Esposo mío, estoy jodido

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Kang sentía como una gruesa gota de sudor frío corría por su espalda mientras miraba el extraño rostro serio de su señor. Esa tarde había llegado a la secta con el cargamento ya listo para la producción directa de las tabletas de chocolate para encontrarse que su alegre o alocado señor estaba mortalmente serio.

El rostro de Zhiyin no estaba con su acostumbrada sonrisa o con sus comentarios sarcásticos o ocurrentes. En cambio había una rigidez en sus músculos faciales más una vena que le palpitaba en la frente.

El hombre miró a Yanfeng que les servía té y este le asintió con la cabeza dándole a indicar que sí, su señor estaba de muy mal humor. Quizás debía cuidar su lengua cuando hablara. Conocía como era Zhiyin pero de buen humor, pero molesto, como que era toda una proeza.

-Entonces, estos son todos los datos finales de la última cosecha- hasta su voz se notaba desgastada.

-Si mi señor y además le trajimos lo que nos pidió de las semillas de cacao para la producción destinada para el Festiva. También me informaron que el traje de nuestro líder casi está listo así que...- Kang tuvo que correr su cabeza rápido hacia un costado esquivando el reposa tintas que fue lanzado en su dirección. La pieza de jade cayó al suelo astillándose en pedazos.

-No me menciones a ese imbécil- Zhiyin gruñó arrugando el papel entre sus manos- Casi una semana y no sé nada de él. Ni siquiera me avisa. Acaso que cree que está del lado de acá. Estoy yo cargando a su hijo, que casi me arranco los pelos de la preocupación, pero eso a él no le importa. Ni siquiera porque ayer mandé a decirle que estoy de parto para que viniera pero no. NADA, buaaaaaa- rompió en llanto.

Yanfdeng tuvo que sentarse a su lado y sobarle la espalda con un rostro de que eso ya era costumbre. Kang por su lado alzó una ceja sin comprender bien la situación pero al menos sabía que cierta persona estaba bien frustrada.

Zhiyin lloró de nuevo por algunos minutos mientras soplaba sus mocos en un pañuelo que el gemelo le dio. Ahora con su rostro húmedo e hinchado Kang notó que se notaba realmente cansado.

-¿Puedo hacer algo por usted?- intentó ser servicial.

Zhiyin negó y se fijó de nuevo en sus papeles.

-No me hagas caso, solo era una pataleta egoísta mía. Ya me siento mejor- dijo restregándose los ojos.

Kang casi se vuelve loco. Prefería a Zhiyin estable. Así como que era un poco...impredecible. Poco después entró alguien corriendo y se arrodilló.

-Joven señor. Tenemos un problema-

Zhiyin alzó su mirada y lo fulminó. El discípulo sintió la tensión en la atmósfera y una gota de sudor corrió por su sien ¿No sabía que había hecho pero al menos enojar a su señor si?

-¿Qué mierda ocurre ahora? Acaso ya el día no es lo suficientemente jodido para que me venga más encima-

Los presentes se quedaron estupefactos con su hermoso vocabulario. Era conocido por sus palabras bastantes obscenas pero nunca tantas en una misma oración.

-Mi señor- el discípulo no supo cómo hablar- Hay alguien en la entrada de la secta-

-¿Quién?-

-No lo sabemos pero dicen que desean hablar con el líder, pero él no se encuentra-

Yanfeng se apresuró a agarrar las manos de Zhiyin en caso que este le lanzara algo al joven más no lo hizo. En cambio el rostro de Zhiyin se ensombreció.

-¿Yanfeng, acaso para venir a las sectas ante no se debe mandar una carta de solicitud para entrar?-

-Si mi señor, sin esta carta y permiso por parte del líder no pueden ingresar, son las leyes y si desean forzar las cosas nuestro líder puso una barrera que dentro suprime el cultivo de quien entre sin permiso a menos que su cultivo sea superior, y si está al menos de un kilómetro a la redonda lo suprime a la mitad-

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora