CAPÍTULO 82: FLOR DE MELOCOTÓN (parte 2)

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-Aun podemos llegar -sonrió Lan Zhan con tranquilidad en ese segundo Wei Ying salió de la cama pero al ponerse de pie se desplomó en el suelo
- ¡WeiYing!
-¡Jajajajajajaja! -Wei Ying rodo por el suelo, sus piernas estaban débiles- ¡Estoy bien!... jajaja... pero necesito ayuda Hanguang Jun me ha dejado como cervatillo recién parido...
-Sin vergüenza-murmuró Lan Zhan levantando en brazos.
- Tu no puedes llamarme así, estás desnudo y eres quién me dejó así-continuó Wei Ying al ver las orejas de Lan Zhan rosadas de la punta
-Wei Ying...
-Ok... pero
Lan Zhan tuvo que tomar medidas drásticas presiono sus labios sobre los de Wei Ying para callarlo, el beso se terminó estrepitosamente cuando Wei Ying cayó sobre la cama. Solo la ropa de Wei Ying estaba intacta, la del médico en cambio estaba arrugada, a su camisa le faltaban algunos botones, sus pantalones estaban sucios, nada llamativo solo era evidente para el buen ojo de Lan Zhan.
Wei Ying esperó a Lan Zhan en la puerta todavía recargado en la pared, pues no podía andar solo, el brazo del médico le pasó por la espalda descubriendo el faltante de tela en el saco y la ausencia de camisa.
-¿Qué traes puesto?
-Es sexi ¿no crees? -replicó Wei Ying con una sonrisa acto seguido Lan Zhan se quitó el saco y lo puso sobre sus hombros
-...Lan Zhan...-gimoteo sin obtener respuesta
Fueron a paso lento hasta el apartado invernadero, al llegar la mesa está servida, los platos estaban calientes el hielo del vino intacto, las pequeñas luces de navideñas iluminaba todo el lugar, las velas perfumadas en la mesa estaban recién encendidas, era un cena íntima sin embargo Wei Ying imagino que los niños irían a espiarlos pero no había rastro de ellos. Jiang Cheng se había encargado de ellos, de los niños, los trabajadores, el perro y los conejos no tendrían interrupciones. Se sentaron en la mesa puesta frente al durazo en sillas blancas acojinadas, sin embargo el rostro de Wei Ying se contrajo brevemente luego su mirada fue alrededor, a las flores, la decoración y luego se encontró con la de Lan Zhan.
-¿Y cómo ibas a hacerlo?-preguntó Lan Zhan
-¿Huh?
-Proponerme matrimonio...
-No puedo arrodillarme ahora... en realidad llegado ese punto iba a improvisar... llegar a este punto fue complicado-Lan Zhan sonrió mirando el lugar, sabía de sobra que Wei Ying no se adhería nunca a los planes, en algún dejarse llevar y cambiar todo y ponerlo de cabeza era normal-Al final decidí aceptar tu propuesta.
Lan Zhan se encogió en el asiento antes de tomar el vino, él no pensó mucho en la planeación solo iba a entregar los anillos, le dió a su hijo más pequeño la razón, debía hacerlo bien y de forma especial incluso si era un hombre que no entendía las cuestiones de un romance. Los ojos de Wei Ying brillaron al ver el vino, se sintió cediendo mientras la copa era servida para él que pasó por alto la expresión vacía de su novio, con la mente en otro sitio. El vino era tan bajo en alcohol que Wei Ying hizo un puchero y luego noto los platillos occidentales en la mesa
-Lan Zhan, ¿te gusta esta comida?-Solo en ese momento Lan Zhan se dió cuenta quien estuvo a cargo de aquella cena. Sizhui siempre le preparaba aquella comida en su cumpleaños, muy pequeño el niño se puso el delantal determinado a cocinar. Lan Zhan lo dejó, lo miró sacar ingredientes y varios sartenes. El niño le preguntó por su platillo favorito pero Lan Zhan dijo no tenerlo. SiZhui replicó que eso era imposible siempre había alguno que lo hiciera feliz de solo comerlo como pasaba con JingYi y el pollo. Lan Zhan lo pensó con seriedad solo para complacer a su hijo y recordó el sencillo menú de los viernes del internado al que asistió en el extranjero.
-Mn... yo crecí en el extranjero-Wei Ying sonrío imaginando un niño pequeño pálido de ojos dorados pero no pensó que a ese niño le gustará ese tipo de comida-en el internado cocinaban un menú distinto para mi, así que no era muy popular entre los otros alumnos por ser tratado diferente así que debes en cuando tomaba lo que el resto de los alumnos y era como el resto...
Wei Ying recordó el momento en que su tío quiso enviarlo a otra escuela pero entonces no quería ser distinto del resto, no quería confirmar que era diferente terminar de ser visto como un fenómeno así que pudo sentir empatía por el pequeño Lan Zan que debes en cuando se atrevía a contradecir a su tío para ser como los demás.

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