Too Much Love Will Kill You

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Junio de 1985 - Londres

Como había prometido, Bob Geldof llamó a Freddie para ofrecerle tocar en el Live Aid.

—Creo que es el evento perfecto para Queen y para ti, Fred.

—¿Y eso por qué, querido?

—Porque el público será el mundo entero.

Freddie dio una calada a su cigarrillo, sonriendo.

—Entiendo lo que quieres decir.

—¿Y entonces?

—Oh, cariño, de acuerdo. Ahí estaremos.

—¿Eres consciente que no podréis llevar vuestros juegos de luces ni vestuario, no?

—¿Tendré que tocar desnudo, Bob? Entonces es posible que recaudéis el triple de lo esperado —bromeó Fred.

—Freddie, va en serio.

—Lo mío también.

Y colgó entre risas. Su primer impulso fue correr escaleras abajo para dar la noticia a Leena, pero ella seguía estando un poco rara. Freddie no sabía mucho de problemas femeninos, pero estaba bastante seguro que una mujer con treinta años no podía tener aún la menopausia y sus consecuentes cambios de humor.

Se lo pensó mejor y llamó a Jim.

—¿Vendrás? Así me verás cantar por primera vez —le preguntó una vez le contó lo del Live Aid.

—No sé si podré, estoy a punto de quedarme sin casa.

—Bueno querido, en Garden Lodge hay habitaciones de sobra. Puedes venirte aquí siempre y cuando seas bueno con los gatos y no toques los discos mugrientos de Leena.

—¿Vivir contigo...y Leena?

—Claro —dijo Fred con total naturalidad —Aquí se quedan muchas noches Joe y Phoebe también. Somos como una gran familia disfuncional. Es el Reino Mercury, cariño.

—No sé quién te crees que soy, pero yo no soy un hippie para estar ahí viviendo en una especie de comuna depravada. Bastante tengo con aguantar que tengas "novia" —murmuró Jim.

—Pues tú te lo pierdes, soplapollas —contestó Fred muy molesto, colgando con un gran golpe.

No soportaba su santurronería. Era como un campesino irlandés que solo pensaba en casarse y tener hijos. Tan sofisticado como una piedra de la calle.

Fuera de la cama, Jim era tranquilo y sosegado, como una balsa de aceite. Y sin embargo, había algo en él que lo atraía. Quizá era porque eran polos opuestos y Fred deseaba convertirlo y moldearlo a su imagen y semejanza.

Pero, ¿quién se había creído que era para juzgarlo a él y a su forma de vida? Freddie sintió ganas de lanzar algo contra la pared.

—¿Te has vuelto a pelear con Jim, no?

Leena lo miraba con compasión. Llevaba al viejo Romeo en brazos, que ronroneaba encantado de la vida.

—Últimamente abrazas más a ese gato que a mí.

—Oh, Fred. No me digas que estás celoso del pobre Romeo.

Freddie levantó la tapa de su piano Yamaha y tocó unas notas sin ganas.

—Se llama Love Me Like There's No Tomorrow, por si te lo estabas preguntando. A ver si así te ablando ese corazón frío de mujer nórdica que tienes.

Ella dejó a Romeo sobre su butaca de lectura y lo abrazó por el cuello, besándolo tras la oreja.

—Tu sabes que te quiero, ¿verdad?

Any Way the Wind Blows [Freddie Mercury]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora