STAY BY ME

CAPÍTULO 97: EL BOLSO AZUL

Jiang Cheng cerró la maleta y se sentó en su cama, dejó pasar los minutos pensando en absolutamente nada, como tomándose un breve descanso de todo. Luego se levantó, camino al vestidor por la chaqueta que siempre usaba cuando viajaba y evaluó su aspecto, casi a la par la puerta de su habitación se abrió. Su asistente, Yin Siu, entró en la habitación sin tocar, lo buscó y al encontrarlo le ofreció la caja aterciopelada que recogió personalmente de la joyería para su jefe.

—Fueron limpiadas y pulidas—informó, su jefe extendió la mano y tomó la caja. Ella lo miró en silencio sacar las argollas, colocarse una en el índice y la otra, la más pequeña, alrededor del cuello con la nueva cadena de plata que ella misma eligió.

Su corazón fue estrujado por la tristeza que el joven hombre frente a ella le provocó. No era emisaria de buenas noticias y tampoco podía reconfortarlo aunque quisiera. Se aclaró la garganta y ofreció el expediente que traía bajo el brazo.

—Es lo que pidió señor, la copia del expediente médico

Esta vez Jiang Cheng tardó en levantar la mano y tomar el expediente que él mismo pidió, sin importar lo que costará lo quería en sus manos. Yin Sui retiró la mano y se preparó para dar solo un breve resumen del contenido pero no cambió el efecto que tendría en su jefe.

—Tuvo un aborto derivado de las múltiples contusiones había signos de abuso sexual y...

—¡Soy un imbécil!

El puño de Jiang Cheng se estrelló contra el espejo

—¡Wan Yi! ¡Qué diablos!

Yin Siu se apresuró a envolver la mano ensangrentada con lo primero que encontró, una playera blanca que hizo lucir más escandaloso el sangrado.

—Déjame...—dijo Jiang Cheng apartando la mano pero ella no se lo permitió incluso si no tenía la suficiente fuerza no lo dejó ir, presionó hasta sacarle una mueca de dolor

—No puedes dejar solo a A-Ling, ¿lo entiendes?—le advirtió Yin Siu, su tono era severo, luego su voz se suavizó—Jiang Wan Yi te estás desmoronando... no hagas una locura, te lo suplico...

—Por su culpa está muerta... si yo...

El puño de Jiang Cheng se cerró con más fuerza tiñendo la playera de un rojo más vívido. La mujer guardó silencio sin soltarlo haciendo presión para que no sangrara más. Ella estaba finalmente al tanto de todo pues se negó a seguir a ciegas las instrucciones de su jefe cuando era tan evidente que algo grave pasaba.

Llamaron a la puerta, el auto estaba listo y el invitado había llegado. La voz de Jiang Cheng se vió bloqueada por el nudo en su garganta, peleó en silencio por responder, la mujer a su lado vio la dolorosa pelea por encontrar una voz firme y normal que no delatara su debilidad.

—El señor bajará en unos minutos—dijo ella

El invitado era un mocoso de 15 años, su paseador y entrenador a cargo de Hada desde hacía dos años. Ouyang Zishen fue invitado para cuidar de la mascota con un sueldo tan irresistible que no se lo pensó dos veces, sin embargo su padre no estuvo de acuerdo y de forma casi milagrosa para su esposa de estuvo de su parte . Normalmente el joven cuidador, se quedaba con Hada algunas semanas en su casa durante el tiempo que Jin Ling estaba de vacaciones con la familia Jin.

Personalmente Jiang Cheng se comunicó con el padre de Ouyang, luego de obtener una negativa a su propuesta, explicó que él saldría de viaje y dejar a Jin Ling al cargo de Hada era negligencia además el primo del Sizhen estaba en la casa al cuidado de Jin Ling. Convenció al padre, pero no por su generosidad, o porque su sobrino necesitaba compañía, sino porque el ex policía pudo oler algo turbio en la situación además el nombre de Jin Xuan Yu ya estaba en las noticias, las noticias eran tan escandalosas que el asunto de Jin ZiXun quedó de lado.