Esposo mío, ven rápido a sacarme de aquí

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Jianwen caminaba sumamente tenso, su rostro que siempre estaba apacible tenía una expresión dura y sus orbes fulminaban su camino.

-Ah, me duele- a su lado escuchó un ligero gemido y se dio cuenta que su mano estaba apretando fuertemente los dedos entrelazados de Dalai junto a los suyos.

-Lo siento- no soltó la mano del más joven, pero si aflojó su agarre para no mascullar más sus dedos. Que Dalai hubiera protestado quería decir que ya estaba a punto de quebrarle los dedos.

-No te preocupes- Dalai sonrió y siguió caminando a su lado pegado a su brazo, con una leve sonrisa a pesar de que estaba alerta. Analizaba por el rabillo del ojo todo su entorno en caso de tener que reaccionar. Su otra mano debajo de la capa estaba sobre la daga que siempre escondía en su cinturón- Jianwen, esto...

EL hombre apretó los labios. Habían salido del burdel con el pecho apretado después de tener que dejar a Zhiyin y no podérselo llevar con ellos. Si lo hicieran ahora como estaban no llegarían muy lejos y lo pondrían en peor condición, sin embargo... no se esperaban que, llegando al puerto, donde montarían el barco de regreso y buscarían refuerzos, todos los navíos estuvieran fuera de circulación.

No saldría ninguno y la orden se había dado desde los de más arriba. Lo peor, estaban buscando a gentes.

-Debemos salir de aquí lo antes posible- murmuró Jianwen- Alguien nos ha delatado desde afuera, es imposible que supieran que estaríamos aquí. Quien sea el dueño de este lugar tiene demasiada influencia.

Dalai asintió moviendo sus neuronas buscando una respuesta cuando tuvo que reaccionar y cortar el camino de una espada que iba directo a la garganta de Jianwen desde atrás. Después pateó el hombre y apretó la mano de Jianwen.

-Debemos correr- le dijo y el hombre asintió más no pudieron.

Estaban rodeados. Más de 20 hombres armados se formaron alrededor de ellos rápidamente como si los hubieran estado vigilando desde hacía mucho tiempo. ¿Qué demonios?

-Atrápenlos, no pueden salir de la isla, esa persona los quiere con vida- fue la orden de uno de ellos.

Dalai se puso delante de Jianwen que se puso en modo combate... pero eran demasiados.

Al parecer los refuerzos se demorarían.

***

Zhiyin fue devuelto al cuarto que compartía con Xiaoyi para encontrar que estaba vacío. Estaba de mejor humor por lo que pensó que el niño estaría trabajando. Se sintió mal por él y se giró hacia la persona que lo había dejado allí.

Hizo señas preguntando por el niño, pero el hombre solo alzaba la ceja dubitativa. Solo después de varios intentos el hombre pareció comprender.

-El niño fue vendido- fue la respuesta que congeló a Zhiyin. Este abrió los ojos hasta que le dolieron- Esta mañana vino un hombre interesado y al verlo lo compró. Al menos estará bien, se notaba que era un hombre rico.

De igual modo Zhiyin comenzó a temblar y agarró por la ropa al hombre para tener más información, pero este lo empujó haciendo que Zhiyin cayera al suelo de forma brusca.

-No me toques puta- este le gruñó- Qué te crees, eres un simple esclavo de este lugar. Al menos alégrate por el niño, salió de este infierno. No creo que sea lo mismo contigo- y diciendo esto, el hombre se dio vuelta y desapareció dejando a Zhiyin allí conmocionado.

Se negó a llorar, a pesar del gran hueco que estaba dentro de su pecho. El único que lo había ayudado en ese lugar y al que le había prometido llevarlo con él ahora no estaba, se lo habían llevado. Apretó los labios hasta que estos dolieron ante el dolor de la soledad que lo asaltaba.

Ahora las dudas.

¿Estaría bien?

¿Sería abusado, golpeado?

