CAPÍTULO 45: STORGE

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P R E S E N T E 

“—Así es en China, para preservar el patrimonio de las familias contra los reveses de la fortuna, las dos familias deben tener la misma riqueza… Está  de tal manera en las costumbres de China que ya no se puede hacer de otro modo

Él la mira:

—Te aburro.

—No.

—Se tienen hijos enseguida. Responsabilidades . Amantes. Muy pronto ya no se puede cambiar nada en la propia existencia. Los chinos, incluso los no muy ricos, tienen amantes. Las esposas lo saben. Así están tranquilas cuando tienen mujeres afuera siempre vuelven a casa-

—No solo en China

—Si, solo en China está así de bien establecido

—¿Vas a casarte con esa prometida?

—Sí—dice en un sollozo— Contigo no. Nunca contigo. Nunca . Incluso en la otra vida.”

El amante de la China del norte.                                                                 Margueritte Duras


Wei Ying cerró de golpe el libro, tenía un nudo en la garganta, se limpió las lágrimas y  puso el separador entre las páginas al azar. Pensó inevitablemente en Wen Qing, al mirarlo en retrospectiva  había sido un tipo con mucha suerte  por tenerla en su vida y la decisión más brillante en su vida había sido quedarse con ella, era sin lugar a dudas la mujer que más había amado.

Se casó por impulso y como último recurso, pero al final eligieron quedarse juntos. No había esa clase de amor en el que su corazón latía con fuerza,  pero ella mantuvo  su corazón latiendo, lo obligó a vivir y le dio más de un motivo para hacerlo una y otra vez. Aun si fue un matrimonio conveniente, el no tuvo amantes, ni otros amores, volvía a casa por ella. Por supuesto los niños llegaron de inmediato a sus vidas, sin haberlo previsto, pero fue como si la vida les estuviera retribuyendo todas las pérdidas.

—Wei Ying—Llamó Lan Zhan con el desayuno listo en la charola desde la puerta de la habitación.

 El médico recibió una amplia sonrisa como cada mañana, pero la mirada en Wei Ying seguía triste. Quería hacer más pero tal y como Sizhui había dicho necesitaba ayuda de un profesional sugerencia que Wei Ying había desechado en menos de un segundo

Dejó el desayuno en el escritorio, le quitó el libro de las manos, miró el título, no sabía que Wei Ying sabía francés, pero era temprano para hacer preguntas, apenas eran las siete de la mañana del sábado, la mente de Wei Ying no estaba en condiciones. Wei Ying recibió el beso con los ojos cerrados, para disfrutar del suave perfume de su novio, el toque delicado de sus labios sobre su piel.

—Buenos días—saludo Lan Zhan tocando el mentón del Wei Ying, sus largas pestañas estaban húmedas, tocó los bordes de los ojos con su pulgar—¿Dormiste bien?

—Si

—¿Vamos debes desayunar?

—No… bañame primero ¿Si?

 —¿Estás seguro?

—¡Si!

Lan Zhan levantó en brazos a Wei Ying. Al fin había ganado peso suficiente pero no iba a decirlo en voz alta, su novio parecía susceptible emocionalmente a los cambios de su nuevo cuerpo. Puso la tina a llenarse un poco, para que Wei Ying no se enfriara. 

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