ESPECIAL NAVIDEÑO: PELEA EN LA NIEVE

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La nieve comenzó a caer, Wei Ying miro por la ventana el manto blanco sobre el jardín. Sonrió recordando los muñecos de nieve del año pasado. Él y Sizhui convirtieron una dulce escena navideña en una escena del crimen con zombies de nieve y sangre falsa, por supuesto Lan Zhan y JingYi se disgustaron mucho con ellos.

Nuevamente otro tranquilo año se estaba terminando y era como un hermoso sueño. La oscuridad sobre sus vidas se había disipado, pero a menudo cuando Wei Ying estaba a solas en silencio no podía evitar preguntarse ¿Cuántos días de toda esa felicidad le restaban?

Cerró las persianas y fue al armario para buscar algo más abrigador que de paso le cubriera el cuello, tal vez una bufanda. Se sintió incómodo con la posibilidad de que tal vez la bufanda no quedaría con la sudadera azul pálida de su esposo. No tenían mucho dinero, casi todo lo que obtenían era destinado al banco y los ahorros de Xuan Yu eran ocupados para emergencias. Por lo que mucha de su ropa de invierno terminó en manos de Sizhui. Wei Ying se quedó con las extravagancias de Xuan Yu, mismas que le encantaban pero Lan Zhan solía fruncir el ceño ligeramente cuando mostraba el abdomen o más piel de lo habitual. Por otro lado la ropa comenzó a ser un asunto que a Wei Ying le importaba, fue de los pocos rasgos que conservó de Xuan Yu. Pasó los ojos por toda la ropa sintiéndose desmoralizado, era navidad y no tenía nada lindo para ese día, su suéter favorito estaba sucio y posiblemente arruinado, aunque había valido la pena. Luego sus ojos se posaron en una bolsa de papel blanca con un moño rojo en el suelo bajo los abrigos de la temporada. Fue fácil reconocer la caligrafía, sin perder un segundo abrazo la bolsa que inequívocamente era de ropa nueva.

—¡Gracias La Zhan!

Abrió la bolsa rasgando con prisa el papel, encontró un hermoso sueter rojo de cuello alto, era el rojo perfecto, vivido y llamativo pero como si no fuera suficiente tenía hermosos copos de nieve en él, le pareció único. En la bolsa estaban además los guantes rojos afelpados sin las puntas de los dedos, que le parecieron divertidos semanas atrás en una tienda y una enorme bufanda blanca como la nieve que explicaba los rastros de estambre blanco en la oficina de su esposo. Rodo encantado y feliz por la alfombra devolviendo el vivido dolor a su cuerpo, se detuvo y suspiro recordando la ardiente noche en la que ambos se olvidaron por completo de la nevada, de atender el teléfono o ir a la habitación. Realmente amaba la navidad en compañía de Lan Zan

LA NOCHE ANTERIOR.

Se tomaron unos minutos para recobrar el aliento. Wei Ying miró alrededor, la mesa era un desastre aun así sonrió y luego su ojos fueron atrapados por los de su esposo que sonrió abiertamente reconociendo que el desastre ocasionado fue bastante divertido. Con la mente un poco más fría Lan Zhan notó que aún estaba dentro de su esposo. Sus ojos y los de Wei Ying fueron al mismo lugar bajo la cintura pero los ojos grises brillaron con una chispa traviesa. Lan Zhan apartó los ojos y reprimió su sonrisa, para no caer en las travesuras de su esposo y salió lentamente, Wei Ying dejó salir un suspiro ahogado por la sensación.

—¡ah! ¡Realmente te extrañe!—exclamó Wei Ying sin aliento, sintiendo su corazón redoblar el paso al percibir el perfume de sándalo sobre su cuerpo y la reminiscencia de las caricias.

Wei Ying esperaba un "Yo también" o un "mn" pero no hubo nada de eso. Se levantó sobre sus codos para buscar a su esposo que deambulaba por la cocina. Lan Zhan en cambio no tenía tiempo de responder o comentar algo, eso era una pérdida de tiempo. Se abrochó los pantalones y se movió con suma normalidad a la nevera por el pastel y la botella de champagne preparada con anticipación por Wei Ying para su velada, lanzó una mirada a su esposo quien observaba atento sobre sus codos. Esa mirada dorada fue una invitación seguida de una sonrisa, pues su noche apenas comenzaba.

Lan Zhan pasó de largo frente a Wei Ying y este se quitó el suéter y saltó para buscar las copas y un par de cucharadas antes de seguirlo.

Wei Ying caminó sobre las puntas de sus dedos, el piso está frio, su andar era grácil y elegante, su cuerpo estilizado era agradable a la vista, un hermoso ser cuya desnudez estaba lejos de parecer obscena. Lan Zhan ofreció su mano para conducirlo a su lado a su lado, el cabello le caía sobre los hombros, enmarcando su rostro con mechones dispares y ondulados, su cabello no era tan largo en contraste al día en qué se reencontraron pero parecías más denso y oscuro. Los ojos dorados bajaron por toda la extensión del cuerpo de Wei Ying que se ruborizó ligeramente por lo que apartó la mirada, las copas y las cucharas fueron retiradas de sus manos y la Champagne fue servida.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora