Esposo mío, puedo unirme a ustedes

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Zhiyin entró al cuarto donde había despertado por primera vez y frunció el ceño. La decoración era molesta, tanto que le importunaba, así que se giró hacia Yanfeng que lo seguía y apenas si le había terminado de poner la túnica superior-

-Dehésate todo lo innecesario, las túnicas estas casi femeninas, las cortinas, los adornos, regálalos a quien los quiera, este cuarto solo necesita lo principal y sobre todo espacio sin no puedo concentrarme-

Yanfeng lo vio acercarse a una columna y de un tirón arrancar la gruesa cortina que cayó en el suelo delante de él. La acción pavoneó lo que quedó a salvo de su cabello y el gemelo de cierta forma se sintió decepcionado. Había invertido mucho tiempo arreglándolo por órdenes de su señor, para que ahora lo cortara como si no fuera importante, pero aun así no podía negar que ahora se veía mucho mejor. Entre los dos sacaron de la habitación la mayoría de objetos en exceso hasta dejar un espacio respetable y muy sobrio. Zhiyin lo miró complacido aunque se sobaba un poco la espalda pues le dolía del esfuerzo. Este cuerpo no podía seguirle el ritmo. Tendría que empezar a entrenarse lo antes posible, un entrenamiento acorde a su estado.

Dos criados se encargaron de sacar el reguero del patio central y desaparecerlo.

-Fujie, que más necesita- Yanfeng se sentía incómodo con la situación sin prever lo que vendría después.

-Búscame ropa adecuada, no túnicas como las que usaba antes, algo digno de un líder de secta- ni lo miraba, examinaba la estancia con atención analizando donde debía poner los talismanes- Además- esta vez giró el rostro- no me llames Fujie, mi nombre es Zhiyin- y entró dejando al gemelo con la boca abierta antes que la puerta se volviera a cerrar.

Yanfeng caminaba lentamente con un pequeño bulto en las manos. Su cabeza abajo analizando lo que había pasado mientras su cabello se ondeaba delante de su rostro hasta que se detuvo al ver unos pies que bloqueaban su camino. Unos dedos cálidos le levantaron la barbilla y le corrieron el cabello del rostro.

-¿Qué ocurre?- la voz tranquila de su hermano le trajo algo de paz.

Soltó un suspiro.

-Me está volviendo loco- dijo dejando caer los hombros- hermano no puedo predecir lo que va a hacer después, no soy adecuado para esto- se lamentó sintiéndose por primera vez derrotado.

Yanhuan percibió la preocupación de su hermano. Como las alas gemelas de la secta con el propósito de cuidar a las dos cabezas de la misma, su trabajo consistía en saber cada paso de sus superiores y ayudarles a una vida más fácil, pero con los últimos acontecimiento su trabajo estaba teniendo altos y bajos y él recordó sus primeros días con Fengxiao. Su líder era una persona que actuaba como ninguna y que no mostrara nada en su rostro era algo que les quemaba las neuronas.

-Cálmate, le has hecho bien hasta ahora, no te rindas- le dio un beso en la frente antes de juntarla con la suya, vio al menor cerrar los ojos y soltar un suspiro –Cualquier cosa sabes que puedes contar conmigo-

-Por el momento puedo llevarlo- se apartó de su hermano y sonrió- Además normalmente soy yo el que te consuela, cuándo fue que se invirtieron los papeles-

-Este chiquillo- Yanhuan le pellizcó la mejilla para besarla con cariño después- Me tengo que ir, Fengxiao no está de buen humor y las demás persona de la secta no se atreven a tratar con él directamente-

Yanfeng vio a su hermano irse y el volvió a la habitación con Fujie, no, ahora Zhiyin, y se dio cuenta que al fin conocía su nombre, nombre que ni siquiera sabía el esposo. Abrió a puerta y lo que encontró lo dejó perplejo. En las paredes que anteriormente había adornos, ahora estaban pegados, de forma estratégica, talismanes con diferentes patrones que no conocía. En el fondo, sentado en la cama, estaba su señor. Con las piernas cruzadas y los ojos cerrados meditando con atención. El cabello se movía levemente a su alrededor dándole a entender que no era una simple meditación, estaba catalizando su cultivo.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora