Zhiyin caminaba al lado de su esposo con entusiasmo, iba a comer, el hambre era algo con lo que nunca había lidiado bien nunca, y ahora que parecía que tenía un agujero negro dentro de él, todo alimento delante era poco.
-Mi hermana vino esta mañana a verme- Fengxiao le habló, su paso era tranquilo llevando el nivel de su esposo.
-Oh, ella, esposo mío, supuestamente es la que me tiene que educar, pero tendrías que ver su vocabulario, es terrible- sonrió
-Me dijo que hoy te comportaste mal- la voz del mayor era severa he hizo detener a Zhiyin frunciendo el ceño el cual le respondió en el mismo tono.
-Nadie le da derecho a golpearme a mí o a cualquiera que esté conmigo-
Fengxiao se detuvo y lo miró. Los ojos del menor estaban ligeramente más oscuros y no había vacilación en su voz como otras veces. Además era la primera vez que reclamaba por algo que había hecho su hermana. Antes cuando le preguntaba sobre sus clases, siempre respondía que bien con desinterés y cambiaba de tema rápidamente. Había momentos en que podía ver alguna que otra delgada y larga marca rojiza en su cuerpo que no era hecha por él, sabía que su esposo no era la persona más respetuosa del mundo y le había dejado su educación a Suji, pero nunca se imaginó que el día que le reclamara llegara.
-Si lo hizo fue por algo- Fengxiao pensó que era una de las habituales perretas y no le tomó importancia.
Así que la apoyaba, no importa lo que le hiciera.
-Bien, si eso es lo que crees- resopló Zhiyin y dio media vuelta alejándose con paso fuerte de su esposo.
-¿A dónde vas?- este le siguió empezando a molestarse por la actitud impulsiva de su esposo.
-A cualquier lugar donde no sea un inconveniente ni una piedra en el camino de nadie- le gritó.
Fengxiao frunció el ceño, había ido a buscar a su esposo después de que le fue informado sobre que había salido de la habitación de sus estudios. Pretendía regañarlo como siempre aunque nunca surtiera ejemplo ya que este lo ignoraba, pero esta vez las cosas se le habían salido de las manos. Fujie se había molestado con él.
Zhiyin caminó y se metió en la primera habitación que encontró abierta, cerró la puerta y con un leve movimiento de sus dedos dibujó en el aire un talismán que su actual poder le permitía. No era muy poderoso pero su estructura había sido diseñada por el mismo y nadie con mayor cultivo del utilizado, podría entrar. Oyó a Fengxiao pararse en la puerta e intentar forzarla pero esta ni se movió.
Zhiyin caminó hasta la cama y se sentó viendo la sombra de su esposo por debajo de la puerta. Este no hablaba, estuvo allí algunos segundos más y luego se fue. El menor frunció los labios y resopló. Unas ligeras lágrimas corrieron por sus mejillas. Era duro ser despreciado por todos, incluso por la persona que supuestamente era su esposo. No tenía idea de lo que había hecho este cuerpo anteriormente, pero no había lugar por donde pasara que no fuera tratado mal. Esta mañana había protegido a Yanfeng, pero alguna razón creía que era lo correcto, pero él tampoco estaba a su lado ahora.
Agarró la almohada que estaba a su lado y la abrazó. Hoy estaba muy sentimental, tal vez se debía al embarazo, pero no tenía ni la menor idea. Las lágrimas se volvieron más gruesas, saber que solo estaba en ese lugar por lo que llevaba en su panza era un pensamiento cruel por más malo que hubiera sido. Se consideraba una persona fuerte, pero nunca había sido sometido a un nivel de estrés como ahora. Las preocupaciones, el hambre, su estómago sonando. Vaya día estaba teniendo.
No supo cuánto tiempo estuvo dentro de aquella habitación, pero no debió ser más de una hora. Había parado de llorar aunque sus ojos estaban hinchados. Un puchero cruzaba sus labios y su estómago gruñía con más fuerza.
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Enamorado de un idiota (Novela original)
DragosteTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...