Esposo mío, báñame

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Fengxiao suspiró. Por más que quisiera tenía que aceptar que su esposo era...particular. Y a eso se le añadía que ahora, gracias a él tenía sus dos nalgas algo rojas. Zhiyin no había escatimado en golpearlas con fuerza y dejar sus dedos marcados.

Sabía que su cuerpo estaba bien formado resultado de muchísimos años de entrenamiento. No tenía ni una gota de grasa de más y la poca estaba repartida estratégicamente. Y su esposo se encargaba todo el tiempo de recordarle lo bueno que estaba. No tenía pelos en la lengua para vacilar su cuerpo.

-Esposo mío- Zhiyin se mordía la uña con sus ojos brillantes y una sonrisa pícara en su rostro- tu trasero se ve delicioso así rojo- se burló- Y además se siente rico tocarlo ¿puedo seguir?-

Estiró la mano para agarrar uno de los glúteos cuando su muñeca fue agarrada por Fengxiao deteniéndolo. Le gustaba que lo tocara pero la comezón en sus nalgas no era nada graciosa. El menor no tenía conciencia de su fuerza.

-Tacaño- Zhiyin hizo un puchero- Ese trasero no es solo tuyo- le gritó- Déjame tocarlo ¿sí?- hizo una mueca infantil.

Fengxiao sintió que todo su cuerpo temblaba.

-¿No volverás a nalguearme?- respiró profundo sabiendo que había perdido.

-Nop- Zhiyin se removió contento mordiéndose el borde de su labio inferior provocativamente.

Fengxiao a final cedió pero para evitar que lo volviera a nalguear fuerte abrió las piernas de Zhiyin y se metió entre ellas. Buscó sus caderas y tiró de estas hacia adelante dejándolo sentado bien en el borde y las manos del menor las llevó a su espalda.

-No quiero tocar tu espalda- Zhiyin protestó pero cuando intento bajar más las manos se dio cuenta que no llegaba, su panza estaba en el medio. La miró con los ojos chispeantes- Renacuajo no dejas que papi disfrute del cuerpo de tu papá-

Fengxiao aflojó un poco la expresión de su rostro en una leve sonrisa y le pasó la mano por el cabello del menor corriéndolo hacia atrás.

-No regañes a nuestro hijo- besó su sien- Cuando nazca ya tendrás tiempo de hacer lo que quieras-

Zhiyin sonrió complacido pasando la mano por su panza. No estaba realmente molesto con su hijo, más bien se encontraba ansioso. Su barriga ya era considerablemente más grande y notoria aunque todavía podía hacer bastantes cosas. Al no poder tocar las nalgas de su esposo alzó sus piernas y las cruzó detrás de este atrayéndolo un poco más hacia él.

-Esposo mío no sé cómo te vez mejor. Con ropa, sin ropa, dentro de mí. Todo lo que veo esa alguien que llega mis entandares. Así que siéntete orgulloso de que te quiera- besó sus labios- Y yo soy afortunado de tenerte.

Fengxiao no pudo evitar sonreír. Zhiyin estaba particularmente sincero y hablador después de despertar. Era como si quisiera recalcarle que lo quería y amaba como había dicho antes.

-Esposo mío, báñame, quiero que me beses pero no estando tan sucio- puso una mano sobre la nuca del mayor y bajó su cabeza hasta que sus labios se encontraron.

Fengxiao adoraba el sabor de los labios de su esposo y no tuvo estimaciones en morder, lamer y chupar estos. Enredando su lengua con la del menor hasta que los dos estuvieron jadeantes.

-Creo que deberíamos parar- dijo Zhiyin casi sin aliento- No me molestaría continuar pero no creo tener fuerzas para tener sexo ahora- bufó por lo bajo.

El líder estuvo de acuerdo con él dada la condición de su cuerpo. Se separó un poco y lo cargó en brazos para sentarlo en uno de los bancos internos de a piscina y comenzó a lavar su cuerpo minuciosamente terminando por el cabello largo y suave que se deslizaba entre sus dedos desde atrás.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora