Esposo mío...

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Bip........... Bip................... Bip......bip..... bip...bip...bib. Bib. Bib. bib. Bib. Bib. bib. Bib. Bib

-Doctor, doctor, el paciente en coma de la cama 48 está dando signos de respuesta. Doctor-

Los gritos de la doctora se escucharon en la sala general... para después volverse todo un caos. Un hombre entró corriendo con una bata blanca y se acercó a la cama con el hombre prácticamente destrozado acostado en ella que llevaba más de un mes allí milagrosamente vivo.

-Traigan esto... y esto... y esto- fue ordenando mientras el cuerpo en la cama se removía tan lentamente que parecía que estaba agonizando... y lo estaba.

Zhiyin había pasado por muchos dolores. Sobre todo, en los últimos tiempos tras haber sido secuestrado... pero nada lo preparó para el que sintió en ese momento. Ni siquiera podía abrir los ojos y la boca para jadear. Solo sus manos se movían, pero sus dedos parecían que pesaban una tonelada.

Era agonizante. Solo podía escuchar gritos y voces a su alrededor.

Lo peor. No sentía ninguna parte de su cuerpo. Como si no estuvieran allí. Para eso se hubiera muerto de una vez y le hubiera ahorrado tantos problemas. Al menos le quedaba ganas para protestar. Aunque no le duró mucho tras volver a la inconciencia cuando los sedantes hicieron efecto.

Y este proceso se repitió varias veces, perdiendo total noción del tiempo. Ni siquiera podía pensar en algo antes que el dolor se apoderara de él y volviera a dormir.

...¿qué vamos a hacer con él?- fue en un momento que comenzó a despertar y al parecer estaba tan drogado que no convulsionó del dolor, que pudo escuchar un hombre hablando con una mujer.

-la verdad no sé. Ni siquiera su familia ha venido a verlo o reclamar por él. Los gastos médicos solo se acumulan y aunque hablamos a su banco su cuenta bancaria no podrá cubrir todo.

Hubo varios segundos de silencio.

-Él acaba de despertar del coma, pero por el estado de su cuerpo no podrá hacer mucho. Es preocupante su estado. Hay que volver a intentar contactar a su familia. Él necesitará mucho apoyo para superarlo, si es que sobrevive.

Tras esto Zhiyin escuchó levemente como las dos personas se alejaban.

Primero dos cosas, pensó él. No creía que su familia se fuera a interesar. Sino lo habían hecho todo este tiempo donde había estado en coma, que era lo que sabía dado que era la poca información que había logrado acumular.

Segundo, cuanto carajo había costado todo que su cuenta bancaria no podía pagarlo. Pues al parecer mucho porque su cuerpo se sentía como una mierda. Lo que era esperado si te pasaba por encima un camión. Al menos tenía que reconocer que se estaba tomando todo aquello con mejor perspectiva de la que se imaginaba.

Y tercero. No necesitaba apoyo para superar nada. Si estaba desfigurado sería una lástima, pero ya él tenía un cuerpo más joven y vigoroso preparado para su esposo. A este le tenía cariño, pero le traía algunos malos recuerdos. Así que lo que necesitaba era ayuda porque para poder volver con su familia, la que él había formado necesitaba volver a su casa. Allí tendría todo lo necesario.

Y ahí radicaba el problema.

¿Cómo carajo lo haría si apenas podía sentir su cuerpo?

Y la pregunta se mantuvo en su mente, intentando romperse la cabeza más de una vez hasta que cayó la noche y algo fue retirado de encima de uno de sus ojos. Fue entonces que Zhiyin sintió que podía abrir su párpado. Si, solo uno de ellos. Eso sin contar que, aunque el dolor seguía presente con los sedantes constantes se mantenían controlados, aunque eso no quitaba que tuviera que luchar contra el sueño.

No era momento de eso.

-Oh, buenas noches- escuchó una voz femenina a su lado, aunque Zhiyin no le hizo caso en lo que enfocaba torpemente su vista.

Después de mucho esfuerzo por largo tiempo las imágenes se hicieron más nítidas, y se encontró en una habitación con tres camas más, todas separadas por cortinas, con personas en su estado similar. Él se encontraba rodeado de aparatos, sueros, junto a la ventaba donde pudo divisar la luna llena en lo alto del cielo.

Soltó un leve suspiro. Le dolió como el infierno y solo el costado de su boca se movió. Quería saber el estado de su cuerpo, aunque de algún modo le daba hasta miedo. Aunque cuando intentó mover su cabeza cada vertebra de su columna crujió y eso casi lo cegó de dolor.

-No, no te puedes mover- la enfermera corrió hacia él intentando detenerlo- Su estado es muy delicado. Que se mueva puede afectar más a su cuerpo, aun cuando las heridas están en parte cerradas.

La mujer se inclinó y aunque no era tan visible, el reflejo de parte de su rostro se mostró en los cristales de las gafas de ella. Un estremecimiento recorrió a Zhiyin. Toda su cabeza estaba vendada y casi el 70% de su rostro, solo dejando a la vista un ojo, la mejilla y el costado de su boca, incluso pudo notar que la parte vendada estaba deforme. Ni siquiera quería saber que había pasado allá abajo, aunque podía garantizar que su cerebro estaba bastante sano pues podía pensar.

Y no vio mucho más, pero se pudo imaginar el resto. Dios no, tenía que volver. No quería estar atrapado dentro de ese cuerpo todo el tiempo. Necesitaba... necesitaba...

-¿Necesitas ayuda?- esta vez fue la misma enfermera la que habló, lo que su tono de voz fuer diferente, uno que hizo que tanto su pecho como su espalda se calentara. Y cuando Zhiyin giró su rostro hacia un costado se encontró con aquello ojos detrás de las gafas, brillantes, irreales... eran los ojos de un dragón... ¿de su dragón?

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora