CAPÍTULO 25: EN LA DIANA

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Wei Ying sacó toda la ropa del armario, revisó dos veces el pronóstico del clima del día de mañana en el teléfono de Lan Zhan quien lo miraba desde la puerta. No lo había visto tan emocionado en mucho tiempo, estaba incluso más emocionado que los niños. Pero con la euforia por la salida de fin de semana no tuvo oportunidad de hablar con Wei Ying  del verdadero motivo de ello.

Le había quitado la férula una semana y media atrás, pero el dolor en la pierna fue tan severo al punto en que le redujo movilidad, así que la queja más frecuente fue que estaba aburrido. Para aliviar su dolor le dio masajes, lleno la tina con agua caliente cada noche para que pudiera dormir, pero no hubo mucho que pudiera hacer por su aburrimiento ni su mal humor.

Cuando el dolor se fue, llamó a su hermano para saber qué tan seguro era que Wei Ying pudiera salir a la calle. Su hermano lo pensó seriamente. Habían pasado casi tres meses y su colega le había dado total libertad en la investigación, misma que lo tenía dando vueltas de ciudad en ciudad, pero no había  ni  un indicio  claro. Oficialmente se trataba de  un chico amnésico  con señales de abuso del que no había orden de búsqueda, no estaba en la base de datos de personas desaparecidas. Si sus deducciones eran buenas  quién lo hubiera lastimado pensaría que ya estaba muerto, pero sólo para asegurarse los acompañaría también.

Pero la verdadera razón para salir era que Lan Zhan iba a contarles a los niños sobre su relación, incluso Xichen estuvo de acuerdo en que lo mejor era informar a los niños y explicarles todo.  Al único al que no había podido persuadir de que era lo mejor para todos  era a Wei Ying. Cada vez que  tocaba el tema el sonreía diciendo que no era necesario sin necesitaban algo de privacidad podían enviarlos a "ver a los conejos", porque debía ponerlo al tanto de la situación. Lo abrazó por la espalda, respiró profundo el delicado aroma que desprendía su cabello, había hecho una buena elección  del shampoo  y lo apretó contra su cuerpo. Pero Wei Ying no le prestó atención, era como un niño emocionado.

—Lan Zhan, Lan Zhan ¿Cual te gusta?

Lan Zhan dio una mirada a la ropa casi toda era de él, metió las manos bajo la playera de Wei Ying provocando un ligero cosquilleo, realmente le daba igual lo que usara siempre y cuando se vistiera.

—Wei Ying necesitamos hablar.

—Esta es una plática de "no eres tu soy yo" porque creo puedo persuadirte de lo contrario— bromeó, giró y puso sus brazos alrededor del cuello de Lan Zhan  quién lo levantó en brazos para sentarse en la cama. Wei Ying comenzó a besarle el cuello, buscando ponerlo nervioso.

—Hay que decirle a los niños—Wei Ying continúo como si no hubiera escuchado nada,pero paso de un roce de labios a dejar  besos húmedos

—¿Decir qué?—preguntó fingiendo que no sabía a lo que se refería volviendo a besarlo, intentó colar como siempre una mano bajo la camisa pero él detuvo su mano

—Es injusto ¿por que tú puedes tocarme y yo no?—protestó

—No cambies el tema—pido con voz suave.

—No lo hago... lo evado

—Wei Ying...

—Nos has pensado que tal vez no les guste la idea, que vamos hacer si quieren irse con tu tío, o peor aún si él se entera...

—No pasará

—No tienes que arriesgar todo lo que tienes por mi... no vale la pena

—Lo vale

—Tampoco es que tenga opción... ¿cierto?

—No la tienes

El día comenzó más temprano de lo habitual para Wei Ying, quien despertó antes de que la alarma sonara. Habitualmente dormía sobre el brazo  de Lan Zhan con el rostro enterrado contra su cuello, abrazándolo con una pierna y un brazo para impedir que se levantará cuando el despertador sonara. Aunque luego de algunos mimos y besos  se volvía a quedar dormido.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora