24 de noviembre de 1991
Se despertó sola en la gran cama del dormitorio principal de Garden Lodge. Freddie se habría levantado hacia rato y la había dejado durmiendo sin molestarla.
Al pie de la cama, Miko la observaba con sus embrujadores ojos amarillos.
—No me juzgues, Miko.
Unas voces en el exterior la llevaron a asomarse a la ventana del dormitorio. Abajo, bajo el frío sol de noviembre, Jim Hutton arrancaba las malas hierbas que salían continuamente en el jardín. Estaba agachado a cuatro patas mientras Freddie a su lado bromeaba y fumaba, dándole golpecitos en el culo a Jim con el pie.
No escuchaba lo que Freddie le decía, pero ambos estaban relajados y tranquilos. Era una escena perfecta de complicidad. Leena se dio cuenta que si no lo hacía ya, nunca lo haría.
Se vistió con el rumor de la voz de Freddie a sus espaldas. Llevaba días con una mochila preparada. Dentro habían muy pocas cosas. El libro del horóscopo que Fred le había regalado en su primer cumpleaños en Garden Lodge. La camiseta de Village People de Joe. Algunas fotos tomadas con la Polaroid. En un impulso, metió también la camiseta de Flash que siempre le robaba a Freddie. Su olor aún la impregnaba.
Con el corazón latiendo apresuradamente, abrió el cajón de la mesita de noche, dónde una sencilla caja de madera llevaba cerrada con llave desde hacía muchos meses, con una bomba de relojería dentro.
Leena sacó la larga carta que le había escrito a Fred y la ordenó pulcramente, hoja por hoja, hasta dejarla en la mesita de noche de él, en el lado derecho de la cama. Su lado.
El viejo smartphone se encendió, con la batería totalmente cargada. Leena lo configuró para que no se bloqueara ni se apagara la pantalla. Halló un documento con la biografía de Queen y buscó las últimas páginas, en las que hablaban de la muerte de Freddie Mercury. Así la creería cuando leyera la carta.
Escribió unas sencillas instrucciones para manejar el móvil y lo dejó junto a la carta.
Luego, llamó a un taxi.
+++
Antes de bajar las escaleras, Leena miró por última vez a Freddie a través de la ventana. Iba vestido en un chándal de un rojo estridente. Su sonrisa pícara y nerviosa, con los dientes salientes, podía haber iluminado el mundo entero. Deseó regresar atrás en el tiempo para volver a revivir cada instante de felicidad y risas que habían compartido. Pero eso ya era imposible.
Se abrochó la cazadora, se colgó la mochila al hombro y bajó sigilosamente las majestuosas escaleras de Garden Lodge. Phoebe silbaba distraído en la cocina.
Miko la siguió en silencio y se quedó sentado, mirando como Leena huía.
Sin hacer ruido, cerró la puerta principal a sus espaldas y salió por la puerta verde metálica del jardín a Logan Place.
No se atrevió a mirar de nuevo la casa cuando subió en el taxi que la esperaba con el motor en marcha. Si echaba la vista atrás, no sería capaz de irse. Si echaba la vista atrás, estaría perdida.
Y Leena no quería jugar más. Ya no le quedaba nada, excepto vivir el resto de su vida sepultada por la culpa.
—Al aeropuerto de Heathrow, por favor.
El taxista la miró a través del retrovisor.
—¿Te vas de viaje, bonita?
—No.— contestó ella, colocándose las gafas de sol sobre sus ojos de hielo.— Mi viaje acaba de terminar.
El taxi negro arrancó, perdiéndose entre las anónimas calles de Londres.
Leena no volvió la vista atrás.
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Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]
Fanfiction-Tienes que salvar a Freddie Mercury.- dijo Brian May. -¿Perdón? Y así fue como todo empezó. AVISO PARA NAVEGANTES: No es un fanfic soft. Habrá sexo gráfico, escenas de drogas, palabrotas y demás. Al final y al cabo, reflejar la vida de Freddie sin...