pudiera hacer un disco de ópera.

—Pues hazlo. ¿Quién puede impedirle nada al gran Freddie Mercury? —lo animaba ella.

—Los fans de Queen nunca me lo perdonarían.

Tocaba el piano, sin cantar, sacando melodías preciosas que Leena jamás había escuchado. Intuyó que la mente inquieta de Freddie ya pensaba en el siguiente disco.

+++

David Minns apareció en sus vidas un día de primavera de aquel 1976. Trabajaba para EMI. John Reid los presentó durante una comida de la discográfica.

Freddie se encaprichó al instante de aquel muchacho dulce y tímido que aparentaba ser más joven de lo que era. Lo persiguió durante toda la comida hasta que consiguió su teléfono. John Reid se sentía muy incómodo con la situación, pero no dijo nada.

Con preocupación y timidez, Freddie lo habló con Leena. Hasta entonces los rollos esporádicos habían durado una o dos noches como máximo, así que estaba claro que en esta ocasión era algo distinto.

—Siento cosas. Aunque no estoy seguro de qué.

Fred trasteaba el papel con el teléfono de David entre sus manos.

—Pero quiero averiguarlo.

Leena asintió, tragando saliva. Le daba igual el sexo sin compromiso, pero aquello era diferente. Aún con todo, David parecía inofensivo.

—Si te rompe el corazón, lo mataré. Conozco técnicas ancestrales vikingas para hacerle sufrir mucho.

Él sonrió un poco triste. Era una situación que lo desconcertaba y estaba claro que no sabía cómo manejarla.

—Freddie, te quiero. Para mí, esto no cambia nada. Queda con David, disfruta de citas y sé feliz con él.

Leena se levantó dispuesta a irse y dejar que al fin Freddie hiciera esa ansiada llamada. Él la agarró de la mano, deteniéndola.

—No te vayas. Quédate esta noche conmigo.

Ella no se pudo resistir a la suplicante mirada de Freddie y accedió. No hicieron el amor, pero hubo ternura, confidencias e intimidad hasta el amanecer.

Por la mañana, Leena cerró la puerta de la casa de Freddie con el corazón en un puño.

+++

Aquellas largas semanas de primavera las pasó saliendo de copas con Chrissie y Mary. Verónica les había perdonado la infame cena de Navidad pero estaba embarazada de su primer hijo y se encontraba siempre mal. Solo había salido con ellas una noche para hablar de la próxima boda de Brian y Chrissie, que tendría lugar a finales de mayo.

Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora