CAPÍTULO 44: YŌU YUÁN WÚ FÈN

392 66 14
                                    

P R E S E N T E

Llovía a cántaros el agua golpeaba su cuerpo sin piedad, pero no era el frío lo que lo hacía temblar si no la sensación que precedía a una despedida definitiva.  La clase de sensación de la que uno no es consciente hasta que no vuelves a ver a la persona y te das cuenta que aquella vez fue la última vez que se encontraron.

Lan Zhan conocía la sensación mejor que otras personas.  Era la  sensación que atravesó su pecho la última vez que  vio a su madre y ella le sonrió detrás de la ventana antes de subir al auto, cuando su padre tocó su hombro apartando todo el miedo que el sentimiento que su compañero de cuarto despertaba él y la que tuvo cuando Wei Ying se escapó para ir directo para ir a su muerte.

Una tela cubría sus ojos impidiéndole ver  el lugar en el que se encontraba. Unos segundo después sus ojos fueron descubiertos. Parpadeo  intentando enfocar algo  pero la visibilidad era prácticamente nula, pudo percibir el aroma de la tierra de la vegetación y un muy sutil aroma familiar que iba del floral al cítrico. Frente a él apareció la imagen nítida  de Wei Ying,sin embargo tardó un poco en reconocerlo pues se trataba del joven de 16 años con el que compartió habitación. Delgado y pequeño, con el cabello largo y alborotado pero sus ojos de un profundo color negro estaban llenos de dolor y cansancio.  Su ropa y las manos en las que sostenía una tela blanca estaban llenas de sangre. Lan Zha levantó su mano para tocarlo pero el niño frente a él se encogió un poco como si fuera a ser lastimado. Apartó su mano y esta fue atrapada brevemente por la de Wei Ying.

—Lo siento...—Se disculpó por manchar su mano. La mirada de Wei Ying dio un rápido recorrido alrededor y se estremeció. lan Zhan hizo lo mismo, reconoció sobre el suelo lo que parecían  ser cientos de cadáveres

—Lo siento mucho... mucho—balbuceó intentando no mirar los cuerpos pero donde quiera que posara su vista había uno

—Tu no querias —se apresuró a decir Lan Zhan para tranquilizarlo, Wei Ying dio un paso atrás

—Lo merecían—murmuró mostrando una sonrisa ligeramente retorcida que no iba con su mirada dolorida. La mano de Lan Zhan acuno la mejilla de Wei Ying, su piel estaba fría. El chico  se recargo ligeramente disfrutando del gesto cariñoso antes de apartarse y hacerle notar con la mirada que en la otra mano Lan Zhan sostenía un paraguas.
Inmediatamente lo abrió para cubrirlos a ambos. Wei Ying le sonrió, de sus mejillas caían lágrimas, lo miró con aire satisfecho.

—Gracias y lo siento por todo...

Retrocedió y el cuerpo de Lan Zhan no fue capaz de moverse ni un centímetro.
—No te vayas—Suplicó, Wei Yinse detuvo sus cejas se arrugaron como si no entendiera las palabras ni su razón

—Lan Zhan... tu me dejaste primero...

, Wei Ying cerró brevemente los ojos en un gesto de dolor, luego sin volver a mirarlo le dio la espalda y comenzó a caminar entre la lluvia lentamente

—¡Wei Ying! ¡Wei Ying!

El paraguas cayó de su manos, la delicada figura se perdió dejándolo solo. Lan Zhan despertó sobresaltado. Un relámpago iluminó la noche, llovía como en su sueño, el agua golpeaba los cristales de las ventanas y caía rítmicamente sobre la casa sin que nada más pudiera escucharse que el chapoteo del agua. Con el corazón latiendo asustado visualizó al otro  de la cama a Wei Ying encogido y dándole la espalda . El largo cabello caía sobre la cama como una cascada, como siempre solo llevaba la parte superior de la pijama dejando siempre al descubierto sus hermosas y esbeltas piernas que por costumbre se enroscaban en torno a su cuerpo, pero en ese momento estaba lejos de él. Mirarlo lo tranquilizó, se repitió que todo era un mal sueño producto de la lluvia, de los malos recuerdos despiertos por la temporada, Wei Wu Xian había vuelto  estaba a su lado y ya todo lo malo era un mal sueño.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora