STAY BY ME

CAPÍTULO 5. UNA VIEJA CANCIÓN DE AMOR.

Llamaron a la puerta, Sizhui tomó la jarra del agua y el vaso dejando a su hermano la tarea de atender la puerta.

Mientras Lan Zhan volvía Wei Ying revisó lentamente la movilidad de cada uno de sus dedos, llevando cada dedo a su pulgar. Al parecer el suicida no había cortado ningún tendón solo había que esperar a que los cortes se cerrarán. Se dió una mirada bajo las sábanas, como detestaba esa batas, afortunadamente nadie vería su trasero. Ese era su nuevo cuerpo, se sentía tan extraño, sintió curiosidad por su cara, pero el espejo no daba en dirección a la cama.

—Señor Yu—Saludo Sizhui Wei Ying de inmediato supo que aquel chico era quien había salvado su vida y al parecer sabía su nombre. —¿Despertó esta mañana?

Wei Ying asintió con la cabeza, llevándose la mano a la garganta dando a entender que no que no podía hablar.

—Es bueno que esté mejor... creí que no lo volvería—Sizhui se detuvo se dio cuenta que Yu no parecía saber de lo que hablaba—¿Señor Yu no me recuerda?

Wei Ying negó con la cabeza. Sizhui no dijo más no quería estresar o presionar a una persona convaleciente, sirvió el agua y le acercó la pajilla a Wei Ying quien comenzó a beber lentamente

—Soy Sizhui y mi padre es quien lo atendió

¡Lan Zhan era su padre!!! Wei Ying comenzó ahogarse con el agua. Cómo es que podía una persona como él llegar a tener familia

—¿Se encuentra bien? ¿Señor Yu?

—¿Él es tu... tu... padre?—Preguntó tosiendo, Sizhui asintió

—Sizhui!!!! Mirá mirá!!!—interrumpió Jingyi con un paquete abierto en una mano y en la otra una flauta Dizi en color negro—¡Al fin llegó!..

—No tenías que sacarla –se quejó Sizhui quitándole la flauta de la mano.

—¡¿Por qué si yo la pagué?!

—Tu rompiste la otra—replicó, de pronto se escuchó un fuerte golpe proveniente del patio.

Ambos chicos se miraron asustados, Sizhui dejó la flauta en las piernas de Wei Ying.

—Discúlpenos—Dijo apresuradamente antes de que su hermano lo jalara de la ropa para salir corriendo.

Los conejos podían ser criaturitas adorables pero una vez que tenían hambre la historia podía ser completamente diferente. El huerto se había quedado sin una reja que lo protegiera, la falta de tiempo por la escuela y los pacientes que llegaban a cualquier hora del día, aun si el letrero de cerrado estaba puesto, retrasó la reparación. Al final solo una vieja tabla de madera era la que separaba a los conejos del pequeño huerto, por ello siempre que los dejaban salir para alimentarlos debían estar vigilados y Jingyi se había olvidado por completo de los conejos.

Bajaron corriendo las escaleras hasta el patio, Jingyi se metió de inmediato al huerto para poner la tabla y empezar a atrapar a los conejos para dárselos a Sizhui. En tanto Wei Ying se quedó con la flauta sobre las piernas,  automáticamente sus manos la levantaron, parecía tan familiar el color su delicado cuerpo, sus dedos parecían recordar cada orificio. La llevó a su boca y sus dedos danzaron formando una melodía que se había quedado grabada en su alma. Cuando o como la había aprendido, no estaba en su mente, sin embargo le pareció tan propia y tan cálida, que tocarla le era natural.

Lan Zhan también había escuchado el golpe pero no había podido ir de inmediato, cuando entró a la casa lo último en lo que pudo pensar fue en lo que había ocasionado ese ruido.

Habían pasado más de 13 años desde que escucho la canción que provenía de la segunda planta, solo dos personas la conocían, él era una de ellas mientras que la otras llevaba 13 años muerta.