CAPÍTULO 49: FLOWING WATER

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El siguiente es diferente  y es sobre  A-Yuan es más largo así que les pido paciencia al leer o pueden leerlo en intervalos cada uno comienza con un haiku.  Para refrescar su memoria en el presente es sábado Jiang Cheng fue a visitar la tumba de sus padres, Lan Zhan tuvo pesadilla en la que Wei Ying lo dejaba  y Wei Ying fue despertado con el desayuno en la cama y ha decidido arreglar el jardín.   Seguimos en esa mañana del sábado…

PRESENTE

—¿Papá no viste mi zapato?—pregunto Jingyi entrando a saltos a la cocina en un solo pie, el médico sonrió al verlo.  Wei Ying había pasado por la misma situación el día anterior volteo la casa para encontrar el tenis que le faltaba.  Se secó las manos antes de atender a su pequeño travieso.

—¿Revisaste debajo de la cama?

—Si, abajo de la cama de los sillones de la mesa en el baño y hasta con los conejos—repuso el niño con el conejo negro en la mano, luego un puchero apareció en su rostro—¿Papá? ¿Enserio tengo que llevar a Mian Mian al ballet?

—Mn

—Pero…

—La llevaras, iras a tu práctica y el señor Yu los recogerá para ir a la presentación

—¿Y si no vas a la fiesta y vienes con nosotros? ¡por favor! ¿Siiii?

—¡Jingyi! ¡Lo encontré!—gritó Wei Ying desde el segundo piso, quien también se había metido en la búsqueda olvidándose por un rato del jardín.

Wei Ying tenía la intención de bajar y entregar el zapato pero el sonido del guqin lo llevó a la habitación de los niños. Conocía la melodía pero no porque el joven la hubiera practicado toda la semana, sino porque Lan Zhan también la tocaba. Y como en su recuerdo la melodía del hijo era perfecta. Se quedó mirándolo completamente fascinado, tocaba casi con la misma expresión concentrada de Lan Zhan que había aprendido por imitarlo. La melodía se detuvo cuando Wang subió a las piernas del muchacho.

—¡Señor Yu! —exclamó haciendo de Wang fuera hasta la fuera a la puerta para ser levantado por Wei Ying

—Ya estás listo Sizhui—Le aseguro Wei Ying con una sonrisa, se acercó y se arrodillo frente a él—lo harás genial no lo pienses demasiado

A pesar del comentario sincero el  rostro del joven seguía mostrando preocupación de cometer un error. No quería desilusionar a su padre, ni al público y mucho menor que las malas críticas por su actuación llegarán oídos de su tío Lan Qiren.

—Una vez más y no lo tocarás mas hasta esta noche o terminaras desafiando el Guqin—el niño palideció—¡lo siento! ¡Lo siento! bromeó nada le va a pasar a esta antigüedad

Wei Ying pasó los dedos por la madera oscura del mismo instrumento  que Lan Zhan usaba en el internado.

—¿Puedes tocar una canción para mi?    

—Por supuesto señor, ¿Qué canción quiere?

—Liu Shui

—Claro

Wei Ying puso los codos sobre la pequeña mesa y  sostuvo su cabeza entre sus manos.

En la puerta Lan Zhan levantó el zapato  y se quedó mirando con Jingyi colgado al hombro. Recordó lo molesto que era Wei Ying a la edad de SiZhui, preguntando todo el tiempo, interrumpiendo una y otras mientras intentaba practicar, en cambio con su hijo se quedaba quieto y en silencio.

Los días en la habitación del internado fueron en principio un infierno. El recuerdo llegó con facilidad a su mente haciéndolo sonreír. Exactamente a las seis Wei Ying volvió oliendo a sudor, tierra, y a hierba, con el balón de basketball   el arco y varios libros haciendo malabares.

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