CAPÍTULO 11: AMOR PERENNE

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 Había tanto de qué hablar, tanto por preguntar pero solo eran capaces de mirarse. Por varios minuto permanecieron de ese modo hasta que Wei Ying detuvo la mano de Lan Zhan que había estado tocando y enredando su cabello justo como lo hacía con Sizhui

—No soy Sizhui

—Lo sé — respondió, sintiendo de nuevo las mariposas en su estómago que había sentido 20 años atrás.

Nada había cambiado lo amaba tanto era como si todo el tiempo transcurrido no importará más, pero sabía que tenía que ser cuidadoso no sabía cuán estable estaba Wei Ying, cuanto de su pasado estaba sobre sus hombros, aunque se parecía más al joven alegre que al despiadado justiciero de sus últimos años de vida.

Por el contrarío Wei Ying dejando de lado la pesadilla, el sentimiento cálido que le despertaba el hombre que lo miraba era tan avasallador al punto en que todo en el que quería más atención más mimos un poco más de cariño.

—Vuelve a dormir—pidió Lan Zhan acariciando la mejilla de Wei Ying

—No quiero—protestó juguetonamente como si fuera un niño.

Lan Zhan suspiro él tampoco tenía sueño, miro la hora del anticuado despertador de la mesa de noche eran pasadas las cinco de la mañana.

—Prepararé té, ayudará a relajarte

—Lan Zhaan no te vayas—lloriqueo, sujeto la tela de la pijama, luego sonrió soltandolo

—No tardaré.

Wei Ying resoplo cubriéndose con la sabana, a pesar del escozor de en las manos, el dolor en todo el torso y que estaba fuera de su horario de sueño descansar un poco más no estaba dentro de los planes.

Lan Zhan por su parte salió de la habitación queriendo volver ya, estaba tan feliz que incluso su hermano recién despierto casi se sintió en un sueño cuando fue a asomarse a la cocina. El ruido de la tetera despertó, miró la hora pasaban de las cinco, tenía que darse prisa o estaría tarde para todas sus reuniones y el trabajo continuaría retrasando.

—Pasa algo Wanji—Preguntó mirando a su hermano endulzar el té con miel

—No—respondió

—Algo bueno ocurrió—se atrevió a preguntar, su hermano lo miró directamente antes de poner el té en la charola junto a el tazón con los nísperos que había sobrado de la semana pasada.

—Todo está en orden —Respondió

—¿El señor Yu despertó?

—Mn, tuvo otra pesadilla

La mención de la pesadilla, ensombreció el semblante de Lan Zhan, lo mejor era quedarse callado y no continuar pero Lan Zhan no guardó silencio.

—Detendrías la investigación—preguntó, pero sonaba más como a una súplica. El único deseo en ese momento era el de aislar a Wei Ying de todo el dolor, que nada pudiera tocarlo.

Xi Chen tomó aire sabía lo complejo que era el camino por recorrer de una víctima con el perfil de Yu pero cumplir con su deber no era algo que dependiera de sus sentimientos o los de su hermano.

—Se que el proceso de rehabilitación de una víctima de abuso es largo pero no puedo detener la investigación, vas a ayudarlo además podríamos...

Lan Zhan dejo de escuchar a su hermano su mente volvió al pasado con el muchacho que estaba tan lastimado que no se dejaba alcanzar que no se dejaba consolar, él mismo que salía a media madrugada a fumar porque dormir no era una opción. La duda fue desoladora como cuando supo su paciente era Wei Ying, pero ahora era mucho más real.

STAY BY MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora