Marzo de 1987 - Barcelona
Planificarlo todo fue una auténtica locura que llevó varios meses de llamadas y logística, pero Freddie y Mike Moran lograron al fin cuadrar agendas con la diva para el encuentro en Barcelona.
Y Fred estaba nervioso y alterado como si fuera a conocer a Elvis Presley.
Leena lanzó un grito cuando se subió a la limusina que les llevaría al aeropuerto de Heathrow.
—¡¿Y tu bigote?!
—Desaparecido, encanto. Tenía que estar presentable para Montserrat, y no parecer el miembro perdido de los Village People.
—¿Y por qué no te has dejado barba?
Freddie se quedó a cuadros.
—La verdad es que no lo había pensado. ¿Qué pasa, estoy feo? ¿Se me ven mucho los dientes?
—No, es solo que no me lo esperaba —Leena le acarició el labio superior recién afeitado.
—Ahora no me montes un drama cómo cuando me corté el pelo y a ti te dio un aire y volviste convertida en Debbie Harry.
—Que no, que me gusta. Un momento, ¿y Jim?
—Se queda para cuidar de los gatos.
—¿Le has dicho la verdad?
—¿Qué me voy a Barcelona? Claro, querida. ¡Vamos Phoebe, no podemos hacer esperar a la gran diva!
Leena desistió. Si no le había dicho a Jim que ella iba a Barcelona, no era su problema. Y no era su relación. Bastante tenía con lidiar con la suya propia.
El hotel Ritz de Barcelona había preparado un salón privado con un piano para la ocasión, con vistas a los jardines. Fred llevaba en una cinta grabada Exercises In Free Love y una pequeña libreta con muchas ideas.
Freddie iba nervioso de un lado al otro comprobando que su traje estaba impoluto y que su bigote no había crecido en los últimos cinco minutos.
—Entiendo que tu quieras ir vestido como un señor de cuarenta años —se quejó Leena—. ¿Pero por qué coño tengo que ir yo vestida de pija?
—Porque no vas a presentarte ante una prima donna de la ópera con tu 'elegante' camiseta de los Ramones, querida.
—¿Qué importa cómo vaya yo? Viene a conocerte a ti.
Leena se estiró la falda de tubo del espantoso traje chaqueta que Freddie le había hecho ponerse.
—¿Hombreras? Putos años ochenta —murmuró bajito para que él no la escuchara.
Montserrat llegó quince minutos tarde, pero no se disculpó por ello. Cuando la vio entrar, Leena creyó que Fred iba a desmayarse por la emoción.
—Disculpa la espera, querido. El tráfico en Barcelona es horroroso.
La imponente presencia de la Caballé los dejó a ambos estupefactos, y fue Fred quién corrió a saludarla, no sin antes agarrar a Leena de la mano y arrastrarla tras de él.
—Es un placer conocerla, señora Caballé.
—Oh, querido, no me llames así. Me haces sentir como una abuela. Llámame Montsy.
Montserrat les sorprendió a ambos saludándolos con dos besos en la mejilla, a la manera española, en vez de con un apretón de manos. Freddie se puso rojo hasta las orejas.
Fred y la soprano catalana encajaron desde el primer minuto. Eran almas gemelas musicalmente hablando y se enamoraron el uno del otro de forma platónica en el transcurso de aquellas primeras horas, mientras Freddie le exponía sus ideas y tocaba el piano para ella. Montserrat lo escuchaba atentamente, asintiendo y sonriendo sin parar.
ESTÁS LEYENDO
Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]
Fanfic-Tienes que salvar a Freddie Mercury.- dijo Brian May. -¿Perdón? Y así fue como todo empezó. AVISO PARA NAVEGANTES: No es un fanfic soft. Habrá sexo gráfico, escenas de drogas, palabrotas y demás. Al final y al cabo, reflejar la vida de Freddie sin...