Fengxiao primero soltó el pergamino en su mano que rebotó en el suelo, segundo miró la almohada en sus piernas y tercero alzó la cabeza desconcertado solo para darse cuenta que su esposo ya se había dado media vuelta y se dirigía a la puerta.
-No te demores, tengo sueño- le dijo antes de salir dejándolo nuevamente solo.
Acaso, lo perdonaría tan fácil. Le era difícil de creer. Había estado asimilando durante todo el resto de la tarde y lo que llevaba de noche que Zhiyin no querría verle el rostro pero él mismo había venido a buscarlo. Se mordió el labio inferior indeciso pero el suave olor que provenía de la almohada lo hizo suspirar. Era la fragancia de ambos mezcladas pues su esposo desde hacía mucho terminaba durmiendo en ella, abrazándolo.
Se levantó y apagó la vela con un movimiento de la mano y poniendo la almohada debajo de su brazo y se dirigió a la habitación. La puerta estaba abierta y ya Zhiyin se había vuelto a acostar en su acostumbrada esquina, pero tapándose hasta la mitad del rostro y dándole la espalda para cuando él se acercó. Todavía dudaba si aquello era de verdad.
Con cuidado y sin hacer algún ruido que delatara el dolor que azotaba su espalda retiró todas sus prendas y se puso la túnica de dormir cubriendo los vendajes que habían sido cambiados por Yanhuan hacía poco. Se sentó en el borde de la cama y miró la espalda de Zhiyin que no se movía. Tenía que hablar con él pero no sabía por dónde empezar. Nunca en su vida había tenido tantas dificultades para enfrentar un problema. Se llevó los dedos a su tabique y apretó. El estrés lo estaba matando.
Buscó el borde de su colcha y se acostó de lado hacia afuera, la débil luz de la vela de la mesa junto a su cama parpadeaba ligeramente.
-Zhiyin, yo...-
Pero sintió un movimiento detrás de él y pronto el peso de la mano del menor terminó sobre su cintura.
-Olvidémoslo- le susurró con voz soñolienta sobre su nuca.
-Pero Zhiyin- intentó girarse soltando un leve quejido por el rápido movimiento.
-Si sigues insistiendo me voy a molestar contigo de verdad- su agarre firme contra su cintura no dejándose que se girara. A pesar de la posición, no lo tocaba ni con su panza ni su pecho para no lastimarlo a pesar de que no estaba muy cómodo- Ahora descansa ¿vale?-
Fengxiao sabía que era mejor no presionar y aunque le tomó más de una hora conciliar el sueño fue vencido por este, dejando que la fragancia de su esposo lo envolviera.
Para cuando Zhiyin abrió los ojos todavía no había amanecido. Tal vez era muy temprano pues su esposo aún estaba durmiendo a su lado. En algún momento de la noche se había girado dejando su rostro frente a él.
A pesar de dormir, aún estaba pálido y su expresión mostraba dolor, su ceño estaba ligeramente fruncido. Zhiyin llevó sus dedos y lo acarició con la punta hasta que la piel se suavizó. Después recorrió su mejilla dejando que su palma calentara la piel. Se mantuvo así por unos segundos admirándolo. A pesar de todo lo que había pasado aún lo veía como el hombre más hermoso que se había cruzado en su camino. Quizás era porque se había enamorado, o simplemente porque era un idiota, pero no quería apartarse de su lado. Se acercó suavemente para no despertarlo y dejó un beso en su frente.
-Esposo mío, me iré por un momento- se levantó sin hacer ruido y se puso una túnica gruesa cubriendo su cuerpo.
Ya no estaba molesto con Fengxiao. No le veía sentido, aunque no había sido el camino más adecuado era el que su esposo había seguido y él también había sufrido en el proceso. Además no era de los que guardaba rencor por demasiado tiempo. El rencor solo hacía que uno viviera amargado y él era demasiado joven para eso. No era que lo hubiera perdonado así como así. Él no era lo que se llamaba una persona fácil, pero era mejor dejar correr el agua que atascarse en la orilla. Por esta vez le daría una oportunidad, al final todo había sido por él, pero si se volvía a repetir, adiós Zhiyin, aunque le doliera.
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Enamorado de un idiota (Novela original)
RomantizmTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...