Aun cuando Zhiyin sabía que esto era un bien necesario, que el taxi tomara cuanto bache había en medio del camino pues... le daba ganas de mentarle todas las generaciones. Ni porque Jinhua lo llevaba sobre sus muslos. Cada pequeño movimiento mandaba olas de dolor por su cuerpo. Ni siquiera el analgésico aplicado hacía mucho para aminorar este malestar. No quería imaginarse si Jinhua no se lo hubiera puesto.
Sus labios estaban todos rojos y mordidos por él para no gritar.
-ya estamos llegando- escuchó decir a Jinhua y vaya... acaso lo estaba consolando. Pues era bienvenido porque realmente necesitaba mucho. El dolor estaba nublando sus sentidos.
El camión había hecho su trabajo mal en matarlo, pero en hacerlo papilla, en eso le daba un 10.
No tuvo idea de cuánto duro el viaje en medio de la agonía, pero cuando el taxi se detuvo un suspiro de alivio temporal salió de sus labios. Escuchó a Jinhua hablar con el taxista y luego salir. Supuso que usó el dinero del enfermero para pagar. Pobre hombre cuando estuviese de nuevo en sus sentidos, le dejaría todo en manos de Jinhua, esperaba que el destino de este hombre no se fuera por la borda.
-Es un depredador sexual- escuchó a Jinhua hablar tras comenzar a caminar.
-¿Qué?- Zhiyin sabiendo que escuchado sus pensamientos preguntó.
Jinhua bufó.
-Este hombre usa su posición de enfermero para tocar a los pacientes de forma indecente, por eso sabía dónde estaban las cámaras de seguridad. No han tenido forma de atraparlo, pero por lo que vi en su cabeza sabe de muchas veces en que los pacientes han reportado abusos sexuales en sus cuerpos.
Ante esto Zhiyin se estremeció con miedo dado que estaba en sus brazos.
-El control del cuerpo de este cabrón lo tengo yo ahora, así que deja de ser una damisela encantadora. Después de que termines lo que tienes que hacer este hijo de puta irá directo a la cárcel. Así que tienes que apurarte porque todo está preparado.
Vaya, esta era la primera vez que tenía una conversación larga con Jinhua sumando la de la tarde. Y tenía que decir que era un dragón, además de peligroso... muy inteligente. Si ellos cuando volvieran hacían las pases... pues tendría un gran aliado. Lo complicado era convencer al dragón de su esposo... ese bicho y él no tenían muy buena relación, hasta casi lo había querido matar.
Ya pensaría en eso después. Sin dudas tendría que pedirle mucha ayuda a Fengxiao.
Tras llegar a su piso, después de darle las indicaciones, Jinhua maniobró para poder abrir la puerta sin dejar caer a Zhiyin.
Una vez dentro su cabeza fue descubierta.
-Mueve el trasero que hay que ponernos manos a la obra- le dijo el dragón caminando en dirección al sofá y poniendo a Zhiyin allí, mucho más suave que su tono de voz.
Para ese momento Zhiyin estaba empapado en sudor. Tanto que el piyama del hospital se le pgaba a la piel. Deseaba un baño, pero ese estaba en lo último de la lista de deseos si comparaba los que quería antes.
Miró a su alrededor, enfocando su mirada en el estante de libros que tenía allí. Eso sería algo que extrañaría realmente. Había mucha, pero mucha información allí que sería valiosa, por suerte se había leído la mayoría. Solo uno en especial no había repasado y era momento de usarlo.
-Alcánzame el libro de borde dorado y azul- dijo alzando un brazo tembloroso. Agradeció que no le doliera tanto como antes. El analgésico había hecho su efecto.
Escuchó a Jinhua chasquear la lengua, pero se acercó y lo agarró. Volvió hacia él ojeándolo.
-Vaya, tremenda joya tienes aquí- dijo parándose delante de él, pero sin dárselo. Se había concentrado en la lectura.
-Es... una reliquia que heredé- Zhiyin jadeó intentando limpiarse el sudor de la frente.
-¿Te gustaría tener la información de aquí?-
La pregunta de Jinhua lo hizo pestañear.
-¿Cómo?
El dragón sonrió, aunque solo causó un escalofrío en Zhiyin tras saber que ese cuerpo era de un depredador sexual.
