CAPÍTULO 69: PUNTO MUERTO (Parte 2)

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—¿Dónde está tu hermano? —pregunto Jiang Cheng con voz seca

Lan Xichen dirigió su vista al hombre recargado en la parte, la tristeza de su mirada no empataba con  su voz firme y demandante. Jiang Wan Yin  se apartó de la pared, su abrigo ondeo y bloqueo del paso de Lan Xichen

—Pregunte, ¿Dónde está tu hermano?

—¿Dónde? —repitió torpemente aturdido, con cada  respiración un oleada de dolor aparecía, no tan severa pero para ese punto ya no se sentía capaz de continuar en pie.

—¡No estoy para juegos!

La rabia en la voz de Jiang Cheng era abrumadora pero no tanto como sus ojos llorosos, desesperados. Lan Xichen  sintió el impulso natural de consolarlo, de rodearlo con sus brazos, su mano se movió contra la mejilla del joven, pero Jiang Cheng golpeó la mano apartándola antes de que tocara su rostro.

—De verdad… lo siento— Balbuceo Xichen. De verdad lo sentía, el profundo dolor de perder a sus padres y no era capaz de imaginar lo que era perder a su hermana, la sola idea de que algo  le pasara a WangJi era aterradora.  De forma simultánea todo a su alrededor daba vueltas, su vista se tornó borrosa, dio un paso más y su cuerpo se precipitó al suelo.

Xichen cayó en los brazos de Wan Yin que estaba sorprendido, no sabía que había ocurrido. La piel de Xichen se sintió como hierro caliente contra sus manos frías, tenía fiebre, estaba pálido como una hoja de papel y sus labios secos y marchitos. De inmediato sus guardaespaldas acudieron de inmediato para quitárselo de encima

—Subanlo al auto—ordenó Jiang Cheng,  era mejor tenerlo bajo su custodia, obviamente su presencia no era solo porque su hermano estaba enredado con el escape de Wei Wu Xian.

Una hora más tarde lo tenía en una cama de hotel inconsciente temblando por la fiebre. Jiang Cheng lo miró por un largo rato. Una vez sintió profunda admiración por ese Lan, a sus ojos el era perfecto, amable listo educado y con un profundo sentido de justicia, quiso muchas veces ser un poco como él y que esa forma sus padres se sintieran orgullosos de tenerlo como hijo. Pero en ese momento solo vio a un cómplice de Wei Wu Xian. Qin Canye  le  dijo que Xichen  no sabia donde estaba su hermano, pero Jian Cheng estaba seguro los encubriendo.

Lo confirmo al ver el contenido de la mochila que llevo con él, vendas, material de sutura y médicamente para  el dolor. Pensó  que tal vez Wang Ji estaba herido,   le pareció que lo tendría bien merecido. Sin embargo, cuando su mente encontró la posibilidad de que el herido fuera Wei Wu Xian  se detuvo abruptamente, no, no podía morir sin antes pagar sus crímenes.

El verdadero problema era que mientras más tiempo Lan Xichen pasara inconsciente más posibilidad existía de que Wei Ying se escapara.  El médico que hizo llevar le dijo que necesitaba con urgencia ir a un hospital porque era casi seguro que tuviera una severa neumonía. Tomó el riesgo de no llevarlo a urgencias paso largas horas cambiando  la toalla se la frente de Xichen, lo hidrato y le dio las medicinas. No hubo novedad de Wei Wu xian, era después de todo buscar una aguja en un pajar, bosques, poblados alejados numerosos caminos y carreteras por las cuales escapar no podían ser cubiertos por los policías disponibles.

Entrada la noche  Lan Xichen despertó  aturdido, miró el techo y luego el resto de la habitación sin reconocer el lugar en el que estaba. Y enseguida se encontró con el rostro de Jiang Cheng que exprimía una tela en un cuenco de agua.  Se asustó al ver por la ventana, era de noche demoró mucho más de lo pensado tenía que salir de inmediato. Bajo de la cama el dolor por la fiebre seguía presente pero no se sentía tan mal como por la tarde.

—Te llevaré a un hospital—anunció Jiang Cheng dejando la tela en el agua  pero antes de que Lan Xichen pudiera agradecer y negarse  volvió a hablar—Pero antes dirás dónde están

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