CAPÍTULO 99: EL RUMOR

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24 HORAS ANTES DEL ASALTO

El teléfono de Jiang Cheng sonó sobre la mesa en la que se servía el desayuno, en ese momento abarrotada de documentos,la mayoría de ellos registros de venta de la joyería de Mo Xuan Yu. Seguía en el hospital, la cirugía por la hemorragia gástrica no fue invasiva y a las 72 horas despues de despertar finalmente recibió noticias de Lan WangJi. Resultó que estaban hacía poco más de dos semanas que estaban en el país de nuevo, su viaje a la frontera fue exitosos, sin embargo la parte crucial finalmente había llegado.

—¿Está seguro que es el lugar?—preguntó Jiang Cheng sintiendo una punzada en el estómago más por nerviosismo que por su estado.

—No, lo sabremos cuando entre

—¡¿Lo llevarás?!—protestó, golpeó la mesa con la mano—¡Tú!...agh

El dolor lo dobló de nuevo y acto seguido recibió un golpe en la cabeza de su recién llegada secretaria.

—¡Tomando café! ¡Estás loco! Esto es un hospital no tu oficina—reprendió tomando todos los papeles de la mesa

—¡¿Cómo qué hospital?!—respondió una vocecita cantarina al otro lado de la línea, era Wei Ying—¿Estás bien? De enfermo? ¿Es por su edad?...mmm. ¡nmm!

WangJi cubrió la boca de su novio, antes de que continuará enfadando sin intención a su hermano cuyo estado era delicado. Jiang Cheng se frotó la frente agotado y preguntó resignado

—¿Lo tenías escuchando?

—Mn

Wei Ying se quitó la mano que le cubría medio rostro y claro con tono alegre

—Mi Lan Zhan jamás me oculta nada...uh pero ¿Está bien señor Jiang?

—Lo estoy, seré dado de alta está tarde y volveré de inmediato... Me siento bien. Ahora volviendo al tema ¿es el momento?

—Si oficialmente el Patriarca de Yiling ha vuelto, los soltaremos—explicó Wei Ying—mañana en la noche, están listos yo...

Wei Ying iba a decir que él mismo los había preparado cuando Lan Zhan le volvió a cubrir la boca. Nadie creería que ese muchacho de rostro bonito con la sonrisa de un niño había torturado a doce traficantes traidores al Clan Qishan Wen, con una flauta, cuerdas y su espada, apenas derramó la sangre de unos cuantos, pero fueron aterrorizados al punto en que al escuchar la fría melodía de la flauta se tiraban al suelo suplicando el perdón de Wei Wu Xian.

—Enviaremos uno a mi hermano si todo sale de acuerdo a los planes—finalizó Lan Zhan.

—Bien debemos esperar a que Qin Cangye se resista y que Guang Yao intente contra atacar...

24 HORAS DESPUÉS...

Lan Xichen apretó la boca cuando vio bajar del auto a Guang Yao. Resoplo, y mantuvo la cara inalterable luego sonrió amablemente como siempre cuando los ojos de su amigo se encontraron con los de él. Guang Yao se acercó rápidamente, a pesar de que iba a recoger el cuerpo de su primo tenía una expresión feliz, no estaba ni educadamente serio por la situación. Lan Xichen no lo culpó, pero si le pareció un poco peculiar que estuviera tan radiante, lo conocía lo suficiente como para notar que estaba sumamente tranquilo. Sin querer pensar más en ello, firmó la última autorización, motivo por el que estaba allí y se preparó mentalmente para su amigo.

—No pensé verte aquí—dijo sinceramente Guang Yao

—Ni yo, te dije que no era necesario venir

—Necesitaba salir de la ciudad y tengo un par de asuntos cerca de Shanghai, sólo estoy de paso—Estaba por continuar explicando cuando la puerta de su auto se abrió de nuevo y un pequeño niño salió corriendo con el guardaespalda detrás de él

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