Zhiyin se dirigía a la entrada de la secta, para recibir a Yanfeng. El gemelo había vuelto de hacer un pedido exclusivo de él y era de buena educación atenderlo, además quería enterarse del chisme de cómo habían reaccionado todos. De paso también le reclamaría de lo inoportunos de que eran tanto él como su hermano. Tenían un cronómetro perfecto para interrumpirlo cuando intentaba tener un poco de intimidad con su esposo. Acaso sabían lo complicado que era estar de buenas con ese hombre.
Lo visualizó hablando con un soldado y la expresión de su rostro solo se retorcía con cada palabra. Zhiyin se imaginó que lo estaban poniendo al día con los últimos acontecimientos, de que los comentarios volaban rápido en la secta era verdad. Se preguntó si todos sabían que le había hecho una mamada a su esposo. Lo más seguro. Allí dentro nadie se quedaba callado.
-Mi señor- Yanfeng corrió hacia él con su rostro pálido agregándole lo agotado que debía estar por el intenso viaje que le había tomado días – ¿Mi señor, está bien?- lo tomó por los hombros y comenzó a revisarlo.
-Oye, estoy bien- pero eso no convenció al chico que seguía- Yanfeng- lo llamó haciendo una mueca- Yanfeg, YANFENG- le gritó captando por fin su atención- En esta secta nadie me escuhca- se quejó para después sonreír por el rostro del chico y secó una lágrima de la preocupación que corría por su mejilla- Niño tonto, estoy bien, no llores, cualquiera diría que soy tu hijo-
-Pero...pero estuvo en peligro- el gemelo sollozó explotando por fin después de varios días de intensa preocupación por su señor. Conocía el plan de Fengxiao por lo que quería estar al lado de Zhiyin en todo momento pero se había presentado el asunto de la tela.
-Vamos, vamos que pensarán que te estoy regañando y ya tengo suficientes comentarios sobre mi nuca para otra oleada- se carcajeó levemente mientras le revolcaba el cabello de la cabeza al mayor.
-Me alegra verlo bien- Yanfeng dejó de llorar y se limpió los ojos de lágrimas aunque sorbió un poco más.
-Así está mejor. Ahora dime, cuéntame cómo te fue- lo agarró de la mano y la arrastró para que caminara a su lado.
-Algunos de los líderes al principio dudaron pero al final todos hicieron caso a sus palabras, incluso pude presenciar los hechos al llegar el comerciante a una de las sectas donde estaba. Al final todos agradecieron y le mandaron estos regalos- sacó de su bolsa de viaje otra de tamaño mediana con algunos artículos.
-La verdad no hice eso para que me regalaran nada, pero ya que lo hicieron- agarró la bolsa y la abrió encontrándose sobre todo con algunas joyas, adornos para el pelo, polvos para el rostro y bálsamo para los labios. Cada uno tenía una cinta con el nombre de las diferentes sectas
La sien de Zhiyin palpitó y puso una sonrisa de lado.
-Malditos viejos empedernidos, acaso me ven cara de mujer- protestó cerrando la bolsa, indignado pero después lo pensó mejor.
Tal vez le podía dar un buen uso a esos objetos, después de todo algunas de las joyas eran bastante buenas, en cualquier caso las podía guardar y vender si se presentaba algún problema. En cuanto al maquillaje, se quedaba con los bálsamos, su cuerpo sufría de labios resecos y no le molestaba tener un poco de color en los labios, lo hacía ver más sexy. Además había notado como Fengxiao se derretía al verlos de esa forma.
-Buen trabajo Yanfeng, ya todo aquí está tranquilo, puedes ir a descansar-
-Gracias señor Zhiyin, pero está seguro que no necesita que lo acompañe- la preocupación de Yanfeng superaba su preocupación.
El menor suspiró.
-Estoy bien, mi esposo me espera en el cuarto que nos estamos tomando el día y de seguro estará buscándome ahora mismo porque me escabullí mientras él no estaba atento-
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Enamorado de un idiota (Novela original)
RomanceTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...