-Pues puedo pasarle vista, aprenderlo de memoria y cuando volvamos, como estoy en tu cuerpo hacer que toda esta información pase a tu mente y ya solo tienes que transcribirlo. Nada del otro mundo.
Zhiyin alzó una ceja.
-Eso... es muy útil- lo que se hubiera ahorrado si hubiera sabido eso antes.
Jinhua soltó una carcajada y fue al inicio del libro y lo ojeó rápido haciendo lo que había dicho. Tras unos segundos lo cerró.
-Completo.
Zhiyin se restregó los ojos. Se estaba quedando sin fuerza.
-Si lo leíste ya debes saber que hay ahí un hechizo para volver- vio a Jinhua asentir- Tráeme las cosas y la caja de la espada. Están en el tercer cuarto. 349988643435 es la contraseña del cerrojo.
-Exigente- Jinhua se dio media vuelta dejando el libro al lado de Zhiyin y se encaminó hacia allí.
Mientras Zhiyin juntó toda su fuerza para desplazarse por todo el borde del mueble hasta caer en el suelo. Soltó un sonoro gemido de dolor y tembló. Si solo estuviese un poco mejor, estaba muy limitado, pero necesitaba hacer aquello. Aunque no había leído el libro si sabía del hechizo que estaba allí para volver a transmigrar.
Acercó su dedo a la boca y lo mordió con fuerza arrancado la punta de este para que la sangre no tuviera forma de detenerse. Para el dolor que estaba sintiendo este no fue nada.
Lentamente y casi de forma torpe fue dibujando el círculo debajo de él. Su mano temblaba, pero aun así se forzó a trazar cada parte bajo los recuerdos en su cabeza del dibujo.
Fue una tarea tortuosa, incluso Jinhua volvió con algunos papeles para hechizos, unos cuarzos negros especiales y bajo un brazo una caja que contenía una espada de cristal.
-Te estás sacando la vida por cada poro de tu cuerpo- le dijo el dragón dejando todas las cosas sobre el sofá y se sentó al lado, cruzando las piernas y mirando-
Zhiyin lo miró entrecerrando los ojos.
Él soltando la vida y el otro muy cómodo. Se lo haría pagar en grande. Casi le tomó 15 minutos poder terminar de hacer aquello y creyó que no podría. Había perdido más sangre de la que creía y estaba mortalmente pálido. El sudor corría por su rostro hasta el suelo.
-Ayúdame por favor- le tuvo que pedir a Jinhua que tuvo que arrodillarse a su lado y sostenerlo tras notar que Zhiyin se tambaleaba peligrosamente. Estaba al límite. Pero si moría así sin más no podría volver.
Jinhua lo recostó contra él escuchándolo jadear y fue acomodando las cosas estirando las cosas. Al haber leído el libro sabía dónde iría todo. Incluso agarró el dedo sangrante de Zhiyin y terminó de escribir los conjuros sobre los papeles y los posicionó. Ahora solo faltaba.
-No te vayas a equivocar- le dijo Jinhua sacando la espada de la caja y poniéndola sobre la mano de Zhiyin- Si fallas todo habrá sido en vano.
El rostro de Zhiyin daba hasta miedo. Ni siquiera si volvía al hospital podría salvarse. Así que fallar no era una alternativa. Él... tenía quienes lo estaban esperando.
Apretó los dedos fuertemente en el mango de la espada y respiró profundo. Jinhua mantuvo su mano sobre el hombro de él solo por si acaso.
Zhiyin comenzó a decir varias palabras, de forma lenta y forzada pero lo más claro posible. Los cuarzos puestos en cada pequeño punto del círculo se fueron iluminando y derritiendo hasta que la sangre se puso negra, los papeles de hechizo comenzaron a moverse y la sangre sobre ellos a brillar. Poco a poco se fueron descomponiendo, quemándose a ellos mismos con cada palabra de Zhiyin.
Las cenizas se volvieron una nube alrededor del cuerpo de este y casi cortaban su piel. Dolía, pero nada comparado a lo de antes, sobre todo porque estaba la satisfacción que estaba funcionando.
Una sonrisa apareció en el rostro de Zhiyin y alzando la espada con la hoja en dirección a su vientre, justo donde estaba ubicado el núcleo, esperó que esta se volviera negra y apuñaló su cuerpo sin pensarlo dos veces... murió al momento.
Y su alma... transmigró.
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Enamorado de un idiota (Novela original)
RomanceTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...