Esposo mío, me voy

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Zhiyin se encontró sudando completamente de pies a cabeza. Una presión en su cuerpo hizo que se tambaleara teniendo que ser sujetado por la cintura por su esposo que lo mantuvo estable contra su cuerpo.

-¿Estás bien?- le preguntó al notar la palidez del menos.

Zhiyin negó.

-Su energía, su cultivo, me está sofocando- jadeó con las manos temblorosas.

El ceño de Fengxiao se frunció.

-Espera- dijo haciendo que una leve capa de su energía recubriera poco a poco el cuerpo de Zhiyin. El menor se estremeció entre sus brazos ante el choque contra la suya propia pero, después de unos segundos dejó salir un profundo suspiro de su garganta -¿Mejor?- Fengxiao estaba preocupado.

Y no solo él, sus padres lo miraban con el rostro ensombrecido. Hanyi se acercó y lo ayudó a estabilizarse del otro lado.

-¿Hermano, está bien?-

Fengxiao no sabía qué responder. Notaba que el semblante de Zhiyin iba mejorando, pero su cuerpo temblaba ligeramente.

-Ya estoy mejor- dijo Zhiyin sacudiendo la cabeza- Creo que mi cuerpo está un poco sensible a energía externa.

Y terminando sus palabras los pasos de varias personas irrumpieron la estancia. El aire se volvió más denso y Fengxiao apretó a su esposo contra él.

Encabezando el grupo de 11 personas había uno que destacaba por encima de los demás. Ni siquiera iba caminando como el resto. Montado encima de su espalda que volaba algunos centímetros por arriba del nivel del suelo había un hombre, uno que erizó no solo el cabello de Zhiyin sino también de todos los presentes. Incluso Fengxiao tragó en seco.

Allí estaba, vestido con una lustrosa túnica blanca que se movía al compás del viento y de las ondas de energía que emanaban de su cuerpo, que hacían juego con su largo cabello y barba, tan pulcras como si figura, se erguía el Gran Cultivador. Aquel hombre, único en alcanzar un cultivo por encima del nivel 9 y casi estar a un paso de la inmortalidad. Era alguien asombroso como tenebroso. Su imagen inmaculada y blanca solo daba la sensación que no estaba al mismo nivel del resto de las personas.

Detrás de él un conjunto de 10 personas vestidas de túnicas igual de blanco, con capuchas que tapan sus cabezas y pañuelos que cubrían sus rostros. Su porte era duro, casi como si fueran muñecos, aun así, no alzaban sus cabezas y las espadas descansaban al lado de sus fajines de color blanco bordados en hilos de plata.

-Parece que voy a un velorio de tu tiempo, en vez de una consulta ginecológica- dijo Zhiyin para su esposo.

-¿Qué?- Fengxiao estaba tan enfocado en estar alerta para proteger a su esposo que su cerebro no estaba al tanto que el vocabulario extraño que usaba a veces.

Zhiyin tampoco se dio cuenta y estaba tan nervioso que esta vez sí le respondió con una explicación.

-En tu tiempo los velorios son de blanco, en los míos se hace de negro y la gente se la pasa llorando. No veo el sentido de alargar el sentimiento de dolor, pero la gente con el tiempo se ha hecho masoquista- dijo con desinterés- Que el cuerpo descanse lo más rápido posible es lo mejor. Y en cuanto a la consulta ginecológica, es que te llevan a una sala, te abren las patas y un hombre te mira todo lo que tienes allá abajo como si fuera tu marido que realmente es el que le abres las patas tú.

-Hmmm- fue lo que respondió su esposo.

Normalmente, le hacía todo el caso posible e intentaba aprender de él a pesar de que había muchas cosas raras que hablaba, pero esta vez su cerebro estaba enfocado en un tema un poco más importante, por lo que apenas si procesó lo que estaba diciendo. Y por supuesto eso no le gustó a Zhiyin.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora