Esposo mío

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-Eso es lo que haremos- Fengxiao dijo sentado en la mesa delante de las personas con las que saldría. Su misión... recuperar a su esposo a como diera lugar.

El grupo de al menos 20 discípulos asintieron y salieron a preparar los últimos detalles. No era momento ni de hacer preguntas ni replicar. No cuando el rostro de su líder estaba más serio y tenso de lo normal al haber salido de su confinamiento apenas una hora. Algunos podían jurar que los hilos de energía demoniaca aun danzaban alrededor de él por momentos y las venas en su garganta palpitaban. Como si su cuerpo estuviera todavía pasando por un proceso de dolor.

Sin embargo, todos sabían que aún si estuviese en la misma condición en la que había sido confinado hacía un mes donde casi estaba al borde de la muerte obviaría todo e iría a buscar a su esposo.

-Tome- Yanhuan se le acercó con un vaso con té esposo y que olía fuerte conteniendo un fuerte sedante para el dolor crónico de sus músculos.

Al menos las heridas en su cuerpo se habían curado, pero dejando profundas cicatrices, entre ellas una que cruzaba el costado de su rostro, comenzaba un poco más arriba de su ceja y bajaba por el costado del ojo hasta su mejilla, casi había perdido su orbe por centímetros. Las otras no eran visibles, pero estaba allí y eran enormes. Al menos ahí la piel ya estaba cicatrizada, pero aún su cuerpo luchaba para recuperar por completo el control sobre sí mismo y subyugar a su espada.

Lo ideal hubiera sido que estuviese un mes confinado donde los sellos en el interior del santuario junto con el que había estado debajo de él, que hubieran tranquilizado a su espada y una recuperación casi por completo, pero él no podía esperar más, y menos cuando había sentido a esa persona cruzar su barrera donde su instinto le decía que traía la información que él tanto deseaba.

Contra todo pronóstico había dominado el descontrol de su espada y dragón con su fuerza de voluntad y había salido. Necesitaba recuperar a Zhiyin.

Se tomó todo el contenido del vaso de un trago y cerró los ojos dejando que este bajara por su garganta e hiciera efecto. Sus manos temblaban ligeramente debajo de sus mangas largas donde aún las uñas estaban negras. Debía controlar bien sus emociones de momento.

-me acaban de informar que ya llegó- dijo Yanhuan haciendo una leve reverencia delante de él.

-Pues que pase lo antes posible, el tiempo el limitado antes de salir.

Yanhuan se retiró para dar la orden dejando a Fengxiao solo por un momento y la habitación se le hizo inmensa al líder. Normalmente estaba vacía, pero podía sentir a su esposo en la oficina de al lado parloteando, o colándose en la suya y subiéndose sobre él, o tocándolo, o besándolo. A Zhiyin le gustaba tocarlo, pero ahora no estaba ahí.

No había hecho lo suficiente y lo habían apartado de su lado, sí solo, si solo fuera más fuerte, si hubiera podido tener más poder de parte de su espada aun cuando eso le costara casi la vida. Lo que fuera, pero quizás así hubiera podido salvar a su persona más preciada.

Las preguntas de cómo estaría Zhiyin, de si estaba herido, de si lo habían vio... no quiso pensar. Su pecho dolió al punto que apenas podía respirar de solo imaginar que su esposo podía estar sufriendo y se sintió tan impotente. Se cubrió el rostro con las manos haciendo un esfeurzo por sacar aire de sus pulmones y controlarse, era importante mantenerse cuerdo para poder sacar a Zhiyin de aquel infierno.

-Mi señor- escuchó la voz de Yanfeng en la puerta y el líder se quitó la mano del rostro y lo miró.

Sus ojos se abrieron al notar el bulto que llevaba contra su pecho.

-Ese es...- su voz salió temblorosa y el gemelo sonrió acercándose a él acunando al bebé que dormía en sus brazos.

Fengxiao se levantó algo inestable pero pronto recuperó la postura y se acercó. Dado que sabía que su cultivo demoniaco aún no estaba del todo reprimido los últimos metros los caminó despacio y se quedó a una ligera distancia, pero donde Yanfeng acomodó al bebé en sus brazos para que pudiera ver el pequeño rostro durmiente.

-Es hermoso su hijo- el gemelo sonrió enormemente.

Su hijo. Un varón. Por fin podía verlo, su descendencia, la de él y de Zhiyin, un pequeño bebé de rostro redondo y hermoso y oscuro cabello lacio.

-nuestro señor Zhiyin va a hacer un escándalo cuando lo vea- dijo el gemelo y Fengxiao alzó su mirada creyendo saber el por qué- Incluso tiene sus ojos azules, es una copia de usted.

A Fengxiao le encantaría ver el espectáculo que formaría su esposo y esperaba que fuera lo antes posible. Si definitivamente sería pronto.

-¿Su nombre?- preguntó levemente mirando el rostro del bebé, la pequeña naricita que al menos no era como la de él. Lo usaría de excusa cuando su esposo protestara por el parecido.

-Aún no tiene- Yanfeng le dijo con voz apagada. Deseamos que sean ustedes los que le pongan su nombre, por el momento solo le decimos joven señor.

Fengxiao apretó los labios.

-Que sea Zhiyin el que lo cargue y se lo ponga, estaba muy emocionado por ello y hasta había elegido su nombre desde que estaba dentro de él- alzó ligeramente

Levantó su mano para tocar la regordeta mejilla de aquella pequeña criaturita hermosa de la cual no podía apartar la mirada y que llenaba su pecho de una felicidad increíble.

-¿Desea cargarlo?- Yanfeng intentó dárselo pero Fengxiao negó aunque en su mirada se notaba el pesar de no poder hacerlo.

-en mis condiciones actuales no le sentará bien. Es muy pequeño y mi energía está desbordando de mi cuerpo de forma peligrosa- y no se equivocó con los que decía, con solo tocar la mejilla del bebé este pareció sentirlo y no habían pasado cinco segundos antes que comenzara a llorar fuertemente y a removerse incómodo.

Yanfeng al momento comenzó a acunarlo para calmarlo contra su hombro mirando a su líder. Pudo notar la impotencia y la decepción en una casi imperceptible mueca. Se notaba que deseaba cargarlo, besarlo, era su hijo después de todo, pero al parecer no era el momento justo.

-Mi señor- Yanfeng apretó los labios sobando la espalda del bebé que lloraba alterado.

-Llévalo a otra habitación. Estar cerca de mí en estos momentos no es sano para él- Fengxiao retrocedió- No te preocupes.

El gemelo asintió levemente con la cabeza y se dio media vuelta para llevarse al bebé. Los sollozos de él se escucharon por el pasillo hasta que se alejaron a lo lejos. Fengxiao cerró los ojos intentando controlarse. Tanto que deseaba tener a su hijo con él, tanto que deseaba ver su sonrisa, pero al menos en medio de aquella tormenta la luz se podía vislumbrar.

Sus padres habían logrado tomar el control de la secta nuevamente, aunque la estabilidad de esta no era la mejor y su hermano estaba también vivo.

Su secta había se había mantenido estable en su ausencia.

Su hijo estaba sano.

Ya tenían la ubicación de Zhiyin y saldrían pronto para allá.

Ahora solo debía traerlo junto con él.

En eso por la puerta entró alguien y le hizo abrir los ojos.

-¿Cuándo nos vamos?- la voz de Xiaochen, líder de una de las sectas de los Cuatro Puntas Celestiales, amigo de Fengxiao y supuesto padrino del hijo de este entró con el ceño fruncido y listo para la batalla. Su rostro completamente serio.

Fengxiao sabía que la misión e infiltración no sería algo tan fácil, sobre todo porque él tenía otras intenciones, por lo que en ese momento solo había alguien al que podía pedirle ayuda. Y ese era Xiaocheng

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora