Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]

Dreamer's Ball

23 de junio de 1996 - Londres

Freddie se afeitó toda la barba, excepto las patillas. Solo para complacerla en el papel de Danny Zuko. Incluso se había dejado crecer un poco el cabello y logró hacerse un tímido tupé.

—Bueno, nunca seré tan guapo como John Travolta pero esto es lo que hay, encanto.

Leena lo miró de arriba abajo. Pantalones de cuero y cazadora negra. Camiseta blanca ajustada con un dobladillo en las mangas. El pelo engominado. Si no hubiera sido por las atractivas arrugas alrededor de sus labios y sus ojos y por el pelo negro salpicado de pequeñas canas, Leena hubiera jurado que estaba ante el mismo Freddie descarado que había bailado y cantado en el vídeo de Crazy Little Thing Called Love.

—Eres mucho más guapo que John Travolta.

—Madre mía, sí que es cierto que el amor es ciego como un topo.— rió Fred.— ¿Qué tal tu pelo?

Ella resopló, frustrada. Tener el pelo tan liso y tan lacio era un verdadero engorro si querías cardártelo y crear ondas.

—¡Mira! No soy Sandy, Fred. ¿Qué es este pelo? Parezco una Barbie trasnochada.— se quejó, golpeando el tocador con el peine. Freddie se lo quitó de las manos antes de que rompiera algo.

—Calla y déjame a mi.

Con paciencia y mimo y bastante laca, Freddie fue cardando su pelo, observado a través del espejo por Leena.

—¿Alguna vez acabará?

—¿El qué, encanto?— dijo él, rociándola de laca.

—Desearte así.

Fred sonrió como un ladronzuelo y depositó un leve beso en sus hombros desnudos.

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Phoebe, disfrazado de Chaplin y Terry del protagonista de "Taxi Driver" les esperaban abajo, junto a Liam, que estaba guapísimo vestido de William Wallace en la versión de "Braveheart".

—¡AAAAAH! ¡Pero que estáis muy guaaaapos! Sobre todo Freddie, aunque sea un viejo.

—Gracias, Liam.— suspiró Fred. Leena le tenía tomado por el brazo y se echó a reír.

—¿Vamos a buscar a Dominique? Llegamos un poco tarde a la fiesta.

Había insistido a Nicky para que fuera como la princesa Leia, y le había regalado un bikini dorado de lo más provocativo. Dominique se había negado en rotundo al principio, argumentando que nadie querría ver a una cuarentona enseñando carne. Pero Leena la chantajeó vilmente y su amiga acabó accediendo.

Nicky los esperaba frente a su casa y Liam sacó la cabeza por la ventana del coche como un perro, silbándola.

—¿Pero qué hace este? ¿No es gay?— preguntó Nicky, entrando en el coche.

—Gay como una mariposilla, soy.

—Está un poco sobrehormonado, querida. Estás preciosa.— la piropeó Fred.

—Bueno, no tengo yo cuerpo ya para ir de princesa Leia.

—Anda que no. Si fuera lesbiana, yo te daba hasta en el pasaporte.— rió Leena, repartiendo copas de vino para todos.

Rieron y charlaron hasta llegar al club de striptease que Phoebe había preparado para la fiesta de cumpleaños de Leena. Esta se colgó del brazo de Freddie con una sonrisa.

—¿Te vas a comportar, encanto?

—Nunca, amor mío.— contestó ella.

El club era relativamente pequeño pero ya estaba lleno de todos sus amigos. Entraron en tropel al ritmo de Ça Plane Pour Moi.