Esposo mío, aun no me puedo reunir contigo

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En algún momento Zhiyin había perdido el conocimiento. Con razón. Estaba demasiado débil y aunque la herida en su vientre había sido vendada de nuevo sabía, por el dolor que tenía que la infección estaba presente, eso sin contar que varios puntos abiertos eran una complicación. Si salía, de esta vivo, que era lo que tenía como plan, la cicatriz sería tan horrenda que hasta a él le daría asco verla.

Abrió los ojos levemente ante los sonidos del exterior, podía escuchar como los hombres comentaban atareados corriendo de un lado a otro. Pestañeó varias veces para desperezarse. No sabía cuándo tiempo había estado inconsciente, en aquel lugar era imposible saberlo y eso lo atormentaba.

En eso vio como Gaomei se detenía frente a la puerta, pero lejos de entrar comenzó a hablar con los guardias en la entrada. Tenía el ceño fruncido y su mano estaba alrededor del mango de su espada. Había hombres que pasaban por su lado corriendo. Algo estaba ocurriendo.

Lo vio mirar hacia adentro donde estaba él y maldecir, para darse la vuelta y alejarse. Zhiyin intentó escuchar que estaba ocurriendo, pero no lo supo hasta minutos después que uno de los soldados casi gritó.

-Están cerca de aquí. Vamos a desviarlos para que no encuentren el lugar y después que volvamos nos iremos de aquí- fueron indicaciones y salió corriendo.

Por la forma en que lo había dicho Zhiyin supuso que su escondite temporal había sido detectado, eso significaba que lo estaban buscando. Una pizca de esperanza latió en su pecho. Acaso su esposo estaba vivo y había ido por él.

No sabía si aquella idea podía ser verdad o mentira, lo más que quisiera que fuera lo primero, solo que ahora no podía afirmarlo. Había muchas pruebas de que su esposo estaba muerto, pero él no cedería. También se imaginó que era debido a Fengxin que habían podido encontrar el lugar. Eso significaba que su hijo estaba a salvo. Una lágrima de alegría corrió por su mejilla de alivio total.

Si moría en ese momento podría hacerlo en calma, su hijo estaba a salvo, y en caso que su esposo hubiera fallecido se encontraría con él, mas él no tenía planes de morir. Tenía que encontrarse con su hijo.

-Lo siento esposo mío, aun no me puedo reunir contigo. Mi ranita tiene mucho que aprender- tragó un leve sollozo.

Acto seguido después de decir aquello ocurrió algo que lo dejó sin habla. Había pensado que se lo había imaginado, hasta soñado, pero no se había equivocado. Por delante de la puerta había pasado Songhua. El primero de Fengxiao.

¿Qué hacía ese imbécil allí? Con razón sabían cómo acceder a las sectas y atacar los puntos débiles. El muy desgraciado se había aliado con Gaomei.

Zhiyin apretó los dientes tanto que le dolieron. Ahora si era un hecho. No sabía cómo lo probaría, pero de que tenía que vivir y volver para desenmascararlo lo haría. Por culpa de él había muchos heridos y consecuencias. Uno más para su lista negra.

-La venganza va a ser tan deliciosa que de esta me mandan directo para el infierno- los ojos de Zhiyin brillaron con maldad y sacudió la cabeza- Dios, esta situación me está volviendo más sádico de lo ya soy.

Aun así, los pensamientos que lo que haría no se desvanecieron tan fácilmente. No dejaría impune a todos aquello que lo habían hecho sufrir. Sin embargo, por el momento no podía hacer mucho. Moverse o simplemente respirar era un martirio debido a su herida y debilidad por pérdida de sangre. Y aunque amenazó con casi perder el conocimiento de nuevo intentó no perder atención de lo que ocurría afuera.

Afuera parecía que se había calmado todo. Lo atribuyó a que casi todos se habían ido para alejar a quienes habían ido a luchar con ellos y por las noticias que estaban llegando habían tenido éxito en alejarlos del lugar utilizando hechizos de ocultamiento, por lo que solo quedaba usar ese maldito momento para escapar de allí para encontrarse con ellos por sus medios, si solo pudiera...

Escuchó unos pasos acercándose a él y vio como Suchao entraba en la habitación. Se imaginó a qué venía. Zhiyin controló sus emociones por una máscara neutral.

-¿A qué debo tan gloriosa visita?- le dijo con escepticismo.

Suchao tenía el ceño fruncido y cruzó los brazos cuando se detuvo al lado de la cama.

-Al parecer la lengua no te duele- su tono era totalmente despectivo- me sorprende que tengas los huevos para hablarme en ese tono.

-Pues las cosas cambian, la vida da muchas vueltas- Zhiyin mostró una sonrisa- ¿Y qué, está fallando tu método para conquistar a Gaomei?- lo provocaba- si deseas te puedo dar algunos consejos.

El rostro de Suchao se volvió rojo de la rabia y llevó su mano al cuello de Zhiyin apretándolo en el proceso. Al estar este amarrado le fue imposible detenerlo y casi se atragantó por la presión que pudo, aun así, Zhiyin no mostró atisbo de miedo.

-Dejarte sin la correa te hizo atrevido- dijo Suchao con una mirada que Zhiyin podría describir como más cruel que la de Gaomei cuando había intentado matarlo antes. Era de ese tipo de personas que mostraba una sonrisa y te apuñalaría por la espalda sin remordimiento.

-Oh, no me digas- Zhiyin soltó casi ahogado- Pero qué harás, ponérmela de nuevo, así puedo lamer de nuevo las botas de Gaomei... y que me mire solo a mí- Lo seguía provocando para lograr su objetivo... salir de allí, después, ya pensaría en los demás, primero tenía que deshacerse de las garras de Gaomei.

Los dedos de Suchao apretaron aún más.

-Tienes razón en algo- este dijo con los dientes apretados- Si te dejo aquí volverás a ser la perra de él. No tengo intenciones de que eso ocurra- comenzó a soltarlo dejando a Zhiyin tosiendo fuertemente pero no quitó sus dedos del todo- Tengo una mejor idea. Matarte no es satisfactorio, sé de un mejor lugar para ti- una sonrisa tenebrosa apareció en su rostro.

Acto seguido la mano de este comenzó a deslumbrar levemente y Zhiyin sintió un dolor atroz alrededor de su garganta que lo sofocó. Abrió la boca para gritar mientras se sacudía, pero ningún sonido salió de esta ¿qué estaba pasando?

Sus ojos se volvieron blancos y casi estuvo a punto de desmayarse, con el cuerpo empapado en sudor frío y además temblando. Una fuerte corriente eléctrica lo atravesaba mientras Suchao solo sonreía. Al apartar la mano todo terminó y Suchao apartó su mano.

-Este será mi regalo para ti pequeña perra- inclinó su cabeza mirando el collar negro tatuado alrededor del cuello de Zhiyin con diversos patrones- espero que te guste porque un esclavo no tiene la necesidad de hablar ni de usar energía espiritual.

Fue lo que escuchó Zhiyin antes que su cabeza fuera golpeada por el puño de este y todo su mundo se volviera completamente negro. Maldición.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora