Esposo mío yo...te...

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Zhiyin les ordenó que se quedaran un poco detrás, no queriendo que ellos interfirieran y confiando en sus habilidades, y se detuvo delante de la tarima de madera bastante rústica y tosca como todo lo del interior que contrastaba con la tienda exquisita y elegante de al lado. Detrás de este se escuchaban las voces de los hombres, y el sonido del metal siendo golpeado, las llamas volaban de un lado a otro seguido de las chispas. Había un calor inmenso que hizo que la nuca de Zhiyin se humedeciera pero se quedó allí hasta que un hombre grande rudo, con la túnica amarrada a la cintura dejando a la vista un buen conjunto de músculos duros y sudados, lo atendiera.

El tipo estudio a Zhiyin deteniéndose en la barriga que no encajaba con sus fracciones delgadas y arqueó la esquina de la boca.

-¿Qué desea?- a diferencia de su aspecto su trato no fue tan brusco.

-Quiero vender esto- puso sobre la mesa tres de las joyas que le habían regalado y que Xiaocheng le había devuelto junto al resto que se quedaron en la bolsa en la boca de su perro.

El hombre las levantó y las analizó abriendo los ojos al notar el nivel del material empleado. Serían excelentes piezas para trabajar con algunos ajustes.

-Te doy 3500 rul por los tres-

Zhiyin puso la típica cara de me estás tomando el pelo o tengo cara de idiota. Se mordió el interior de su boca para no soltar una barbaridad. Por supuesto que el hombre pensaba que por su físico y la forma en que estaba vestido podía estafarlo de la más estúpida manera, por lo que sonrió con sus ojos hechos unos bloques de hielo.

-9000 rul por los tres- dijo rotundamente y el hombre se tambaleó hacia atrás.

-Disculpe pero eso es imposible, no valen tanto como para pagar eso-

Y Zhiyin lo sabía muy bien, había dicho una cifra escandalosamente alta y con una razón. Si aquellas telas las habían comprado tan baratas que daba risa de esta sacaba un buen monto. Ya sabía él que debía haber estudiado economía cuando fue a la universidad.

También una de las razones por la que había estado de puesto en puesto era averiguando los diferentes precios de los productos y tenía una idea clara de a cuanto era la venta del gramo de oro y de las joyas preciosas.

-Puedo hacer una estimación y dejarlo en 8000 rul- declaró Zhiyin inteligentemente.

El hombre todavía serio.

-En ese caso- estiró la mano para guardarlas de nuevo cuando la voz del hombre dijo otra cifra.

-6200 rul-

-7500 rul- regateó Zhiyin y después de unos segundos el hombre soltó un suspiro y accedió.

Zhiyin quiso saltar de la alegría pero su panza no lo dejaba pero de igual forma se removió contento haciendo que las personas a su alrededor se quedaran un poco extrañadas con el nuevo baile. Al regresar el hombre dejó frente a él una bolsa de cuero y sacó las diferentes piedras y las contó hasta llegar a los 7500 rul.

-Gracias- Zhiyin le sonrió muy feliz y el hombre se quedó maravillado con la sincera sonrisa pero no pudo apreciarla pues el joven se fue y camino hacia dos personas que lo esperaban en la esquina y rápidamente reconoció a uno de ellos. Se preguntó por qué el chico había recurrido a ese método si tenía al líder de la secta a su lado, pero se quedaría con la duda.

Zhiyin por su parte alzó la bolsa de dinero delante de Fengxiao.

-Mira esposo mío, hice mucho dinero- su expresión mostraba que quería ser elogiado y Fengxiao no tuvo más remedio que darle un beso rápido en los labios.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora