Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]

A Night at The Odeon

Nochebuena de 1975 - Londres

No había una manera mejor de celebrar las navidades que con un espectacular concierto en el Hammersmith Odeon, que sería retransmitido en directo por la BBC. Era el broche perfecto para finalizar un año de éxito para Queen. 'A Night at The Opera' ya era disco de platino, el videoclip de Bohemian Rhapsody había hecho historia, habían fichado por EMI y el dinero entraba a raudales.

Freddie estaba apoteósico. Había hecho importar para la ocasión un piano blanco Bechstein, tenía dos outfits fabulosos y la voz en plena forma.

Por aquel entonces Leena ya había visto a Queen en directo decenas de veces. Pero nunca dejaba de maravillarse ante una nueva oportunidad de disfrutarles, especialmente en un concierto que ella se sabía de memoria y que se convertiría en uno de los más populares de la banda.

Conscientes todos ellos de que los años de ser un grupo de tres al cuarto (sí es que alguna vez lo habían sido) habían quedado atrás, aquel concierto fue toda una declaración de intenciones.

No importaban todas las malas críticas de la prensa especializada que habían recibido durante años: Queen triunfaba por encima de todo. Y ahí estaban para dar una bofetada a todos los críticos musicales que insistían en despedazarlos.

Leena disfrutó del show entre bambalinas junto a Chrissie y Mary, ambas invitadas por Brian. Era la primera vez de Chrissie y estaba muy excitada.

—Oh, dios mío. ¿Cómo se atreve Freddie a salir vestido así? —dijo Chrissie, llevándose la mano a la boca.

Lo cierto es que el primer traje de Freddie no dejaba nada a la imaginación. Era un mono blanco de una pieza de brillante satén, arrapado hasta el desmayo, que marcaba cada una de las formas de su cuerpo. Incluída su entrepierna, claro.

Unos zapatos de tacón blanco y una chaquetita torera a juego que dejaba al descubierto su velludo pecho completaban el look. Leena se echó a reír.

—Freddie ha venido a este mundo a causar sensación.

—¡Pero es que le veo todo!

—Y qué todo... —bromeó Leena de buen humor.

—¡Leena! Es tu novio, de verdad te parece bien que todo el mundo le vea el... bueno, el...

—EL PENE —dijo Leena muy seria.

Mary casi se ahogaba de la risa mientras sonaba Ogre Battle.

—Vamos Chrissie, no seas mojigata. Si tiene un pene grande y bonito, ¿por qué no alegrarse la vista?

—No sé si voy a poder concentrarme en la música —protestó la pobre Chrissie.

—Piensa que si Brian no llevara la Red Special, también iría alegrando la vista al personal.

—Ay dios...

Leena bebió otro trago de su cerveza, sin dejar de mirar a Freddie actuar. Era absolutamente divino. De otro mundo.

—Luego en la cena puedes preguntarle a Fred si usa o no calzoncillos en el escenario. Estoy segura que te dará toda clase de detalles y explicaciones al respecto.

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Tras el concierto, todos se fueron a casa de John y Veronica. Esta última había insistido en preparar una gran cena de Navidad para todos.

Mientras Leena conducía hacia el hogar del bajista y su mujer, le contó a Freddie la reacción de la escandalizada Chrissie al verle con el traje blanco. Freddie se partía de risa entre calada y calada al cigarro.