¿Qué pasaría con él?

Si solo, si solo... ojalá hubiera tenido un poco más de tiempo.

Cerró los ojos con fuerza. Ni siquiera había podido despedirse, pasar la noche abrazándolo para dormir tranquilamente sabiendo que solo tenían ellos dos para protegerse. Pero lo buscaría. Él tenía que saber que estaba bien, que viviría, y que si lo estaba pasando mal se lo llevaría. Él tenía que pagarle ese favor con creces.

Obligó a su cuerpo a moverse e incorporarse. Entró en la habitación y se sentó en medio de esta. Aún estaban las cosas del niño por todos lados, las pocas que tenía y Zhiyin se estremeció ante la soledad de aquel lugar. Eso era lo malo de él, solía encariñarse rápidamente con los demás, y siempre terminaban dejándolo de lado.

Siempre era así. Siempre terminaba... solo.

Al menos la noticia de que su esposo estaba vivo trajo algo de alegría en su interior, pero... y su hijo. No sabía nada de él. Confiaba en que su familiar lo hubiera puesto a salvo, sin embargo, estando allí solo, no sabía el destino de este.

Junto sus manos y por primera vez se encontró rezando de forma seria.

«Por favor, esposo mío, ven rápido a sacarme de aquí. Que todos estén bien, que mi hijo esté a salvo, daré lo que sea necesario, mi cultivo, mi fuerza, mis ojos, lo que sea, pero que este sufrimiento se acaba de una...»

PAM.

La puerta se abrió de golpe estrellándose contra la pared y varios guardias entraron rápidamente. Zhiyin estaba conmocionado por tanto movimiento incluso desde que se había despertado. Recordaba que Jianwen había pagado incluso para que lo dejaran tranquilo hasta que volviese.

Entonces ¿qué estaba ocurriendo?

Vio como una mujer entraba y lo miraba de arriba abajo después de ser agarrado por dos guardias como si este estuviera en condiciones de huir.

-Al parecer nos viste cara de estúpidos, he esclavo, confabulando para escaparte con esos que vinieron a verte. Lástima que fueron atrapados a tiempo.

El rostro de Zhiyin palideció ¿cómo que atrapados?

Era... una desgracia tras otra. Acaso no saldría de aquello de una vez por todas. Abrió la boca para decir algo inútilmente, apenas si salía algún sonido. Todo lo contrario, a la mujer que soltó un bufido prepotente.

-Qué esclavo más problemático, llévenselo, solo hay un lugar donde ratas como él puedes pueden estar- y la mujer se dio media vuelta saliendo del lugar no sin antes dejar ver el aro dorado que danzaba en su muñeca que le había sido dado a cambio de que él estuviera relativamente a salvo.

Zhiyin quiso reírse de forma absurda. Que iluso había sido. En aquel lugar las reglas no eran válidas, ellos hacían lo que les venía en gana. Y así mismo hicieron, arrastrándolo después de amarrarlo y lo tiraron dentro de una carreta.

Junto con él un guardia lo vigilaba y pronto se unió un chico golpeado y tembloroso que balbuceaba cosas. Zhiyin no estaba en la mejor forma para consolarlo así que simplemente se mantuvo en su lugar donde le dolió cada bache que cogió la carreta y donde se estremecía cada vez más recordando que solo había un lugar para estar sino era el burdel.

Y no se equivocó cuando tanto él como el chico fueron arrojados fuera de la carreta y debajo de él solo había gravilla y mucho polvo. El chico a su lado gritaba desesperado aterrado por lo que le pasaría. Zhiyin solo podía repetirse mil veces en su cabeza ser más fuerte... porque ahora... necesitaría toda la energía necesaria para sobrevivir en aquel lugar.

Las canteras.

Solo aguanten un poco más, se los pido. Este mal es necesariooooo.

El próximo capítulo lo estoy revisando lo subo más tarde pues había dicho que subiría doblete pero bueno, quería ir adelantando.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora