Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]

Khashoggi's Ship

Junio de 1987

Jim volvió a Garden Lodge y Leena se vio en la obligación de hablar con Olli.

Él ni siquiera se sorprendió al escucharla. Tampoco se enfadó. Parecía tener muy claro que al final, ella acabaría dejándolo para correr a brazos de Freddie.

—Eso sí, invítame alguna vez a una de las fiestas de Queen, a ver si así ligo con alguna top model.

—No suelen haber top models pero... ¿en qué mundo vivimos si alguien como tú tiene problemas para ligar?

Olli se encogió de hombros.

—Ven a verme cuando vuestra luna de miel acabe y tengas ganas de... diversificar tu atención.

—¿Me estás proponiendo ser follamigos?

—No sé qué narices es eso.

—Amigos con derecho a roce.

—Entonces sí.

—Tomaré nota de tu propuesta.

Olli le sirvió una pinta de cerveza.

—Y bien, rubia ¿qué otras novedades hay en tu vida?

—Aparte de que no soy seropositiva, poco más. Oh, bueno, Roger y Dominique nos han invitado a pasar el verano en Ibiza. Se quieren comprar una casa ahí. Fred aún está grabando a trompicones 'Barcelona' con la Caballé. Y seguramente Jim me hace vudú. Lo normal.

—Claro, la vida que lleva todo el mundo —rió Olli, mientras la dejaba sola para ir a atender a los clientes del bar.

Sí, Jim había vuelto y la cordialidad reinaba en casa. Al menos aparentemente. Ella había intentado disculparse y explicarle que había hecho verdaderos esfuerzos por mantenerse alejada. Pero al final, no había podido más. Jim no la había creído, por supuesto.

En un intento de compensación, un par de veces a la semana Leena desaparecía para dejarles a ellos dos intimidad en Garden Lodge. Pasaba esas noches en el bar de Olli, bebiendo cerveza, escuchando tranquilamente los últimos éxitos del hard rock y esquivando a los tíos que se acercaban para ligar con la rubia solitaria de la barra.

—Venga guapa, vente conmigo y te follaré como nunca te han follado en la vida.

—Lo dudo mucho, querido. Ya me han follado muchas veces como nunca en mi vida. Tengo el cupo lleno.

Olli se partía de risa, desde el otro lado de la barra. Ni siquiera se molestaba en intervenir para espantar a los moscones. Leena se valía sola.

Algunas noches se iba a dormir a Surrey, a casa de Dominique y Roger, y otras simplemente daba vueltas por Londres. En el Heaven siempre se encontraba algún conocido de Freddie con el que bailar y tomar algo.

Tan solo esperaba que las largas vacaciones en Ibiza calmaran y relajaran a Jim Hutton.

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El Hotel Pikes tenía, en realidad, poco de hotel. Más bien era la mansión que Tony Pike, un playboy inglés de terrible fama, tenía en Ibiza y que alojaba a superestrellas deseosas de un lugar privado en el que poder cometer todo tipo de excesos con el beneplácito de Pike.

—Creo que podría acostumbrarme a esto —dijo Dominique, acomodándose en su hamaca, junto a la piscina.

Leena se bajó las gafas de sol para observar al tío sin camiseta que limpiaba el agua.

—Sí, yo también. ¿Crees que podríamos conseguirnos un toy boy como ese?

—Somos un poco jóvenes para tener un toy boy —rió Nicky.