Yanfeng esperaba intranquilo en la entrada de la secta removiendo sus manos, tan fuerte que su hermano tuvo que tomarlas y aguantarlas dentro de las de él. Su líder había mandado un mensaje de que ese día volverían, tanto él como el joven maestro, Zhiyin, pero ya estaba atardeciendo y no había rastro de ellos y se estaban poniendo impacientes.
El menor de los gemelos había estado tan preocupado que apenas había dormido, solo después de que Yanhuan le había caso obligado había descansado. Fengxiao les había contado brevemente en el mensaje que había ocurrido pero necesitaban detalles. Al menos era una tranquilidad que el menor volviera.
Los minutos se hicieron eternos cuando divisaron en el cielo, dos figuras oscuras, una sobre una espada y la otra sentada sobre un perro inmenso. Eran sus líderes. Yanfeng se emocionó, por su parte Yanhuan también estaba feliz, pero retrocedió unos pasos al ver que la cosa peluda era muchos centímetros más grande que lo que recordaba.
Fengxiao y Zhiyin descendieron y el primero ayudó a su esposo a levantarse de Fengxin, el viaje había sido largo por lo que sus piernas estaban agotadas. Zhiyin guardó a su perro en la manilla antes de que el gemelo colapsara mientras veía como el otro venía corriendo hacia él. Le abrió los brazos y lo recibió con una sonrisa. Sintió los sollozos de Yanfeng en su hombro y le acarició la cabeza como si fuera un niño que necesitaba ser consolado.
-Ya, ya tranquilo, ya estoy de vuelta- se carcajeaba un poco ante la exagerada reacción.
-Pensé que no volvería, estaba sumamente preocupado- lo abrazó más intentando no hacerle daño a la barriga.
-Es bueno que ya estén de regreso- Yanhuan al fin se acercó y resopló, en su rostro había una muestra de alivio.
-Yo también estoy feliz de verte Yanhuan- Zhiyin le sonrió sobando la espalda de su hermano en brazos que no paraba de sollozar. El gemelo se tuvo que acercar y tomar a su hermano y separarlo.
Era cómica la expresión de Yanfeng pero de cierta forma Zhiyin se sintió culpable pues lo había hecho llorar. Ahora entendía que él era importante para varias personas. La próxima vez confiaría más en ellas antes de tomar una decisión tan drástica.
-¿Y bien, dónde te habías metido? ¿Tienes idea de todo el movimiento y locura que se armó en toda la secta? No puedes desaparecer así simplemente, estábamos preocupados- Yanhuan le protestó.
Zhiyin se mordió la uña con una pícara sonrisa y se acercó a él.
-¿Mes extrañaste?- abrió sus ojos inocentemente- ¿me quieres tanto?-
Un sonrojo cruzó por el rostro de Yanhuan.
-Yo no te quiero, estaba preocupado por el estado de mi líder, no te confundas- se hizo el ofendido pero pronto unos brazos estaban alrededor de su cuello y Zhiyin abrazándolo sin dejarlo ir. El gemelo miró a Fengxiao sin saber qué hacer y este solo tenía un rostro complacido, como si todas las preocupaciones ya no estuvieran en sus hombros. Al final solo resopló y palmeó unas veces la espalda de su joven señor.
Zhiyin se apartó y entonces agarró su bolsa de vacío comenzando a sacar cosas.
-Les compré algunos regalos- sacó desde dulces, entre ellos parte que había guardado de los que le había comprado su esposo y otros que había elegido específicamente, algunas prendas de ropa, una daga para el menor de ellos, una nueva cinta para que el mayor se sujetara el cabello, tantos que por poco no le cupieron en las manos, no eran muy caros y al final no era él el que pagaba.
-Tal parece que tus hijos somos nosotros- Yanhuan suspiró y después enfocó la bolsa igual a la que su líder tenía agarrada en su cinturón- ¿Eso es?- estaba impresionado, nunca había tenido la oportunidad de tener una delante.
ESTÁS LEYENDO
Enamorado de un idiota (Novela original)
RomanceTransmigrar de un mundo donde el cultivo es ilegal a uno donde es el objetivo de tu vida, mejor imposible. Que lo hagas a un cuerpo diez años más joven, cuando en la vida anterior a los 31 años todavía es uno virgen. Nada mal. Donde todos te miren...