Esposo mío, sabes lo que realmente me duele

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-Tú, tú- Zhiyin apretaba sus dientes tan fuertes que sonaban como si pudieran romperse en cualquier momento. Su rostro estaba desfigurado en una mueca de odio y sus ojos...Fengxiao nunca había visto esa expresión.

Entró junto a Suji al estudio sin saber que estaba ocurriendo. Tras de él varias personas, tanto discípulos como criados se comenzaban a aglomerar llamados por el grito que había dado la mujer.

-¿Zhiyin, qué pasó?- el líder puso una mano sobre el hombro de su esposo notando que los músculos bajo su tacto estaban peligrosamente tensos.

-Él me empujó- gritó casi Langli en un intento de sentarse llevándose su brazo al pecho y sollozando con fuerza –Mi brazo, mi brazo-

Ferngxiao miró a la mujer y después a su esposo que solo giró sus ojos en su cuenca.

-Yo...no...la...empujé- sus palabras salieron tan lentas y ácidas que el mayor tuvo que tragar.

-Miente- una criada ayudaba a Suji a levantar del suelo a la joven que era un mar de llanto y dolor –Yo lo vi, empujó a la señorita cuando ella se le acercó, lo hizo con fuerza, quería hacerle daño-

-¿Se puede saber qué te pasa?- le gritó Suji –Eres un hombre, cómo le vas a poner las manos arriba a una mujer-

Zhiyin cerró sus ojos y respiró profundo, no quería explotar o formar alguna discusión y estaba demasiado cansado como para poder enfrentar en igualdad de condiciones a cualquiera.

-Bien, si ustedes creen que yo la empujé perfecto, pero pregúntale que hizo- apretaba sus labios –Ella fue la que...-

-Cualquier cosa que haya hecho no da lugar a que golpees a una mujer- Fengxiao le habló a su lado, de forma calmada pero firme.

Zhiyin bufó internamente.

-Así que tú tampoco me crees, era de esperarse, quien le va a creer a alguien a quien le cae las sospechas de envenenamiento y otras cosas más- habló alto para que todos lo que estaban afuera lo oyera- al final no importa todo el bien que haga, solo una mísera gota puede contaminar un océano-

Un grito de Langli tras otro sollozo erizó el vello de los presentes.

-Fengxiao que haces ahí, debemos llevarla con el doctor, su brazo parece estar fracturado y hay que detener el sangrado de su rostro- Suji se levantó y lo apuntó con el dedo –Solo haces daño desde que llegaste, ojalá nunca te hubieras cruzado en el camino de mi herman...

-Suji- Fengxiao le llamó la atención- Cuida tus palabras- el líder se apartó de su esposo y se arrodilló al lado de la chica –Zhiyin vuelve a la habitación, hablaremos más tarde de esto- ni siquiera lo miró mientras cargaba a la mujer.

-Ya te lo dije antes, no tengo nada que hablar contigo- la voz del menor esta vez fue baja y fría- Pero esposo mío, sabes lo que realmente me duele- sonrió con dolor- Que dices amarme pero tú nunca te pones de mi lado-

-Zhiyin-

Se giró y salió por la puerta con paso firme, otra evidencia de que realmente, no importara lo que hiciera, su presencia no era bien recibida. Detrás de él escuchaba los diversos murmullos, él solo seguía su paso fingiendo no mostrarle atención, pero su pecho se apretaba. Él solo era un extraño más en aquel lugar. Estaba seguro que si Fengxiao se hubiera casado con aquella mujer todos estarían realmente contentos. Se detuvo cuando sintió lágrimas cruzar por su rostro. Ni siquiera su esposo le había creído, nunca la creía ¿por qué sería la primera vez?

-Yo no la empujé- murmuró y se sobó la nariz- Yo no la empujé, ella, ella-no pudo evitar soltar un sollozo.

Sus pasos ahora se volvieron lentos. Por suerte no había nadie por los alrededores, aquella era un área de la secta que había encontrado no se utilizaba por el momento y recurría allí cuando quería estar solo como ahora. Se secó torpemente las lágrimas de sus ojos pero no dejaba de salir y no pararían por el momento. Una pulsada atravesó su estómago y lo sobó recostándose al barandal que daba al patio.

-Renacuajo, ahora no- sollozó –Papi está deprimido, no me causes problema ¿vale?- pasó la mano de arriba abajo recordando como su esposo lo había acurrucado toda la noche –Realmente tu padre solo me quiere para tenerte a ti- secó su mejilla con el borde de la túnica antes de sollozar otra vez –Esa mujer es más importante que yo, ni siquiera me escuchó- su llanto de hizo más fuerte pero eso provocó que la pulsada lo atacara con más intensidad.

Zhiyin gritó tambaleándose. Su cuerpo se dobló hacia adelante jadeando.

-Renacuajo por favor, suave- le habló recostándose para mantener el equilibro pero el dolor solo comenzó a subir de nivel a cada segundo -¿qué demonios?- los ojos de Zhiyin se abrieron cuando un buche de sangre salió de su boca.

Llevó sus dedos a sus labios intentando contenerlo pero solo causó que su mano se manchara. Miró aterrado sin comprender que le ocurría a su cuerpo. Gritó. Se mordió el labio evitando otro grito tras otra fuerte pulsada que hizo que su vista se pusiera nublada.

Jadeaba, sudaba, esta vez el dolor era algo que no podía soportar, era como si las entrañas se le estuvieran saliendo y se asustó aún más cuando sintió su pantalón húmedo y algo corriendo hacia abajo. Su mano limpia tembló cuando la dirigió hacia allí. Tragó en seco, era algo líquido y caliente y confirmó que era sangre cuando alzó los dedos.

-Ahora no, ahora no- sacudió la cabeza. Debía buscar ayuda, debía... ¿Alguien lo querría ayudar? Se quedó recostado contra columna que hacía de soporte y bufó, una expresión de dolor emocional cruzó por su rostro –Quizás a ti sí, pero y si no eres querido porque sales de mi- sollozó deprimiéndose aún más –Debía haberme quedado muerto-

Apretó los dientes doblándose del dolor, ya era algo que apenas lo dejaba moverse, su conciencia se estaba difuminando, si se desmayaba allí estaba seguro que nadie lo encontraría por un buen tiempo. Si eso ocurría definitivamente moriría, tanto él como su bebé. La desesperación lo invadió, la sola idea de que su renacuajo muriera lo atormentó. No quería eso, no, no.

A pesar de su estado se obligó a caminar. No le importaba su vida pero la de su hijo, esa era demasiado importante para él. Movió un pie, luego el otro, sentía que su energía se filtraba con cada paso, sin poderse poner derecho, el dolor en su barriga era ya extremo. Perdió el equilibro y se aguantó de la pared más cercana, todo se estaba volviendo negro. No, tenía que avanzar.

Oyó unos pasos cercanos a él, apenas imperceptibles pero no había duda, sabía de quienes eran.

-Yanhuan- jadeó –Yanhua, YANHUAN- utilizó toda su fuerza cayendo de rodillas.

Solo fueron unos segundos pero el gemelo apareció delante de él, estaba agitado, como si estuviera buscando algo.

-Oye no me grites. Pero que mierda Zhiyin ¿qué te ha pasado?- miró el estado del chico, la sangre en sus manos, boca, la que manchaba el piso y sus túnicas que no se detenía formando un pequeño charco debajo de él, las lágrimas en sus ojos, su aspecto jadeante y frunciendo el ceño alarmado.

El menor le agarró los brazos.

-Salva a mi renacuajo- jadeó y su cabeza cayó sin fuerza contra su pecho –Sálvalo por favor-

-Tengo que avisarle a Fengxiao, él sabrá que hacer- dijo el gemelo entrando en pánico, nunca se hubiera imaginado encontrarlo en esas condiciones.

Zhiyin agarró el borde de su túnica y tiró de esta.

-No le avises- sollozó recordando los últimos momentos –Él está con esa mujer. Yo no le importo- otro buche de sangre salió de su boca.

-No digas estupideces. Él fue el que me...-gritó sosteniéndolo entre sus brazos con miedo a que el chico se quebrara, el líquido carmín manchaba sus ropaje, pero al final no fue no escuchado. La cabeza de Zhiyin se desplazó hacia un lado casi sin conciencia. Sus pupilas se habían dilatado tanto que estaban negros y Yanhuan supo que su señor estaba empeorando.

-Oye, oye, reacciona, no me hagas esto- lo sacudió con cuidado sin que este reaccionara, el menor estaba como en shock, Yanhuan lo apretó contra su pecho- No te preocupes Zhiyin, estarán bien-

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora