Marzo de 1975 - EEUU
Tom, el tour manager, consultó la planificación del gira y los urgió a todos a meterse en el autobús. Tenían que conducir durante cinco horas desde Chicago hasta Saint Louis y ya era muy tarde.
Freddie no tenía sueño. La adrenalina del concierto que habían dado en Chicago aún corría por sus venas. Hubiera deseado quedarse en la bulliciosa ciudad para poder salir, pero Tom mandaba y ellos obedecían.
El autobús que les llevaba de una punta a otra de Estados Unidos era relativamente cómodo y estaba equipado para vivir. En la planta baja había una pequeña cocina y una nevera, llena de cervezas y vodka. Arriba estaban las pequeñas literas en las que dormían todos. No era un hotel de cinco estrellas, pero desde luego era mucho mejor que la furgoneta de Roger en la que habían recorrido el Reino Unido.
Brian sacó cervezas para todos y John montó el Scrabble que siempre llevaban encima para jugar en las horas muertas entre concierto y concierto. Roger estaba muy ocupado con una tal Amanda que había conocido hacía unas semanas en Detroit y que había sido invitada a unirse a la pequeña pandilla. Se pasaban las noches enrollándose en los sofás del bus y follando a grito pelado en las literas.
Empezaron una partida Brian, John y él, concentrados en las fichas y en las palabras a formar con ellas. Leena hablaba con Tom, de pie y apoyada en la barra de la cocina. Bebía de su cerveza, con la bonita cara inclinada con coquetería. Reía y sacudía la larga cabellera plateada, sin poder evitar un leve tonteo con el tour manager.
La mirada de Freddie se posó en sus largas y finas piernas desnudas, que terminaban en una imposiblemente corta falda de punto que apenas le cubría el trasero. Sus ojos recorrieron los estrechos tobillos y subieron por sus muslos, cubiertos por un vello rubísimo y deliciosamente suave. Se le hizo la boca agua al advertir claramente la curva de su culo y sus caderas, con su preciosa y desvergonzada forma redondeada.
Estaba deseando preguntarle si ella sería capaz de... No lo había hecho nunca con una mujer. Cada vez que se lo había propuesto a alguna, no sin sentirse culpable por sus propios y oscuros apetitos, se había llevado una negativa y varios bufidos ofendidos. Quizá es que ellas no disfrutaban del sexo anal como los hombres y por ello no sentían el más mínimo interés. O puede que fuera porque se sentían igual de culpables que él por el simple hecho de desearlo.
Pero ella era diferente: la palabra vergüenza no parecía estar en su vocabulario. La sexualidad de Leena era escandalosamente libre.
Freddie había estado con algunos hombres, de manera oculta y fortuita. Primero en el internado de la India y luego a escondidas en baños públicos, con puros desconocidos. Había hecho cosas que horrorizarían a sus padres, si alguna vez lo supieran. Pero no podía evitarlo, por mucha vergüenza que ello le diera.
—¿Me dejas sitio?— le preguntó ella, sacándolo de sus pensamientos. Freddie le señaló sus propios muslos y Leena se sentó encima, dándole la espalda.— ¿Puedo jugar?
—Claro. De todas formas, Freddie siempre hace trampas y hoy no está por la labor.— respondió Brian.
La abrazó por la cintura y la apretó contra él para sentir cada curvatura de su culo sobre su entrepierna. De lo único que tenía ganas ahora es de quitarle aquella minúscula falda y...
—¡"Enjambre"!— chilló ella.— Eso son quince puntos, Brian.
—Maldita sea.
Freddie no pudo resistirse más. Oculto por la penumbra del autobús y por la mesa dónde estaban jugando al Scrabble, deslizó las manos hasta llegar al borde de la falda y se la enrolló silenciosamente en la cintura. Brian y John, delante suyo, no podían ver sus avances.
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Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]
Fanfiction-Tienes que salvar a Freddie Mercury.- dijo Brian May. -¿Perdón? Y así fue como todo empezó. AVISO PARA NAVEGANTES: No es un fanfic soft. Habrá sexo gráfico, escenas de drogas, palabrotas y demás. Al final y al cabo, reflejar la vida de Freddie sin...