Yanhuan recogía en la cocina lo que Zhiyin le había pedido. Aún tenía las mejillas ligeramente rojas por los comentarios del menor. Tenía una facilidad para avergonzarlo como ninguno. Definitivamente cuando volvieran a la secta hablaría de forma seria con su hermano. No podía dejarse intimidar así por Zhiyin.
Esa noche que habían compartido había sido loca. Se habían tocado, besado y lamido en lugares que normalmente solo tocaban. El chocolate les había mandado las hormonas por los cielos y la poca vergüenza que quedaba entre ellos se había esfumado. Había disfrutado tanto desgastar el cuerpo de su hermano y verlo con su rostro extasiado por el sexo que se sintió el hombre más feliz del mundo. De solo recordarlo su parte inferior comenzó a palpitar y tuvo que contar hasta mil para que la calentura no lo delatara o tendría a Zhiyin burlándose de él todo el tiempo.
Ya quería regresar pronto. No le gustaba estar tanto tiempo separado de su hermano y menos después del susto que pasó.
Regresó varios minutos cuando su mente se estabilizó y tocó la puerta antes de entrar. Adentro había murmullos y se imaginó que Zhiyin debía estar engatusando a su esposo... para cualquier cosa. Tenía un poder de convencimiento que era realmente impresionante. Después de que le dieron permiso para entrar encontró a Zhiyin sentado sobre el regazo del líder en medio de los cojines en el medio de la habitación.
-¿Conseguiste todo?- Zhiyin sonrió intentando bajarse de este pero las manos de Fengxiao se lo impidieron- Eh tú suelta- sacudió la cabeza haciendo que su esposo alzara una ceja.
-No te muevas así- su tono de voz era de advertencia ya que precisamente su cadera estaba sobre su ingle y como que llevaban algo de tiempo sin las tareas cotidianas respectivas de la noche-
-Esposo mío, que intenso- Zhiyin sonrió maliciosamente y fue a moverse de nuevo cuando una tos fingida los interrumpió.
-¿Creen que sea posible que hagan sus cosas íntimas sin público?- Yanhuan tenía los ojos cerrados.
La pareja se miró y no dijeron nada pero con la mirada se dijeron todo.
Ya que Fengxiao no lo dejó bajarse de su regazo, Zhiyin se acomodó de modo que tuvo las cosas a mano delante de él. Las comenzó a cortar y mezclar en el bol hasta que fue una pasta más bien líquida con trozos se fruta flotando.
-Eso no se ve rico como dijiste- Yanhuan tenía una mueca en su rostro mirando dentro del bol.
-Cállate- le protestó Zhiyin – Esposo mío, échame una mano-
Fengxiao recostó la barbilla sobre el hombro de su esposo y dejó que este le agarrara la muñeca poniendo su mano al costado del bol.
-Enfríalo lentamente mientras yo lo revuelvo-
Fengxiao hizo una afirmación con su cabeza y comenzó a enfriar su palma con su cultivo. Mientras tanto Zhiyin comenzaba a revolver con su mirada muy concentrada y la lengua afuera de lado. Pocos minutos después la consistencia acuosa se volvió más densa hasta volverse una pasta brillante y lisa realmente hermosa y apetecible. La opinión de Yanhuan cambió al momento mas no lo dijo.
Zhiyin alegre de su logro sacó la cuchara y probó como había quedado sonriendo y removiendo sus ojos.
-Rico- cogió otro poco del contenido y se lo llevó a los labios a su esposo que había puesto sus palmas ahora sobre la barriga de Zhiyin- prueba.
Fengxiao abrió los labios y dejó que el sabor potente y la textura suave y fría tocaran su paladar. Fue raro, diferente pero a la vez delicioso. Sus ojos azules brillaron indicando que le gustaba a pesar de que su rostro se mantuvo apacible.
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Enamorado de un idiota (Novela original)
Roman d'amourTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...