CAPÍTULO 72: VIDA POR VIDA

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TRECE AÑOS ATRÁS

Los dedos fríos de Lan WangJi pasaron  por el relieve del grabado de la placa dorada de la urna funeraria, las lágrimas volvieron a brotar. No podía vivir en un mundo donde él no estuviera, el mundo no valía la pena, era demasiado oscuro y cruel. Abrazo la urna contra su pecho, buscando calmar el dolor, pero únicamente se dió cuenta que todo lo que quedaba  de su amor eran cenizas.  Su teléfono volvió a sonar por última vez antes de apagarse, pues finalmente su batería se había agotado. Mientras estaba solo en la sala funeraria mirando el perfil del cuerpo  del hombre que amaba, su teléfono sonó constantemente. Se trataba de su tío Lan QiRen, recién llegado a Estados Unidos se encontró con la noticia de Wei Wu Xian y casi de forma simultánea, Qin Cangye le informo que su sobrino Lan Xichen estaba en el hospital nuevamente.  Lan WangJi no atendió ni una sola de las llamadas, no quería más reproches, ya ni quería escuchar a nadie más hablar de Wei Ying. Se consoló con la idea de que pronto se reuniría con él, nadie más volvería a separarlos.

Miro al hombre trás el lobby poner dos urmas mas de color blanco, elegantes y sencillas con los nombres grabado en placas doradas y le extendio una forma para  confirmara el lugar al que se trasladarían las  dos urnas.

—Wen Tao y Wen Qing— dijo el hombre esperando una confirmación, dando tiempo al joven.

 El empleado estaba acostumbrado a lidiar con personas que pasaban por terribles pérdidas así que era naturalmente paciente pero ese chico le rompió el corazón al solo mirarlo. Estuvo solo en la sala funeraria completamente ido entras flores blancas y amarillas mirando el cuerpo de un joven con el aire de haber perdido todo

—Esto sería todo— informó  de nuevo el dependiente con tono gentil pero los ojos dorados lo miraron como si hubiera un error.

El corazón  de Lan Zan se detuvo, ¿Donde estaban los cuerpos de los niños? 

—Los niños—Murmuró

—¿Disculpe?—preguntó extrañado de la mención de niños

—Los cuerpos de los niños…

—Perdóneme, solo enviaron tres cuerpo señor ningún niño, pero permítame hacer una llamada

El empleado arrugó las cejas revisó la documentación, confirmó que solo  tres adultos llegaron esa mañana. Aún así tomó el teléfono para asegurarse. Levantó la vista buscando palabras amables para tranquilizar a su cliente, pero el joven salió corriendo. 

Lan Wang Ji solo pensaba en encontrar a los niños. Subió al auto pensando que ese policía tenía algo que ver en lo que estaba pasando. Rápidamente cayó en cuenta que en cada una de las noticias que llegó a escuchar no  mencionaba a los hijos de Wei Wu Xian, compro un periodico en la esquina de una calle con el semáforo en rojo. Las hojas del periodico volaron, se arrugaron y otras más se rompieron mientras sus dedos buscaban encontrar la noticia.  El semáforo se puso en verde pero el auto de segunda mano recién comprado no avanzó. Inmediatamente hubo algunos sonidos de claxon, pero lo único a lo que Lan WangJi prestó atención fue al hecho de que  en la nota periodística no hubo mención de los niños, por supuesto no era una buena imagen para la policía hablar de un enfrentamiento en el que murieron dos niños.

—¡Ouyang!

Todos en la estación voltearon a ver al hombre que como un loco llemana a ritos al jefe de la estación. El hombre que era buscado se encontraba junto a un escritorio  dando instrucciones  cuando Lan Wan Ji entró vociferando, sin  perder un segundo se plantó frente al joven cuyos ojos ardían en rabia su camisa fue estrujada, y Lan Wan Ji lo acercó a su rostro  como su era a arrancarle la cara.

—¿Dónde están los niños? —ruño,  Ouyan palideció, ¿sabía de los niños? 

La noticia de la muerte Wei Wu Xian apareció a primera hora de la mañana en las noticias, reportajes, sobre QiShan, sobre la familia Wen llenaron la televisión y los programas de radio. Xue Yang se quedó quieto frente al viejo televisor aquel a duras penas sintonizaba un canal, las  lágrimas corrieron por sus mejillas y sus puños se cerraron con tanta fuerza que sus propias uñas le hicieron daño. A-Yuan sujetó su pierna e inmediatamente, Xue Yang apago el televisor, si veía la foto de su padre se pondría a llorar  buscándolo de nuevo.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora