STAY BY ME

CAPÍTULO 30: LA VICTIMA

Antes de alcanzar el suelo Lan Zhan lo sostuvo. Sintió la piel caliente de la frente de Wei ying contra su cuello, la levantó rápidamente en brazos. No hubo ninguna resistencia estaba completamente inconsciente su respiración era irregular y débil. Lo llamo una y otra vez sin éxito. Antes de dar el primer paso pateó la pistola a uno de los cubículos

— ¡Ayuda! ¡Ayúdenme!

Lan Zhan caminó algunos metros en un estrecho pasillo, ante la mirada del personal que rápidamente desplazó una camilla a su costado, enfermeras y médicos lo rodearon

—Ponlo en la camilla—ordenó una médico —¡Niño en la camilla!

Los brazos de Lan Zhan apretaron involuntariamente el cuerpo de Wei Ying antes de dejarlo en la camilla. La cabeza de Wei Ying se ladeo completamente inerte, sus labios estaban pálidos, había sangre en su nariz y boca, solo entonces se dio cuenta, no estaba respirando.

—¡Wei Ying!—lo llamo buscando tomar su mano. Sin embargo fue empujado atrás por un médico que pasó el estetoscopio por el pecho del chico. No eran las únicas manos sobre el joven, le revisaba las lesiones, lo conectaban a un monitor cardíaco y ponen una mascarilla sobre su rostro.

—Estas rotas—murmuró unos de los médicos

Se miraron unos segundo deduciendo lo que pasaba.

—A la habitación—dijo uno de los médicos—traigan el equipo móvil de radiografías y preparen una charola de intervención-

Empujaron la camilla a la sala más cercana

—No puedes entrar—dijo una enfermera cerrando la puerta de cristal

Y mientras miraba sin poder hacer nada se reprocho haberlo golpeado, había ido muy lejos. ¿Que iba hacer si algo le ocurría? La enfermera lo consolaba con toda clase de frases cliché que para él carecían de sentido

—Es mi culpa—murmuró al tiempo que su mirada se topó con la mano llena de sangre—...Si él...— su voz se quebró . Su visión se torno borrosa, lloraba pero no era capaz de notarlo. Su pecho se sintió pesado, miró al techo buscando respirar de nuevo.

Jiang Chen pasó por el pasillo rápidamente, creyendo que había visto mal. Era imposible para el concebir la idea de Lan WangJi en un deplorable estado al puto de casi llorar. Era simplemente imposible, pasó de largo y con unos cuantos metros recorridos se detuvo el único pensamiento que cruzó por su cabeza su hermano. Volvió corriendo a donde Lan Zhan, pero su mirada fue directamente al joven en la habitación al que intentaba hacer respirar. Entornó la mirada a Lan Zhan que tenía la mirada perdida hasta detenerse en la mano ensangrentada y simplemente se abalanzó contra él.

—¡TU! ¡¿Qué le hiciste a mi hermano?!—Lo tomó de la ropa y lo azotó contra la puerta—¡Responder!

Los ojos vidriosos lo miraron reconociendolo lentamente

—...Yo...lo golpeé

El puño de Jiang Cheng se estrechó contra el rostro de Lan Zhan, lo derribó y continuó golpeándolo sin que hubiera alguna clase de resistencia.

—¡Basta deténganse! ¡Seguridad!

Jiang Cheng fue levantado por dos policías sin dejar de forcejear.

—¡Nunca más vuelvas a acercarte a mi hermano ! ¡Escuchaste ! ¡Maldito Cobarde!

Los gritos del joven resonaron por todos los pasillos por lo que fue arrastrado. Fue liberado en la recepción. Donde Feng Mian sostenía un vaso de café y charlaba con los guardaespaldas intentando calmarlos por haber perdido a los jóvenes que cuidaban. No se preocupo, si lo habían atrapado aún tenía cuatro jóvenes más dentro. La sonrisa tranquila se desvaneció de su rostro en un segundo. Algo estaba mal, su hijo temblaba pero era a causa de la furia, estaba pálido, con los ojos rojos, se frotó la cara con ambas manos. Feng Mian conocía a su hijo estaba preocupado, algo malo ocurrió y tenía que ser serio definitivamente.