Zhiyin frunció los labios y se giró dándoles la espalda. Una gota de sudor corrió por su rostro. Estaba en problemas, en verdaderos problemas ¿Cómo demonios era esta relación donde pedirle a tu marido que te cambiara de ropa fuera algo tan fuera de lo común? Había visto centenares de películas de romance, porque aunque no lo quisiera admitir era un romántico empedernido, en ninguna de ellas la relación estaba algo parecida a lo que estaba viviendo ahora. Una pareja debía ser melosa al punto de dar asco, darse besos, tocarse hasta por gusto, verse sin ropas, y viendo en el estado en que él estaba, la intimidad al menos si se daba, entonces ¿En qué se había equivocado?
Inmerso en sus pensamientos no dio cuenta que ese tal esposo o al menos como debía llamarlo se había puesto a su espalda.
-¿Estás seguro que quieres que te cambie?-
Zhiyin pensó sus palabras.
-Sino fuera porque me duele todo el cuerpo lo haría por mí mismo- lo miró por encima del hombro levemente estudiando su reacción.
Al ver que este no mostraba nada en su rostro, lo maldijo, que difícil era leer a ese hombre. Por su parte Fengxiao tomó las túnicas por los hombros y las desplazó hacia abajo dejando a Zhiyin totalmente desnudo delante de un espejo que hasta ese momento él no se había dado cuenta que estaba ahí.
-Tráeme esa túnica- le escuchó ordenar a Yanfeng.
Zhiyin aprovechó para estudiarse un momento. Era más bajo que su esposo, al menos una cabeza. Era delgado a excepción de la pancita, pero quitando esa parte, tenía la grasa estrictamente necesaria repartida, aunque para su sorpresa tenía algunas leves curvas en los lugares donde no debía. Sacudió la cabeza para no pensar mucho en ese hecho. Además estaba desprovisto de todo vello corporal, no sabía si era natural o aquella persona estaba fanatizada con la depilación, esperaba que no, pues ese método diabólico creía que nunca debía haber existido. Algo que no le gustó fueron algunos hematomas repartidos de forma desigual, debían de haber tenido peor color, pero estaban allí y entonces comprendió la raíz de sus extraños dolores.
Su rostro era joven, más joven de lo que creía, debía rondar entre los veinte, veintiún años, nada mal considerando que era 10 años menos que su vida anterior. Su rostro también era delgado pero realmente atractivo, no la mejor belleza del mundo, pero no pasaba por desapercibido. Unos labios enrojecidos y carnosos, una nariz delgada y unos ojos de color café que quedaban bastante bien. Su cabello era algo que lo incomodaba.
Acostumbrado a llevarlo en un buen recorte, tenerlo sumamente largo era una complicación para su vida, además le hacía cosquillas en sus glúteos desnudos. En cuanto pudiera lo recortaría, no tanto como antes, pero sí de manera que pudiera peinarlo, sino terminaría sin brazo.
Entonces, si él era meramente hermoso, pareciendo seductor, porque demonios su relación parecía algo fría, o eso era lo que había concluido a partir de la poca interacción que habían tenido. El roce de la tela llegó de pronto y contuvo un gemido de susto.
Su esposo había reemplazado sus prendas primeramente por una túnica interior blanca y sobre esta una de colores oscuros parecida a la que este tenía puesta a diferencia que los patrones eran más elaborados. Después se puso delante y la comenzó a atar con esmero acomodándole después el cuello y sacando el cabello que cayó sobre el hombro de Zhiyin.
Tuvo que reconocer que ser mimado así por aquel hombre no estaba mal. Era realmente atento con todo, aunque necesitara sonreír un poco. Cuando Fengxiao se apartó, el menor se miró nuevamente al espejo y admiró la nueva vestimenta que si no fuera por la panza se vería realmente atractivo.
-Nada mal-
Terminando de decir estas palabras con una sonrisa unos dedos se cerraron fuertemente alrededor de su cuello y toda respiración se cortó.
-Mi señor- exclamó Yanfeng pero se quedó de rodillas con la cabeza baja al ver la mirada de este.
-¿Quién eres?- Fengxiao dijo con voz gutural.
Han Zhiyin no escuchó la pregunta, estaba más enfocado en intentar quitar aquellos dedos de su garganta que no lo dejaban respirar. Golpeó la mano repetidas veces dándole a indicar que no podía respirar. A pesar de que él era bueno defendiéndose, no era chiste que le dolía todo el cuerpo y aunque este hombre le había pasado energía aún estaba débil. Cuando se recuperara sin dudas le patearía el culo.
-Responde- dijo Fengxiao con los dientes apretados.
Zhiyin tampoco escuchó esta parte. No sabía si su esposo se había dado cuenta de su increíble fuerza pero para él, fue la suficiente para que cayera totalmente en la inconsciencia.
No lo podía creer. Había sido capaz de transmigrar, para morir de nuevo. Sería es hazmerreír en el cielo o el infierno a donde fuera a parar. La transmigración más corta del a historia. Incluso le daba gracia a él. Maldito esposo, juraba que reviviría y le atormentaría la vida por el resto de sus años, como se atrevía a hacerle eso.
-¿Cómo están?-
-Él está bien, al igual que su hijo, pero debería tener más cuidado la próxima vez-
Vaya no había muerto, estaba vivo si escuchaba la voz de aquel imbécil y no estaba solo.
-No juzgo las razones de por qué lo atacó de esa manera, pero recuerde que está en un estado muy delicado, además las personas embarazadas actúan de forma impredecible-
-Pero es demasiado, incluso la túnica que le regalé por el compromiso que rechazó diciendo que la odiaba por el color, ahora dice que le gusta- la voz de Fengxiao retumbaba tranquila en sus oídos, demasiado cerca para su gusto.
-Es normal, y puede que actúe más extraño todavía, como comiendo cosas que nunca que gustaron antes, o incluso con cambios emocionales bruscos, recuerde que también se golpeó la cabeza al caer cuando fue agredido- esta voz parecía mucho mayor- no sabemos los efectos secundarios pero puede tener algún tipo de amnesia, eso también justificaría su actitud-
-¿Estás seguro?- Fengxiao no es escuchaba muy conforme.
-He sido médico de la secta por muchísimos años, acaso alguna vez le he dado algún informe erróneo-
-No, tienes razón- soltó un respiro- Puedes retirarte-
-Sí, líder de secta, por favor, tenga paciencia con él, al menos hasta que al criatura nazca, ya después puedes deshacerte de él como lo tenías previsto-
Aquellas palabras hicieron que todo el cuerpo de Zhiyin se tensara. Deshacerse de él, como si fuera una basura que podían tirar así como así, eso no lo permitiría. Al escuchar la puerta cerrarse enfocó sus sentidos y se dio cuenta que solo estaban ellos dos en el cuarto, mejor situación, imposible.
Lo escuchó acercarse a la cama y quedarse allí por unos segundos. Ahora seguro estaba maquinando como lo mataría una vez que diera a luz, eso sonó terrible, pero no podía enfocarse en esos detalles. Los dedos largos y cálidos tocaron su mejilla y antes de que pudiera atacarlo de nuevo Zhiyin abrió los ojos, agarró la mano por la muñeca y empujó a aquel hombre, con todas sus fuerzas sobre la cama, poniéndose a horcajadas sobre él. Sus dos manos fueron directo a su cuello y lo apretaron sin compasión.
-Esposo mío- los ojos del menor eran pura rabia- ¿Por qué no me dices qué se siente ser estrangulado?-
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Enamorado de un idiota (Novela original)
RomanceTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...