Esposo mío, manché tus sábanas

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Fengxiao sonrió ligeramente y acomodó el cuerpo de su esposo sobre él mientras se soltaba de su agarre y llevaba sus manos a sus brazos. Desplazó sus manos de arriba abajo. Los músculos allí estaban realmente tensos y tuvo que utilizar un poco de fuerza para relajarlos.

Después prosiguió con los costados de su cintura y su torso. Palpaba la nueva grasa que se había acumulado en esa zona, aunque le gustó. El cuerpo sumamente delgado que podía sentir hasta las costillas de su esposo era algo que aunque no dejaba de ser hermoso no era precisamente de su gusto.

Zhiyin hacía sonidos de satisfacción con la garganta ante la relajación a la que su cuerpo se estaba rindiendo. Ni siquiera se inmutó cuando las manos de su esposo llegaron a su cadera apartando la túnica dejándolo totalmente desnudo. Gruñó muy suave ante la pulsada de dolor ante el agarre pero rápidamente se difuminó al entrar en él el cultivo del mayor. Los dedos siguieron masajeando su piel, ahora su abdomen hinchado donde crecía su hijo, volviendo a su pecho.

-¿Cómo se siente?- Fengxiao le preguntó después de terminar el masaje pero no recibió respuesta -¿Zhiyin?-

Pero el cuerpo recostado en él estaba quieto y su respiración era constante. Se había dormido por fin. Fengxiao suspiró y besó suavemente su cuello, donde descansaban las casi invisibles cicatrices que habían dejado sus uñas aquel día que habían discutido en el baño. Después de eso y que la furia había disminuido casi se había golpeado él mismo.

-Dulces sueños- y con cuidado lo acomodó nuevamente en la cama. No se preocupó de ponerle la túnica temiendo que pudiera despertarlo por el dolor. Así que solo lo cubrió con la colcha.

Buscó una nueva almohada ya que la de él por lo visto tenía un nuevo dueño y se metió en la cama. No faltó más de dos minutos para que una pierna se enredara con la de él al igual que un brazo sobre su cintura. A su lado Zhiyin se había acurrucado contra él y una sonrisa calmada figuraba en sus labios.

Fengxiao giró su cabeza de lado y se quedó mirándolo con atención. Antes del accidente su esposo solo se acostaba a su lado después de una noche de sexo y lo hacía en una posición recta y boca arriba. Nada de mimos ni abrazos después del acto. Ahora su esposo buscaba su calor y la comodidad de su cuerpo y eso lo alegró. Con la punta de su dedo perfiló la parte de arriba con su nariz antes de acercarse y dejar un casto beso en la punta, para después cerrar los ojos y dormir.

Yanhuan se paró delante de la puerta de su señor en las primeras horas de la mañana y no era la primera vez que encontraba la puerta cerrada. Normalmente Fengxiao era muy madrugador y se levantaba incluso antes que él pudiera llegar a atenderlo, pero que no estuviera despierto todavía solo significaba una cosa. Zhiyin estaba ahí.

Fue a tocar la puerta y una voz se oyó desde el interior que lo hizo detenerse. Su señor lo había sentido con su cultivo y ya estaba despierto. Con sigilo entró para encontrarlo todavía en la cama acurrucado con Zhiyin que lo abrazaba posesivamente como si fuera su almohada particular. Incluso la almohada que le había robado al líder de la secta se hallaba misteriosamente en el suelo y este se había desplazado al lado de su esposo.

Fengxiao se restregó los ojos y se incorporó lentamente intentando desenroscarse de Zhiyin sin despertarlo. Su cuerpo ahora también mantenía la esencia del medicamento perfumado en él. Cuando logró salir de la cama se acomodó la túnica y volvió a tapar el torso desnudo del menor. Yanhuan al ver aquello retiró la mirada sonrojado imaginándose que a pesar de que uno de ellos estuviera embarazado no era razón para no tener sexo.

Fengxiao se acercó a su subordinado y alzó una ceja.

-¿Ocurre algo?-

-No, nada- negó el gemelo.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora