CAPÍTULO 66: EL PATRIARCA DE YILING

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12 de febrero.

Qin Cangye fue notificado de que un hombre en custodia aseguraba que el joven Wei Wu Xian era el líder de QiShan, sin embargo eso no bastaba  para iniciar una investigación. El  sospechoso estaba temblando en la sala de interrogatorio aferrandose a un sobre amarillo tamaño carta mojado por el sudor de sus manos. El temeroso hombre pidió hablar con él personalmente para entregar  pruebas de su dicho. Qin Cangye  dejó a su hija, determinado a volver en unas horas.

Fotos y videos de Wen Rouhan  y del Wei Wu Xian en lo que era una aparente sala de tortura con u hombre moribundo atado a una silla, tomas lejanas de los dos hombres en los puertos a altas horas de la madrugada. Las imágenes eran de mala resolución no podía decirse si se trataba de ellos o de otras personas por qué aunque se mostrará el como embalaban de las mercancías de contrabando en realidad no servían para nada. Eso fue lo poco que Guang Yao pudo ofrecer de momento, su seguro de vida argumento, en caso de que su entonces jefe se volviera en su contra, pero era muy poco para una investigación.  Lo verdaderamente relevante era el libro con el registro de cada miembro, sobre el cual  los Jin necesitaban poner las manos. Ese era el verdadero problema, según Guang Yao, el libro se movía de provincia en provincia  permaneciendo dos semanas y cumplidas la secuencia iba a manos de Wen Tao. De acuerdo a sus cálculos o estaba en Jiangsu o en Hebei. Movilizar a grandes números de personas fue cuestión de un par de llamadas junto a la orden de liquidar a todo aquel que llevara un tatuaje con forma de sol. El libro estuvo en camino casi una hora después, demasiado fácil  pero no levantó las suspicacia de Jin Guang Shan o su sobrino.

El sospechoso en custodia informó donde vivía Wei Wu Xian, aseguró haber robado y ocultado un libro  con toda la información de cada miembro de QiShan. Estuvo de acuerdo de dar la ubicación a cambio de protección porque estaba seguro de que lo matarían. Enviaron en busca del supuesto libro, minutos después el hombre se colgó en su celda, al finalizar el día su  familia recibió un millón de dólares de manos de la familia Jín.

La fotografía y el anuncio de la búsqueda de Wei Wu Xian  estuvo  en cada canal  antes de que libro llegará a las manos de las autoridades, pero fue únicamente porque Qin Cangye tenía prisa por volver con su hija, se llevaría el crédito o el fracaso de la detención pero en ese momento era lo menos importante, dejó la investigación en otras manos, unas más dispuestas cooperar con clan de LanLing.

Lan WangJi entró en la cafetería frente al hospital universitario de Tres gargantas, el ambiente era parecido al de su antigua universidad. Dejó el casco sobre el asiento de la moto y lanzó un suspiro, antes de entrar al local.  Tenía que desayunar, su estómago y la resaca demandaban alimento. Para ese punto Lan WangJi tenía una vida estable, un empleo en un laboratorio, la paga era buena alcanzaba para vivir modesta y cómodamente, su jefe era bueno y comprensivo al punto en que le dio un mes libre luego de incidente con su hermano. Sin embargo no pudo ver a Lan Xichen,  su tío le prohibió la entrada, ya no era un Lan por lo tanto no tenía familia eso incluía a Xichen. Por tres semanas no tuvo noticia del estado de hermano hasta que él mismo le llamó, le explicó que estaba mejor y le aseguro que apenas pudiera volver a su departamento iría a verlo. Xichen lo llamaba  casi todos los días, para asegurarse de que su hermano estaba bien. La rutina en la vida de Lan WangJi se mantenía imperturbable, se levantan todas la mañanas a puntualmente a las 5 am, salía a correr, volvía a ducharse y salía al laboratorio, volvía cada día a las seis luego de comprar la cena en el mismo restaurante en el que alguna vez ceno con Wei Ying. Se sentaba en una mesa sencilla y comía en silencio a solas, algunas veces leía un poco el periódico o los libros que su jefe le prestaba pues los suyos junto con el resto de sus pertenencias seguía dentro de las cajas. Su humor no eran tan cambiante, sentía solo desde hacía mucho, a pesar de no estarlo, recibía correos de sus compañeros en Londres, los dueños del café en el trabajaba lo había invitado a pasar las vacaciones con ellos, Mian Mian lo llamaba a diario, hablaba por una hora y sin embargo se sentía profundamente solo. Wei Ying le había pedido que fuera feliz, pero no sabía exactamente cómo era eso, seguía el camino que lentamente trazaba, buscando algo, tropezando con viejos hábitos, con recuerdos con dolor, deseando fervientemente  vivir como lo hacía el resto del mundo. No era raro que un sábado despertara con un extraño a su lado, se embriagara solo en su departamento pensando en un muchacho  que tenía dos hijos y una esposa. En un intentó de avanzar invita  al chico del restaurante al cine solo para caer en cuenta que lo comparaba con Wei Ying, sus ojos no eran los suficientemente oscuros, su sonrisa no era tan bonita, era demasiado serio, las excusas llovían en su mente mientras sus labios se quedaban sellados.

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